Benjamín Avila, director de Infancia clandestina, hoy a la medianoche en La otra.-radio
por Willy Villalobos
En 1977 nos empezamos a dar cuenta de que la organización Montoneros, en la que yo militaba, estaba al borde de la derrota. Ese año llegó a la cárcel de La Plata un documento de la Conducción Nacional donde se informaba a la tropa tumbera que la nueva identidad del pueblo argentino era el “montonerismo”, que las grandes mayorías dejaban de ser peronistas para abrazar esta nueva identidad revolucionaria. A la mayor parte de los presos nos parecía un disparate, pero pocos se atrevieron a desafiar abiertamente la palabra de los jefes. A pesar de nuestros deseos, se estaba produciendo una revolución en la Argentina que no era la soñada por la inmensa cantidad de jóvenes que en los 70 se incorporó a la política. Era el enemigo el que estaba haciendo la revolución. Eran Ellos los que lograban instalar el proyecto de los sectores más concentrados de la economía, pactado con los EEUU a sangre y fuego. Eran Ellos los que lograban un importante apoyo político de los sectores medios y altos.
Dos años más tarde, en 1979, cuando la derrota era un hecho, un grupo de compañeros salió de la Argentina para reunirse en Cuba con la jefatura de la organización. Los que venían del territorio sabían que ya no se podía hacer pie en ningún lado, el terror imperaba en todo el país y las únicas buenas noticias o buenas políticas que empezaban a molestar a los militares eran las que producían las denuncias de familiares de las víctimas del terror estatal, las organizaciones de derechos humanos. Los jefes montoneros ordenaron a los recién llegados que no se juntaran con los exiliados porque según ellos eran quebrados que habían abandonado la lucha. No convenía contaminar a la tropa.
Lo que se comunicó en la reunión de La Habana fue sorprendente: en la Argentina la resistencia había detenido el avance de las Fuerzas Armadas, los militares estaban a punto de quebrarse, las denuncias por violaciones a los derechos humanos dejaban aislado al gobierno militar, eran inminentes grandes movilizaciones obreras: se venía una gran contraofensiva popular y Montoneros se colocaba a la cabeza, conducirla…
Para no repetir el pasado es necesario pensarlo. Por eso vamos a conversar con un ex militante de Montoneros que se sumó a la contraofensiva.
Y también hablaremos con el director de Infancia Clandestina, Benjamín Avila, cuya película nos invita a reflexionar sobre uno de los momentos mas locos de nuestro querido país. La otra.-radio, este domingo a la medianoche, FM La Tribu, 88.7, online.
A la noche muy tarde el Jefe llegó a su casa
una mansión desierta y un trono desolado
El sirviente le dijo "Jefe, la dama se ha ido
desapareció esta mañana poco antes del alba".
"Si tienes algo que decirme, dímelo ya, hombre
Vamos al grano, lo más rápido posible" -dijo el Jefe-
"El viejo Henry Lee, jefe del clan -dijo el sirviente-
llegó a caballo por el bosque y se la llevó de la mano".
El Jefe fue directo a su cama
maldijo el calor y se agarró la cabeza
ponderó sobre el futuro de su destino
si esperaba un día más, sería demasiado tarde.
"Ve a buscar mi abrigo y mi corbata
Y la mano de obra más barata que puedas comprar,
ensilla mi yegua parda
Si me ves pasar, di una oración por mí".
Bueno, cabalgaron toda la noche y cabalgaron todo el día
hacia el este por la ancha carretera
su espíritu estaba cansado, su visión doblada
sus hombres lo abandonaron, pero el continuó adelante.
Llegó a un lugar donde la luz era tenue
su pobre cabeza golpeando en el cráneo
su corazón pesado atormentado de dolor
el insomnio hacía estragos en su cerebro.
Bueno, tiró su casco y su espada
renunció a su fe, negó a su Señor
reptó por el piso y puso su oído contra la pared
de una forma u otra iba a terminar con todo.
Se inclinó, cortó el cable eléctrico
se quedó mirando las llamas y resopló en el fuego
miró a través de la oscuridad y alcanzó a ver a los dos
era difícil saber con certeza quién era quién.
Se deslizó bajo una cadena de oro
de tan nervioso le temblaban las venas
sus nudillos sangraban, absorbió el aire
pasó sus dedos por su cabello graso.
En tanto ella y el otro se miraron y chocaron sus copas
una sola unidad inseparablemente unida
Ella: "tengo el extraño presentimiento de que hay un hombre cerca".
El "no te preocupes por él, no podría dañar ni a una mosca".
Desde detrás de la cortina el Jefe cruzó la sala
movió sus pies y cerró la puerta
las sombras ocultaban las líneas en su cara
con toda la nobleza de una raza antigua.
Ella se dio la vuelta y se sobresaltó con sorpresa
con un odio que podría llegar hasta los cielos
"Eres un tonto imprudente, lo puedo ver en tus ojos
Venir hasta aquí no fue de ninguna manera sensato" -ella-
"Levántate, párate, muchacha de labios codiciosos
Y cúbrete la cara o sufrirás las consecuencias
estás haciendo que mi corazón se enferme
ponte la ropa ya mismo" -él-.
"Chico tonto, me crees una santa
no quiero escuchar más tus palabras de queja
no me has dado nada más que las mentiras más dulces
ahora cállate y alimenta tus ojos".
"Te he dado las estrellas y los planetas también
¿De qué sirven estas cosas para ti?
Inclina el corazón, si no la rodilla
o no volverás a ver este mundo nunca más".
"Oh, por favor, no dejes que tu corazón se vuelva frío
quiero a este hombre más que al oro".
"Oh, mi querida, debes estar ciega
es un mono cobarde con una mente sin valor".
Ella: "Ya te has metido demasiado conmigo
Ahora soy yo la que determinará cómo serán las cosas".
"Trata de escapar - el insultó y maldijo-
vas a tener pasar sobre mí primero
no dejes que tu pasión te domine
¿crees que mi corazón es el corazón de un tonto?
Y, usted, señor, no puede negar
que hizo un mono de mí, por qué y para qué".
Y Henry Lee dijo: "Suficiente de esta charla insultante
el diablo lo puede llevar, yo me encargaré de eso
míreme bien o hágase a un lado
o deseará no haber salido nunca de la cuna".
El arma explotó y el disparo sonó claro
la primera bala le rozó la oreja
la segunda bala fue derecho a él
y se dobló por el medio como un alfiler torcido.
Se arrastró hasta la esquina y bajó la cabeza
se agarró de la silla y se agarró de la cama
se necesitaría más que aguja e hilo
sangrando por la boca, casi muerto.
"¡Mataste a mi marido, desalmado!"
"¿Qué marido?, ¡Marido! ¿qué diablos quieres decir?
era un camorrero, un hombre de pecado
lo liquidé y lo tiré al viento."
Esto dijo ella con respiración rabiosa
"Tu también conocerás al Señor de la Muerte
yo fui quien dio vida a tu alma".
Levantó su túnica y sacó un cuchillo.
La cara de él estaba dura y cubierta de sudor
le dolían los brazos y sus manos estaban mojadas
"Eres una mujer asesina y una esposa sangrienta
si no te importa, tomaré ese cuchillo".
"Somos de la misma clase, nuestra sangre hierve
pero no somos similares en cuerpo o pensamiento
todos los maridos son hombres de bien, como lo saben todas las esposas".
Entonces ella le perforó el corazón y la sangre brotó.
Sus rodillas se aflojaron y él alcanzó la puerta
su destino estaba sellado, se deslizó hasta el suelo
y le susurró al oído: "todo esto es culpa tuya,
mis días de combate han llegado a su fin".
Ella le tocó los labios y lo besó en la mejilla
él trató de hablar, pero su respiración era débil
"Tu mueres por mí y yo voy a morir por ti".
Puso la hoja del cuchillo en su corazón y se lo atravesó.
Los tres amantes juntos en una pila
arrojados a la tumba a dormir para siempre
las antorchas funerarias ardieron
a través de las ciudades y los pueblos
toda la noche y todo el día.
En una entrevista que Dylan concedió recientemente a la Rolling Stone parece jugar a ser el personaje de una película de David Lynch. El hombre sobre el que nunca sabremos qué estaba pensando pierde la paciencia tras unas preguntas previsibles acerca de los años 60 y cambia drásticamente el eje de la conversación. Saca un libro firmado a dúo por un tal Keith Zimmerman y un tal Kent Zimmerman en el que se cuenta la historia del un motoquero llamado Bobby Zimmerman, que murió en un accidente en 1964 (o 1961), dos años antes de su propio accidente de moto. A partir de ahí, deja sentado que él se transfiguró. ¿Bobby Zimmerman murió? ¿Bob Dylan vive? El cronista trata infructuosamente de entender si Dylan cree haberse transfigurado en un sentido metafórico o en un sentido metafísico. O en algún otro sentido más o menos literal. O acaso Dylan está chapita. O, aburrido de la entrevista, lo está gastando.
En vano.
Cuanto más precisiones pida el periodista, menos va a entenderse. Como en una película de David Lynch.
Borrador para una nota que será desarrollada en la próxima edición en papel de La otra:
Hay tiempos en los que la historia enloquece, en cuyo vendaval las personas singulares pugnan por mantener la cordura.
1979 fue un año de esos.
En ese momento millones de argentinos simulaban ser una sociedad normal, a pesar de que el piso estaba alfombrado de cádáveres que todos trataban de esquivar. Una película argentina ahora en cartel sitúa su centro secreto en ese preciso momento. Papirosen, de Gastón Solnicki. El abuelo de Gastón, que había huido de los nazis para encontrar la paz y la prosperidad en esta tierra, se "volvía loco" y se mataba en la bañadera. Mentira. Esa es la versión que a todos convenía, porque estaban entregados a una celebración del consumo y no querían ver lo que el hombre veía. El cine a veces sirve para reponer las cosas en su lugar y Gastón, desde el presente, restituye esa experiencia fracturada del 79: para ver qué hay debajo de tanto shopping.
Año de locos el 79: la Contraofensiva quizás sea la estación terminal del extravío político de Montoneros, un extravío que había empezado mucho antes. La derrota militar y política era irreversible pero a algún "genio" estratégico de la conducción montonera en el exterior se le ocurre que es momento de emprender un contraataque para derrocar a Videla, y que las masas populares se plegarían jubilosas a la insurrección. Los encargados de ponerle el cuerpo a este plan delirante eran unos cuantos militantes que habían podido escapar poco antes de los milicos, saliendo del país. Y ahora tenían que volver.
Infancia Clandestina, de Benjamín Avila, otra película argentina en cartel, coloca su centro explícito en esos años. La materia con la que está amasada esta ficción es la propia experiencia de Benjamín, quien en 1979 era un chico y formaba parte de una familia de Montoneros, involucrados en la contraofensiva. Se trata de zonas de la experiencia colectiva de altísima turbulencia, cuidadosamente esquivadas en las décadas posteriores.
Temor y temblor: mientras Papirosen es crudamente documental y tenemos ante los ojos los temblores mismos de la vida cotidiana de los Solnicki Najdorf, Infancia clandestina elabora la terrible experiencia de Benjamín recurriendo a la mediación ficcional; las cosas no fueron exactamente así, pero Avila elige estilizarlas para hacerlas expresar una verdad omitida: el punto de vista de un niño preadolescente, con una conciencia política inusual (incluso para muchos adultos), poniendo su cuerpo real en una identidad ficticia: él se llama Juan, pero el nom de guerre con el que debe insertarse junto con su familia guerrillera en un barrio y en una escuela, simulando una vida distinta a la que ha tenido, es el de Ernesto. Ficción de la ficción. Incluso en los momentos en que la historia se vuelve más violenta la imagen cinematográfica real es sustituida por una imagen alucinatoria. Lo notable es que entre la sociedad demente y las personas que quieren mantener la cordura, se ubica la familia, esta institución milenaria que parece inconmovible y sin embargo cruje. Infancia clandestina contiene una escena extraordinaria en la que dos mujeres -la madre (Natalia Oreiro) y la abuela (Cristina Banegas) de Juan/Ernesto- dirimen una disputa por el cuidado de los chicos, en términos igualmente amorosos, aunque politicamente desencontrados. El valor de la mirada del cineasta hace que los dos puntos de vista puedan comprenderse en lo que cada uno de ellos ofrece y en lo que sustrae.
Estas ideas deben ser desarrolladas. No digo por ahora más que esto: Infancia clandestina es una gran película de vocación popular y factura industrial, con un elenco perfecto, en el cual se destaca el pibe que hace de Juan, Teo Gutiérrez Moreno, con una actuación tan conmovedora como la de Cristina Banegas. Avila maneja los resortes del cine popular como muy pocos en la Argentina. Esperamos mucho de él.
Finalmente: ver Papirosen e Infancia clandestina una con otra, una a contraluz de la otra (como se miran dos radiografías superpuestas), con la clave de 1979, ayuda a restituir esa parte de la experiencia argentina tantas veces negada.
Una conversación entre críticos especializados, a la salida de una privada de El cielo elegido, la película de Víctor González recientemente estrenada:
Guillermo: Me pregunto qué hace un actor cuando se da cuenta de que la película en la que está trabajando es una garompa importante....
Leonardo: Aparte, en general no se dan cuenta de nada.
Guillermo: Tal cual, mi impresión es que la mayoría no se da cuenta....
Esteban: En realidad es muy difícil darse cuenta, salvo en casos extremos, que sea muy buena o muy mala; el resto, no sabés.
Leonardo: Eso es verdad. De lo que se pueden avivar es que los diálogos del guión son malos.
Gustavo: ¿No te das cuenta solo con leer el guión? ¿Se puede hacer una buena peli con un mal guión?
Guillermo: No te das cuenta con un guión si la película va a quedar buena o no. Algún indicio, pero no demasiado...
Leonardo: Lo gracioso (o terrible) es que las películas obtienen financiación o no a partir del guión.
La pregunta de Guillermo viene a cuento porque el desempeño de Juan Minujín se mantiene digno, en medio de una película que se va cayendo a pedazos a medida que los minutos pasan. Minujín le pone garra, aunque a veces se vea obligado a cambiar de registro, para suavizar los ripios de un guión que se bandea entre la comedia teológica, el costumbrismo sentencioso y el melodrama solemne. Osvaldo Bonnet defiende sus parlamentos a puro carisma, mientras Osmar Nuñez hace lo que puede para defender a un personaje que luce la consistencia de un flan a medio cocer. ¿Se podrían haber dado cuenta estos tres dignos actores que ese guión era infumable? No soy actor y nunca tuve que tomar una decisión de ese tipo, por lo tanto no sé qué factores entran en juego cuando un actor acepta filmar una película. Pero el guión que se puede leer a través del resultado de la película de Víctor González es infumable. Una apuesta a la alegoría de trazo grueso para "representar" la lucha entre la Opresión y la Libertad (las mayúsculas son atribuibles a la pretensión del autor).
El cielo elegido es una película de curas habladores: ellos explican sus conflictos existenciales, institucionales y teologales hasta tocar el límite del fárrago, como si no tuvieran vida fuera de esas conversaciones. Las ideas que exponen carecen de interés pero no de arrogancia: "supongamos que estas son coordenadas cartesianas -dice uno de los curas-, dos ejes: uno regido por la acción y el otro por la omisión..." No me pidan que cite de memoria porque no soy capaz, la apelación a las coordenadas cartesianas es sólo uno de los simbolismos a los que el guión apela, también hay puertas, perros, trencitos eléctricos que simbolizan los sentimientos, la libertad, la realidad, Dios y muchas otras sorpresas.
Si pienso en el director, su caso es más tortuoso que el de los actores: porque un director debe darse cuenta de que un guión es infilmable. El trabajo de Víctor González es arduo: mantiene cierta elegancia visual (que habría que atribuirle en gran parte a la delicada iluminación de Rodrigo Pulpeiro, un loable esfuerzo al servicio de la nada); incluso hay elegancia en la tonalidad apagada de las actuaciones, salvo algún descarrilamiento en momentos de alta intensidad, en los que todo se va al carajo y no hay nadie, de absolutamente ningún rubro del crew, que pueda evitarlo.
Yo creo que Víctor González podría llegar a hacer buen cine: un par de momentos en los 123 minutos de El cielo elegido nos permiten vislumbrar lo que sería su cámara si no estuviera sofocada por un guión tan... cómo decirlo: imperioso. Ahí están el plano final de las huellas de los pies en el piso mojado o aquel otro en el que el paisaje se oscurece súbitamente: son como pequeños respiros de un cineasta que parecería haber sido tomado de rehén y nos envía una prueba de vida.
Hace ya seis años, en septiembre de 2006, Juanito el Cantor presentaba su deslumbrante disco debut, 12 canciones de amor y 1 botella de vino, una de las grandes revelaciones de la primera década de este siglo.
Hoy Juanito se dispone a presentar su segundo CD, El sueño de las ballenas.
Será en La Oreja Negra, Uriarte 1271, Palermo.
En esta oportunidad será el debut de una nueva formación de su banda, la Nube mágica, con Checho Flá de invitado, y con ella la presentación de muchas nuevas canciones. Se promete música con relieve, bosque, agua, desierto y nubes. También selva y glaciares.
Mientras nos disponemos a conocer lo nuevo, volvamos a esta vieja joya del viejo repertorio de Juanito:
El gobierno macrista tiene un proyecto para desalojar los talleres protegidos que funcionan en el Hospital Borda, así como también desalojar los hospitales Borda, Moyano y Tobar García. Se propone edificar allí un "Centro Cívico" que funcione como sede del Gobierno Porteño (que ya tiene una linda sede en Plaza de Mayo). En realidad el Centro Cívico macrista sería una cabecera de playa para desarrollar negocios inmobiliarios en la zona sur de la ciudad.
Un grupo de trabajadores e internos del Borda están resistiendo cotidianamente los intentos de desmantelamiento de los talleres protegidos como experiencias culturales, laborales y terapéuticas. Denuncian que el vaciamiento que Macri proyecta forma parte de la retirada del estado del espacio público y su entrega a intereses privados (igual que en las escuelas, el Programa Cultural en Barrios, los talleres en el CCSMartín). ¿Por qué, dicen los trabajadores, en lugar de un "Centro Cívico" no se hace un centro de terapia intensiva, del que la ciudad carece? ¿Por qué no aprovechar estos espacios para mejorar la salud pública? Mientras trabajadores e internos resisten día y noche, Macri envía a la policía metropolitana a intimidarlos en incursiones sorpresivas nocturnas.
"Tallleres Protegidos" es un emprendimiento independiente de los Hospitales mencionados, pero por un convenio el Taller 19 funciona en el espacio del Borda desde 1984. Allí se practica la carpintería y los internos producen camas y muebles para los hospitales públicos.
En nuestro último programa, conversamos con el Nono Frondizi, integrante de la Comisión que resiste la destrucción macrista: "Aparecen a las 5:30 de la madrugada con la 70 policías metropolitanos. Imaginate que entrar de esa manera en un hospital de salud mental no es muy terapéutico que digamos. Ya hace más de 50 días que estamos resistiendo. Los pacientes trabajan, restituyen sus vínculos con la comunidad, es un proceso muy rico, muy interesante y además productivo. Y Macri quiere destruirlo.
Para descargar el audio del programa, en el que además hablamos de la película Infancia Clandestina y escuchamos canciones de Natalia Oreiro, Nick Cave, Johnny Cash y La Perla Irregular. El audio completo se puede bajar acá.
WASHINGTON.- La titular del FMI, Christine Lagarde, admitió hoy la posibilidad de una "tarjeta roja" a la Argentina si no cumple con sus compromisos de informar datos contrastables sobre la inflación. "Argentina es buena en el futbol y seguramente entiende de que se trata", dijo "Lagarde. Es la primera vez que la directiva se expresa en esos términos sobre nuestro país.
"Teníamos que escoger entre la tarjeta amarilla y la tarjeta roja", añadió. "Escogimos la tarjeta amarilla, y dimos tres meses más antes de la declaración de censura. Si no hay progresos, sacaremos la tarjeta roja". "La calidad y la integridad de los datos es fundamental para nosotros. Por eso, estoy determinada a tener los datos correctos, si tenemos fallos, tratamos de solucionarlos", agregó ante las preguntas de los periodistas. (Leer completo acá)
The Wayfaring Stranger es una vieja canción spiritual del siglo 19, que tuvo numerosas y notables versiones, como las que acá linkeamos. Una de estas versiones se escuchó el domingo en La otra.-radio. ¿Cuál?
Yo soy un pobre forastero que camina
viajando a través de este mundo de dolor
sin embargo, no hay enfermedad, fatiga o peligro
en aquel mundo luminoso al que me dirijo
voy a ir a ver a mi padre
yo sólo voy a Jordania
estoy volviendo a casa.
Sé que me asedian nubes oscuras
sé que mi camino es duro y escarpado
sin embargo, tengo ante mí los campos más hermosos
donde los redimidos de Dios aguardan en vigilia
voy a ir a ver a mi madre
ella me dijo que me estará esperando
yo sólo voy a Jordania
estoy volviendo a casa.
En La otra.-radio escuchamos además canciones de Discépolo, Tret Reznor, Josh Haden y Nick Cave.
El audio completo del programa se puede descargar clickeando acá.
Después de que el gobierno pusiera en el aire este spot:
El Grupo Clarín respondió con este:
Clarín pretende ponerse por encima de la ley, se le antoja ser un poder de facto y fuera del sistema jurídico. Curiosamente, quiere hacer creer que si el Grupo tuviera que cumplir la ley, eso sería el fin del estado de derecho. Le quedaron, evidentemente, los modales de la corporación dictatorial que integró durante varias décadas. Ahora ya no tiene a los militares de su lado. El gobierno legal y legítimo que el pueblo argentino eligió no cede a su chantaje mafioso. Y solo cuenta con el poder de movilizar a unas hordas de derechistas guturales, a los que instruye para que no hablen:
Cacerofachos conducidos por un mercenario: que puede decir con soltura e hipocresía una cosa o todo lo contrario:
Pero Clarín y Lanata le mienten descaradamente a su público. Evidentemente los desdeñan y los consideran incapaces de pensar. En el blog de Gustavo Arballo, Saber leyes no es saber derecho, hay una detallada explicación de que la Corte Suprema da por terminado el plazo de adaptación a la nueva ley de medios el 7 de diciembre y que a partir de ahí, al Grupo le quedan unos pocos días para adecuarse. Clarín miente una vez más: lo que dice en sus spots no es lo que dicen la Ley y la Justicia, sino lo que Clarín pretende. El post completo de Arballo se puede leeracá.
DOMINGO, SEPTIEMBRE 23, 2012
7D12 y el "con todos sus efectos"
...surgendos fechas ciertas,que expongo en orden cronológico ascendente,
>> Fecha 1 • 28 de diciembre de 2011, fecha en que da por vencido el plazo anual del 161. La falta de comentarios y salvedades, mas el inequívo atributivo "su plazo para adecuarse" que refiere, ejem, a la actora, implica que la Corte entiende que el plazo siguió corriendo, incluso para Clarín. Este mismo fallo decía categóricamente antes, en el considerando 7º, esto:
A los fines de brindar seguridad juridica a las partes de modo compatible con el interés general, debe precisarse que: 1°) el plazo de un año previsto en el art. 161 de la ley 26.522 ha vencido en fecha 28 de diciembre de 2011; 2°) que dicho vencimiento no se aplica a la actora en virtud de la medida cautelar dictada en el presente caso.
Ergo: lo que (en el "por ahora" cautelar) no se aplica a la actora es el efecto que resulta delvencimiento, pero el plazo en sí está vencido.
>>Fecha 2 •7 de diciembre de 2012, fecha en que termina la cautelar (era "sine die", sin final pautado, y la Corte la limitó a 36 meses, que se cumplen ese día).
Es la “fecha indicada” a partir de la cual -si no hay ampliación de cautelar o sentencia de fondo- el artículo 161 es -glosando a la Corte- “plenamente aplicable a la actora con todos sus efectos”. Detalle: en esta nota sobre el tema que firmaba Fabián Rodríguez Simón en La Nación la cita aparece truncada y no se incluye la muy significativa parte que aquí subrayamos.
"Con todos sus efectos"
• Debe interpretarse que cuando la Corte dijo "con todos sus efectos" quiso decir algo, aclarar y despejar dudas. En condiciones normales, uno no aclara que algo rige "con todos sus efectos", salvo que sospeche que alguien pueda pensar que no es así, y entonces quiere dejar en claro que no hay condicionalidades ni recortes a la operatividad del artículo. Parece ser lo que hizo la Corte con su doble insistencia categórica ("plenamente aplicable" más "con todos sus efectos").
• El texto del artículo 161 (aplicable a la actora, recordemos, en “todos sus efectos”) incluye la siguiente acotación en el final del primer párrafo: “Vencido dicho plazo serán aplicables las medidas que al incumplimiento —en cada caso— correspondiesen”. Se trata -lo subrayado- del plazo que la Corte dijo que ya está vencido desde 2011.
• De hecho, si así fuera no tendría sentido que la Corte se haya preocupado en traer a colación en la parte resolutiva esa fecha 1 del 28 de diciembre de 2011, que ninguna relevancia tendría para la actora si supusiéramos que el plazo recién le empieza a correr el 7D12.
• Consecuentemente, de la lectura del fallo resulta erróneo atribuirle que ello implica que -como alega Clarín- el 7D empieza a correr el plazo de un año. En la sentencia la Corte ya nos dijo tres veces que el plazo estaba vencido para Clarín. (Nota técnica: esto no sería así bajo la idea de que la suspensión cautelar dela aplicación suspendía también elcómputo del plazopara Clarín. Podemos debatir si debe o no ser así. Podrá decirse que era un efecto implícito, que iba de suyo con la cautelar, y podrá decirse también que nunca nadie dijo que la cautelar suspendieraademásese plazo y por ende los efectos de las cautelares, como excepcionales que son, deben ser interpretados restrictivamente). En todo caso el criterio de la Corte es claro: la cautelar inmuniza(ría) sólo contra la eventual consecuencia jurídica (la bendita "aplicación") pero no detuvo nunca el transcurso del tiempo.
¿Y qué pasa el 7D?
En el partido de los spots (embebidos al final) acá viene el gol del honor para Clarín. Con la ley en la mano, el 7D no debería pasar nada que se vea en pantalla.
Veamos.
El 7D la AFSCA estará ya en condiciones de aplicar a Grupo Clarín elprocedimiento de constatación de oficioreglamentado en su Resolución 297/2010, capítulo II. Perono hay roja directa. Allí, su punto 1 sólo lo habilita a intimar al titular incurso en incumplimiento por acumulación de licencias -Clarín claramente lo estaría, sin cautelar que lo cubra- para queen 30 díaspresente unplan de adecuación. Son días que -para mi- deben contarse como dice la ley 19.549, días hábiles administrativos (estaríamos hablando de algo así como el 22 de Enero de 2013 como mínimo). Su punto 2 dice que (sólo) la falta de presentación de la propuesta, "habilitará en forma automática a dictar el acto administrativo a través del cual se declare el incumplimiento".
Clarín podría en el interin (del 7D en adelante) plantear entonces una aclaratoria basándose en su teoría de que la Corte dijo otra cosa (no prosperará). O plantear una nueva cautelar (no prosperará porque la Corte no se va a mover de los 36 meses). O poner sobre la mesa un plan de adecuación muy generico, al solo efecto de no ser sancionado por la no presentación, aclarando que supedita su ejecución a lo que resulte del juicio donde demanda la inconstitucionalidad de algunos artículos de la ley.
O hacer alguna otra cosa. No es sensato explorar todas las vicisitudes procesales posibles, cosa que compete a abogados del Grupo y a abogados del AFSCA. Mi sensación de fondo sobre el conflicto es que Clarín no va a ganar el juicio por la inconstitucionalidad de la ley (la sentencia de la Corte dio varias señales en este sentido) y que probablemente antes de que haya algo firme sobre eso el tema virará a una vertiente de litigación adaptativa que implicaría una suerte de adecuación "blue" con separación departamental del Grupo.
El pensamiento vivo de los caceroleros es tan horriblemente fascista que no solo les resulta difícil encontrar un dirigente político que pueda representar sus posiciones de manera abierta y expresa. Las cámaras de los canales de derecha no pueden acercarles un micrófono. Ahora, en el colmo de su impotencia política, los instruyen para que NO HABLEN CON LA PRENSA, CON NADIE. Y que no canten las consignas que los cacerofachos se mueren por cantar, llenas de odio, de deseos de muerte y de mezquindad.
¿Así pensarán llegar a formular una alternativa? ¿O los cacerofachos solo existen para ser usados como extras mudos por las pantallas de TN?
La tensión entre los que quieren un estado débil y los que pretenden fortalecerlo atraviesa toda nuestra geografía. La mayoría esta de acuerdo con las reestatizaciones, YPF por ejemplo, y en la Ciudad de Buenos Aires parece que sucede todo lo contrario. Desde que el PRO gobierna, la mayoría de sus políticas recuerdan al menemismo, parecen una continuidad de aquellas épocas en la que las fábricas cerraban y los bolsillos de los grandes empresarios, la familia Macri es un buen ejemplo, se llenaban de guita. La idea que quieren imponer es que en esta ciudad deciden los que la tienen más larga y, por ahora, a la mayoría de los porteños los seduce franelear con los bien dotados.
Esta semana estuvimos en el Borda, donde el enfrentamiento entre los trabajadores y los seguidores del millonario procesado por espiar a propios y ajenos cada vez es mas intensa. El motivo es que Macri quiere quedarse con los terrenos de ese histórico hospital, más el Moyano y el Tobar García, donde presuntamente construiría la sede de su gobierno. Para que nos quede más claro es interesante leer la nota que escribiera el 28 de agosto Berto González Montaner, editor jefe de Arquitectura del diario Clarín, donde dice: "Tal como se ha anunciado, la futura sede gubernamental es la punta de un iceberg del Parque Cívico Central, una pieza clave para equilibrar el postergado sur porteño. Se trata de la reurbanización de un área eternamente descuidada que va desde la Av. Caseros a Australia y desde Ramón Carrillo a Perdriel y que incluye los hospitales Tobar García, Borda y Moyano". Más clarinete imposible.
Por eso los PRO intentaron desalojar los talleres, la carpintería etc., donde los internos aprenden un oficio y laburan todos los días, y establecer ahí la cabeza de playa del enorme proyecto inmobiliario que intentan imponer en toda la zona sur. Pero todo no resulta tan fácil como en los 90 para este hijo del poder económico más concentrado. Del otro lado, de la vereda de enfrente, están los trabajadores del hospital que han ocupado esos talleres con el apoyo de todos los partidos opositores, y resisten dentro del taller 19, a pesar de los aprietes de la policía metropolitana. Los laburantes tienen planes que pretenden mejorar la calidad del servicio de salud en esa zona postergada y exigen que los proyectos a desarrollar tengan como meta la inversión social y no los negocios inmobiliarios. Para entender un poco más sobre el asunto y para saber cómo estan y qué necesitan los que hace 40 días están haciendo el aguante hablamos con Ernesto Balbiano y Marcelo "Nono" Frondizi, quienes conducen la Comisión que resiste el vaciamiento que pretende Macri.
Esta noche en La otra.-radio, FM La Tribu 88.7 online, todo el informe y más.
Y hablando de ultraderecha, desde que Gabriel Levinas es empleado de Lanata, se empeña en cubrirle las espaldas a la derecha racista porteña: que en la marcha no dijeron "¡El que no salta es un negro K!", sino "¡El que no salta es K!", mentira estúpida que primero dijo el Rabino Bergman. Es conmovedor el esfuerzo que hace para maquillar a los fachos. "El que no salta es K" no tiene las sílabas necesarias para hacer el cantito. Levinas quiere sacar el "negro" del cantito de los caceroleros fachos, pero le queda un verso trunco. La métrica a la banquina, la ideología a la derecha y la verdad al carajo, pobre Levinas. Qué pena que esté rifando su trayectoria de anti-racista tratando de encubrir a estos racistas. ¿Formará parte del contrato de Levinas con Lanata el hacerle este favor a la derecha racista? ¿Por guita solamente se volvería un encubridor de racistas? ¿O por ceguera ideológica nomás?
Hoy en la ciudad de Buenos Aires (ciudad de mierda) tenemos una oportunidad inusual: la de empezar a ver (o volver a ver) una de esas películas que expandieron el concepto de lo que se entendía por cine hasta el momento en que aparecieron. Uno dice "cine" y, sin pensarlo demasiado, maneja una noción sostenida en la costumbre: narración, actores, tema, una cierta duración (de una hora y media a dos horas y media), una dosis calculada de repeticiones y variaciones para no abrumar ni aburrir ni desconcertar. Y un propósito discreto, más o menos cercanamente regido por la función de entretenimiento (uno no diría que la Fenomenología del Espíritu es aburrida, pero está bastante permitido desdeñar una película diciendo que es aburrida o elogiarla diciendo que es divertida).
A través de sus casi 120 años el cine se permitió solo en contadas (y agradecidas) ocasiones cuestionar esta noción naturalizada. Para que fueran posibles estas películas -para que el cine fuera una experiencia más aventurera y más incierta- hubo cineastas que en algún momento fueron presas de desmesura, osadía, arrogancia inclusive para declarar que el cine no estaba todavía perfectamente inventado, que aún le faltaba algo. Sunrise de Murnau, Freaks de Tod Browning, Citizen Kane de Welles, Un condenado a muerte se escapa de Bresson, Saló de Pasolini, Histoire(s) du cinema de Godard, Spiritual Voices de Sokurov, Sátántangó de Tarr, Ruta 181 de Sivan o Autohystoria de Raya Martin son obras de una voluntad de exceso -de diversas formas de exceso-, yendo más lejos de lo que hasta ese momento otros se habían permitido.
Hitler, ein Film aus Deutschland, (una película desde Alemania) de Hans Jürgen Syberberg es una de esas. 437 minutos divididos en cuatro partes, ruinas monumentales, cuentos de duendes, monólogos exhaustivos, marionetas, artificio explícito, tratado de filosofía, farsa, pesadilla, música de Wagner, Mahler, Beethoven, Mozart, Haydn, afán polémico. Cine político en gran forma, política de la forma, voluntad de estilo y decisionismo. Lo inusual del Hitler de Syberberg no pasa por Hitler, ese objeto tan transitado por el cine desde el fin de la segunda guerra, objeto que en Occidente se transformó en ícono del mal que nos exime de pensar el mal en nosotros, nuestra banalidad a la hora de poner el mal en imágenes. Syberberg derriba los íconos erigidos y propone formas de darse su propio objeto, que es, a través de Hitler, Occidente, la historia, nosotros. Una película que conviene revisar en cada década para ver en qué andamos, todavía.
Hoy la dan.
A las 20,30 hs., primera parte: El Grial, (96 min.). Intervalo de 15 min. Y después, la segunda parte: Un sueño alemán, (102 min.).
Y el viernes 28 de septiembre a las 20,30 hs., tercera y cuarta partes: El fin de un cuento de invierno (97 min.) y Nosotros, hijos del Averno, evocamos la época del Grial, (105 min.).
Una ráfaga de los años 90, como un rapto arqueológico: en 1999, hace 13 años, tuvimos nuestro momento "Hitler de Syberberg" en la recordada (poco) revista PARTE DE GUERRA. Muy noventista todo, pero a punto de terminar. Acá dejo los fascímiles de aquellas páginas en las que entrevistamos al mismo Ricardo Parodi que hoy presenta la película y tratamos de trasmitir nuestro entusiasmo: