Dale play y vas a saber todo lo que esta semana nos dejó sabor a nada:
Un concurso televisivo se constituye en signo de un movimiento en las napas profundas de la sociedad argentina. Toda una ciudad se paraliza por el veredicto del jurado acerca de la crocancia dulzona de un merengue. Pero lo gravísimo de esta época grave no es esto, sino que quien sabía detectar los más sutiles cambios del clima social haya perdido su capacidad y se encuentre descolocado frente a la fascinación de un torneo de ribetes metafísicos. Tinelli fue desplazado de su función de sismógrafo del humor popular: la época ya no lo entiende o él ya no entiende a la época. El sabor de un merengue que nadie sabe a qué sabe es seguido con pasión desconocida por millones de televidentes tuiteros que dejan constancia de cada escorzo de su percepción, aún de lo imperceptible.
El gran ganador de Mastercheff Celebrity es Gastón Dalmau. ¿O Georgina?
Hoy sábado 26 de junio vamos a dedicar Patologias Culturales (LA TRIBU 88.7 FM, 18:00 hs.) a revivir una entrevista que junto a Maxi Diomedi le hicimos a Horacio González. Fue en el otoño de 2014, en su casa en el barrio de Boedo. El arco de la conversación va desde la lengua del ultraje en la tradición argentina a Fito Páez como problema a pensar en sus roles de músico popular, cineasta y novelista, desde los linajes periodísticos reconocibles en los diarios argentinos hasta Borges y sus conversaciones con Bioy Casares, de su gestión en la Biblioteca Nacional y su participación en Carta Abierta, desde su presencia en los debates televisivos hasta sus diferencias con Beatriz Sarlo, de sus diferencias con la monolengua de 678 hasta la figura controversial de Ernesto Sábato en la literatura y en la política.
[Leo en el archivo del blog un texto que escribí el 25 de marzo de 2018:
"Horacio González es el mayor intelectual argentino vivo. Tiene una gracia para pensar sobre la marcha, junto con su renuncia a apelar a las astucias cínicas y al facilismo discursivo, su desinterés por la aprobación líquida, su amor por la precisión verbal, la inquietud por reconocer las zonas espinosas, cualidades que hacen que muchos no se lo banquen, porque no quieren pensarse o simplemente no les da el mate. Pero no hace tanta falta señalar la prevalencia intelectual de González como marcar nuestra necesidad de que aparezcan más personas con esas cualidades, aún con otros puntos de vista. No es indiscutible que tenga razón en todo como penosa su falta de interlocutores. Estamos tan despistados como para ni darnos cuenta de lo bien que nos vendrían varios como él".
Estas palabras hoy rebotan contra las paredes de mi cabeza.]
En Patologías Culturales (FM La Tribu, 88,7, sábados 18 hs.) estuvimos hablando un rato con Maxi Diomedi sobre State Funeral, la película de Sergei Loznitsa que puede verse por estos días en MUBI.
«En State Funeral se ve una absoluta histeria de masas. La convicción es un estado mental, mientras que la histeria es un estado emocional. La histeria de masas constituye un fenómeno frecuente. Cuando muchas personas se reúnen en grupos numerosos, como sucede con otros animales, tienden a imitar el comportamiento de los demás. También es una herramienta de supervivencia. Uno necesita formar parte de la multitud para sobrevivir en ella. Sin duda, había algo que concernía a la ideología y a la propaganda, cuyos efectos son ostensibles, pero también había un aspecto fisiológico. Si hablamos de estalinismo, no había «una ideología del partido» ni «un discurso del partido»; se trataba de la ideología de Stalin y el discurso de Stalin. Era un tirano y todas las demás instituciones y órganos de autoridad funcionaban según su voluntad. El pueblo soviético era esclavo de este régimen. En gran medida, todavía lo es.»
State Funeral es una película del realizador ucraniano Sergei Loznitsa que por estos días está gozando de una notoriedad inesperada en streaming. Los films firmados por Loznitsa una década atrás trataban de abrirse paso entre los centenares que se exhibían en los festivales internacionales. Ahí había edificado su selecto prestigio. Su cruzada postsoviética estaba dirigida a un nicho minoritario global. Las operaciones que el ucraniano hacía con el material de archivo soviético disponible convocaban a muchas pequeñas audiencias en diversos puntos del planeta. Puede ser que la pandemia y la creciente necesidad de ver películas en las plataformas de streaming hayan concitado una atención que de otra forma Loznitsa nunca habría alcanzado. Quizás State Funeral llame la atención del espectador hogareño más que nada porque su tema es histórica y visualmente atractivo: el masivo funeral del líder soviético Joseph Stalin. Convengamos: Stalin es más taquillero que Loznitsa. Y la remasterización digital que resalta el rojo comunista sobre el paisaje plateado hace refulgir el hermoso metraje que en aquel 1953 habían registrado los mejores cineastas y camarógrafos formados en la escuela soviética. Si algo convoca al asombro en State Funeral, es el lirismo sobrio con que los soviéticos habían filmado la congoja de ese pueblo despidiendo a su líder, uno de los personajes clave del siglo XX.
La operación que Loznitsa hace sobre el registro estatal soviético quiere ser más sofisticada: con una presunta abstención discursiva que soterra su ínfima ironía, reedita aquellos documentos para hacer patente la función propagandística que rige a las imágenes originales. Como cuando Pierre Menard vuelve a escribir el Quijote para lectores de otro siglo y otra lengua, Loznitsa vuelve a velar a Stalin, ahora ya no para que sus imágenes sean propagadas a través de la vastedad territorial de la URSS, sino para que el público culto occidental (des)aprecie las pulsiones primitivas de la multitud manipulada por la propaganda comunista, representada por unos omnipresentes altoparlantes que remachan a las masas embrutecidas -Loznitsa las piensa en términos zoológicos- la magnanimidad del líder fallecido.
Loznitsa lucha contra las imágenes que monta, sobre todo por medio de una banda sonora por demás redundante; esto tiene que ser así por varios motivos. Su trayectoria artística lo destinaba a reeditar el funeral de Stalin y casi estaba cantado que el título tenía que ser Funeral del Estado: no solo para acentuar el carácter estatal del rito funerario. Loznitsa se permite una broma leve que sabe que será festejada por la hegemonía de la que forma parte: la muerte que celebra es la del estado soviético mismo, aunque su deceso todavía tardara algunas décadas en manifestarse. Hoy es evidente. Incluso la alt right, que puede tomar a Loznitsa como uno de sus precursores, pretende revivir su fantasma en un curioso reciclaje.
Loznitsa edificó su filmografía contra ese estado soviético, con brío liberal libertario y jactanciosamente antipropagandístico. Pero el lugar que él ocupa en la historia del cine depende exclusivamente del estado del que se dedica a renegar. La antepenúltima paradoja es que la película que firma concita la atención del público consumidor porque el pueblo soviético que llora al líder es más interesante que todas las tesis de Loznitsa sobre los documentos estatales y la propaganda. Sobre esta paradoja se monta una penúltima: el gesto pretendidamente sofisticado con que Loznitsa manipula las imágenes del estalinismo no es sino propaganda anticomunista. Hoy la ultraderecha puede terminar consagrando a Loznitsa como uno de sus cineastas oficiales. Si alguien quiere comprender el siglo xx a través de uno de sus protagonistas decisivos, la película no es esta. Pero Loznitsa da ideas y no tardará en aparecer el documentalista argentino que rejunte archivos sobre el funeral de Evita o de Peron. Su lugar en el BAFICI ya lo tiene seguro
Hay todavía una última paradoja: las imágenes que Loznitsa firma contra el estalinismo permiten desnudar la pasmosa linealidad de las tesis políticas y artísticas del ucraniano. Después de ver la película de Loznitsa me da que pensar que capaz el estalinismo no haya sido tan malo como yo creía.
“Quisiera montar tomas con una impronta científica. Al fin y al cabo esto es un homenaje a un científico” dice Pablo Martín Weber con su tonada dubitativa cuando habla, minutos después de que las imágenes ya se deslizaron hacia un ensueño sintético. Es el comienzo de Homenaje a la obra de Philip Henry Gosse, su segunda película, que anda teniendo una trayectoria de premios en varios festivales internacionales. Dice “homenaje” e “impronta científica”, pero su película de 22 minutos dista de agotarse en estas determinaciones. Amaga para ahí pero va para otro lado. El título propone al lector -los títulos se leen- una clave de lectura, la tentativa de organizar un caos que se dispara en varias direcciones y termina por no consumar ninguna. Hablar en la película y de la película tiene como función limar sus aristas más inasibles y poblar los huecos que la obra produce. El arte, el cine, la película de Weber difieren de las teorías científicas en esto: mientras las teorías alisan y completan los excesos y las defectos de lo real, una obra es siempre más y menos que cualquier teoría. Su ser no consiste en un conjunto de enunciados ligados por conectores lógicos por los que el sentido circula con una dirección uniforme sino una proliferación a la vez descontrolada y inconclusa, las formas posibles de lo informe. Vale para cualquier obra, pero Weber hace de esta inconsistencia el asunto mismo de su película.
Es la desaveniencia de esa cosa que hasta hoy llamamos cine a falta de una palabra más precisa: vi Homenaje... en una computadora y Weber la hizo en otra. La palabra "cine" nos facilita seguir hablando, pero la cosa va mutando. Por ejemplo, las dos películas de Weber no representan imágenes de algo sino que se presentan a sí mismas como tales imágenes. Estamos urgidos a deslizar los dedos y la mirada resbalosamente en una caída sin fin por imágenes de síntesis que nos marcan una dirección. Las líneas convexas de las cámaras de vigilancia, el vuelo de águila de los drones, el scroll infinito por las pantallas lisas ya rigen nuestro habitar. Parece un mundo ligero pero está enteramente diseñado para la guerra. Nos suena a novedad inaudita pero viene preparándose desde hace siglos. Al menos desde que Galileo apuntó el telescopio al cielo para mostrar sus manchas y sus contornos lábiles. No casualmente Weber empieza su Homenaje... con un teleobjetivo apuntando al sol. En ese caso ya no homenajea a Gosse, sino a Pitágoras. Nuestro futuro está en el pasado.
Philip Henry Gosse vivió en la era victoriana y alucinó una especulación teológico-científica destinada a yacer en la banquina de la gran marcha de la ciencia. Su imaginario de fósiles, corales y otros entes precarios es más mito que logos. Dios, imploraba Gosse, creó un universo habitado por pseudo-cosas, huellas equívocas de la historia natural. Los fósiles son tiempo condensado que excede en mucho los seis mil años que el Génesis adjudica a la Creación. Como el Génesis tiene que ser verdad, quiso tranquilizarse Gosse, los fósiles no deben desmentirlo. Ergo, Dios creó el universo con un pasado de ficción. Los fósiles son memorias falsas del tiempo y los corales anticipos milenarios del futuro reino de la paz que todo verdadero creyente espera. Pero Weber nos recuerda que no hay paz en ninguna parte. Hay guerra en los entresijos de las cosas, ruido en exceso. Su homenaje es una ofrenda al fracaso del intento desesperado de Gosse.
Fragmentos desde el exilio, la primera de Weber que ya comenté en el blog (“Una irrupción”, ahí también está la película misma para ver online) y Homenaje a la obra de Philip Henry Gosse podrían ser dos partes de algo, pero a la vez cada una no llega a ser una: como los corales, su unicidad es precaria. Creo entender que Weber piensa las posibilidades de este mundo a través de las imágenes que nos arroja. En pocos días esta serie se completará con una tentativa de diálogo con este autor vía messenger. El tercer podcast de La otra es un homenaje a la obra de Pablo Martín Weber. Solo hay que darle play.
Borges escribe una fuerte diatriba contra Perón en 1955, año en el cual festejaría el derrocamiento del gobierno de uno de sus enemigos ideológicos. Su texto intenta mostrar el procedimiento por el cual alguien puede hacer creer cosas que no son ciertas. Lo que dice en ese pequeño texto para denostar al fenómeno peronista, utilizando la lábil frontera entre ficción y realidad y su manipulación, podría ser utilizado para analizar su propia invectiva. También Borges está proponiendo una lectura y tratando que le crean. Hay un fragmento particularmente provechoso cuando dice que su propósito es “denunciar la ambigüedad de las ficciones del abolido régimen, que no podían ser creídas y eran creídas”.
Para explicar este “no podían ser creídas y eran creídas” encuentra razones: “Ya Coleridge habló de la willing suspension of disbelief (voluntaria suspensión de la incredulidad) que constituye la fe poética, ya Samuel Johnson observó en defensa de Shakespeare que los espectadores de una tragedia no creen que están en Alejandría durante el primer acto y en Roma durante el segundo pero condescienden al agrado de una ficción. Parejamente, las mentiras de la dictadura no eran creídas o descreídas; pertenecían a un plano intermedio y su propósito era encubrir o justificar sórdidas o atroces realidades”.
Se trata de un pequeño texto que Borges escribió para la revista Sur y que se llamó Por la reconstrucción nacional. “L’illusion comique”. Borges nos habla de la frontera entre ficción y realidad usada tanto en el teatro como en la vida cotidiana, también para “justificar atroces realidades”. El centro de la cuestión sigue siendo el problema de la creencia y la posibilidad de manipular esta relación entre ficción y realidad para “hacer creer” alguna cosa.
Parecería excesivo que Borges relacione la maniobra de un recurso de la política a través del engaño con la noción de fe poética de Coleridge cuya eficacia está en relación a ciertas condiciones por las cuales el sujeto voluntariamente suspende su incredulidad, conociendo el estatuto de ficción y de “no real” de lo que se le presenta. Es preciso que el espectador o el lector sepan que no es verdad para que sea verdaderamente libre, dice Octave Mannoni, y se emocione. [...] la ficción tiene un papel simbólico a partir del cual se recupera lo imaginario y se recrea artificiosamente la confusión, supuestamente original, entre lo real y lo imaginario. El sujeto entra en el juego de la ficción y sale de él sabiendo que lo era.
En el caso de la fe poética no hay engaño ni mentira sino un artificio que convoca a la ilusión del lector o espectador que se entrega a sabiendas de lo que se trata. En la construcción de un discurso engañoso en política, sin embargo, se trata de hacer creer algo que es una mentira, lo que significa una voluntad de engaño. Es cierto que los mecanismos psíquicos son similares, en tanto el sujeto siempre se aferra a “algo que no engañe”, a lo verosímil, a la credibilidad general, más allá de los innumerables engaños a los que está expuesto en su vida cotidiana. Es por esta vocación hacia la credulidad que hay eficacia en el engaño pues, como dirá Michel De Certeau, mientras haya muchos que creen, habrá creencia.
El uso del engaño y la mentira en política como en las bromas pesadas tienen similar estatuto, ya que la voluntad de engaño toma toda su potencia de la ignorancia del engañado. Por lo tanto, en los dos casos de Borges, ya sea en el de la radio que inventa un fútbol que no existe, como en un régimen político, cualesquiera fuese, que inventa una realidad para engañar, no se está en el terreno de la ficción o de la ilusión teatral, sino en la dimensión del engaño y la mentira, lisos y llanos.
* Fragmento del capítulo “Creencia, credulidad y bromas pesadas” de mi libro La diversión en la crueldad. Psicoanálisis de una pasión argentina, Letra Viva, 2016.
Donde todo y nada de lo que Google dice es la posta
(El impuesto sobre las ventas para los siguientes artículos
se levantará inmediatamente: cigarrillos, soda, gas)
No subiremos tus impuestos
Leé nuestros labios.
Bienvenido a América
Bienvenido al gran show
Todo el mundo está buscando algo
Cuando no hay lugar a donde ir
Excepto en América.
El único lugar que conozco .
La procesión va por dentro, ¿o no?
Sí
Bienvenido a América.
Uno de nuestros productos de exportación fue el jazz.
¿Creés que la música de hoy perdurará?
Hay que desmantelar todos los monopolios
Desmantelar todos los monopolios.
Bienvenido a América
Bienvenidos
Esperanza y cambio, todo lleva una eternidad
Y la verdad es una nueva minoría (verdad)
Oh, bienvenido a América.
Hoy nos gustaría discutir el plan de Estados Unidos
para arreglar el sistema educativo.
La promesa de lealtad ahora se leerá de la siguiente manera
"Prometo lealtad a la tierra de los Estados Unidos del Universo"
Bienvenido a América.
No se discute con el libro (¿cuándo voy a aprender algo nuevo?)
No se discute con el libro (¿quién me lo va a enseñar? ¿vos?)
No se discute con el libro (¿qué es eso afuera de mi ventana?)
No hay (¿podría haberla?) discusión (¿nuestro libre albedrío?)
Vos decís que sí, yo digo que no, pero el amor fluye.
Estados Unidos puede brindar muchas oportunidades
Para la joven que desea trabajar (para el estado)
Para su propio ascenso desde la clase baja
para convertirse en una
Bienvenido a América
Andá a la escuela para convertirte en una celebridad
(F-A-M-O-S-A) pero no llegues tarde.
Y todos tienen y tu mamá también un sex tape.
Bienvenido a América
Arrebatamos bajistas, no carteras
Seguí jugando, ya se pone peor
Tierra de los libres, hogar de los bavos
Ups, quise decir
Tierra de los libres, hogar de esclavos
Ponete de rodillas, golpeame´.
Bienvenido a América
Bienvenido al gran show
Todo el mundo está buscando algo
Cuando no hay lugar a donde ir (eso es todo)
Excepto en América.
Ese es el único lugar que conozco.
La procesión va por dentro, ¿o no?
Ponete de rodillas.
*El disco Welcome 2 América se había grabado en 2010. Poco después de grabarlo, Prince hizo una gira de presentación. Habrá ediciones Deluxe en vinilo en color dorado con extras en vivo de los conciertos de presentación. El video del concierto incluye versiones de “Make You Feel My Love” de Bob Dylan, “More Than This” de Roxy Music y de sus grandes hits, como "1999", Controversy" y "Purple rain". Prince fue encontrado muerto en el ascensor de su casa el 21 de abril de 2016 a los 57 años. La autopsia determinó que su muerte se produjo por una sobredosis de fentanilo, un opiáceo muy potente que se utiliza como analgésico y anestésico, de una potencia superior a la morfina.
Resulta que cuando vinieron mis antepasados en barco (no había aviones y eran pobres) no fueron bien recibidos por los nativos, pues sentían la amenaza de esa muchedumbre inmigrante. Es que inmigraban los pobres del sur de Europa y no estaban conformados con las facciones previstas por Sarmiento & co. En esa época, ser italiano (tano) era sinónimo de ser inmigrante pobre, idéntica posición a la que más adelante ocuparon los bolivianos, los paraguayos y los inmigrantes latinoamericanos en Argentina. Sufrieron segregación racial.
Sabemos que ciertas formas de racismo se detienen frente a la gran centrifugadora cultural, el dinero. Como dijo Larry Holmes, boxeador estadounidense campeón de peso máximo:"Es duro ser negro. ¿Fuiste alguna vez negro? Yo lo fuí una sola vez, cuando era pobre". Así, los italianos, los franceses, los turcos, los rusos (judíos) eran los segregados porque eran pobres y estaban invadiendo el territorio argentino. Algunos de esos inmigrantes, a su vez, se transformaron en racistas con los nativos, por ejemplo, José Ingenieros.
Luego, las cosas fueron cambiando porque la mestización ocurre siempre y los extranjeros que ‘bajaron de los barcos’ parecían conformar la ‘vera’ argentinidad. Es similar a lo que pasa en Europa. Los segregados en Italia eran, para los del Norte, los meridionales. Por suerte para ellos, llegaron los inmigrantes de un poco más al Sur, de Africa, entonces son ellos ahora los segregados.
Siempre hay un color de piel un poco más oscuro a segregar y un color de piel más blanco para idealizar. Pero no siempre fue así. En la antigua Roma, los imperialistas de la época segregaban a los teutónicos germánicos, porque esos pueblos eran los ‘bárbaros’. Ser alto y rubio era un rasgo a segregar en la Roma antigua, porque denunciaba al ‘bárbaro’ de la época. Cuando el imperio se empezó a despoblar por pestes y trances, varios convirtieron a esos 'bárbaros' en ciudadanos romanos. Los ideales, porque de eso se trata, se van modificando, tanto como lo denigrado. El mestizaje siempre hace que los ‘objetos’ denigrados o idealizados cambien.
En la Argentina, hay una matriz ideológica de los fundadores de la patria declaradamente racista, pero no todos los fundadores eran racistas. A veces la historia nos enseña mucho. Cuando se habla de que los argentinos bajamos de los barcos, se está hablando de la inmigración del siglo XIX y no de los de la conquista española. Es elemental, cierto, pero cierta lectura parece convertir a inmigrantes como mis abuelos en colonizadores. Algunos de ellos lo serían, otros no. La matriz colonial es fundacional de cada cultura.
También lo es que “en términos de intercambios culturales los individuos construyen imaginariamente un Otro sin tachar”, lo escribí sobre este tema hace tiempo. Muchos argentinos de clase media se olvidaron de Europa y la Meca. Para ellos, el lugar ideal, sin manchas mestizas, es Estados Unidos. Los latinoamericanos pobres arriesgan sus vidas en pos del sueño ‘americano’. Porque ‘hacer la América’ de los europeos del siglo XIX ahora es, para muchos latinoamericanos, ir a Estados Unidos.
Bienvenidas las discusiones acerca de nuestra constitución mestiza. Si vamos hacia atrás el mestizaje, es lo único que existe, con segregaciones y colonizaciones incluidas. Venimos todos de África. Recuerdo alguna conversación con una persona que no podía soportar la idea de que la especie humana viniera del África. Hay una renegación del propio mestizaje que no hace sino renegar eso que nos constituye a todos. La diferencia, creo, la hace quienes la pueden aceptar y convivir con ella, y quienes la rechazan.
Arturo Jauretche recordaba que una mayoría de gauchos fueron italianos o judíos, los de la más temprana inmigración del Ochocientos. Los gauchos, esa fisonomía típicamente argentina o sudamericana que, según Saer, es más un invento literario que una realidad. El tango, una expresión cultural típica rioplatense, fue una invención mestiza. Tantos argentinos y uruguayos de ascendencia africana, los de la procedencia criolla y sus ritmos como la milonga, con los judíos, italianos, zarzueleros españoles, se mezclaron y ofrecieron una invención original a las culturas del mundo, pero partiendo tanto de ritmos africanos como de música europea. Bienvenido que podamos reflexionar sobre estas cosas.
Como dice Derrida: “Toda cultura es originariamente colonial. (…) Toda cultura se instituye por la imposición unilateral de alguna “política” de la lengua. La dominación, es sabido, comienza por el poder de nombrar, de imponer y de legitimar los apelativos”. Si estamos intentando deconstruir los sentidos dominantes de las palabras que usamos, veamos las colonialidades que nos fundan y también los mestizajes. Porque una forma de la segregación es creer que son los ‘otros’ los colonizados o los colonialistas y no nosotros.
Hasta hace poco era un lugar común decir que los argentinos descendíamos de los barcos. Yo lo he dicho hasta que me instruí, después de un trabajo en contra de la culturación sufrida desde la infancia. Hasta no hace mucho se festejaba el 12 de octubre como el Descubrimiento de América. Nos hemos formado en esos lugares comunes que se están poniendo en cuestión, como debe ser. Argentina es uno de los países con una de las culturas más racistas del continente, con una clase media que se ha construido desde la ideología de sus fundadores, en una matriz que reniega de su propio mestizaje.
El problema de ‘de dónde venimos’ es un tópico de todas las culturas. Y la renegación del proprio mestizaje es una operación también generalizada en la historia de los pueblos. Que sobre un error del Presidente se instale un arremetida ‘bárbara’, como la operación distintiva que ciertos pueblos civilizados hicieron sobre su 'otro' a expulsar, es parte de esa manera en que cada uno de nosotros se ubica en el lugar políticamente correcto. Siempre es el otro el 'bárbaro'. El furcio del presidente tiene una historia. Que los más racistas y segregacionistas lo acusen de eso es prueba de su cinismo y su inescrupulosidad. Pero los de este lado, que se monten ferozmente para ubicarse en un lugar impoluto, es parte de no reconocer que hemos debido trabajar para deconstruir y deconstruirnos de una historia racista y segregacionista. Lo muestran inclusive en estos tiempos tantas personas de genealogía indígena, que han debido recuperar la dignidad de su origen, después de un trabajo sobre ellos mismos. No nacimos, lo debemos confesar, lúcidos acerca de ‘cómo son y cómo han sido las cosas’. Hemos debido trabajar para ello. Ha debido suceder una lucha contra prejuicios raciales y, sobre todo, contra sentidos comunes instalados desde hace quinientos años. Esta sería una oportunidad para trabajar sobre eso, no para que cada uno se coloque la camiseta de indigenista de la primera hora y, desde allí, disparar contra un presidente, porque representaría a su ‘otro’ que no lo es.
Como he dicho en mi libro ‘La diversión en la crueldad. Psicoanálisis de una pasión argentina’: “Se instala en la cultura argentina un modo renegatorio por el cual, por un lado, la inmigración que constituye la Argentina es menospreciada y nunca hará posible una Argentina potente. Por otro lado, y al mismo tiempo, se persevera en seguir sosteniéndose como la Europa de Sudamérica y, con ello, renegar de su mestizaje, de su hibridación. Con el soporte de ambas opciones hay una renegación de la falta constitutiva y un sostén casi demente de una ubicuidad imposible. Ambas opciones se sostienen en un repudio y un asentimiento, al modo de la Verleugnung freudiana: nuestra inmigración europea fue defectuosa, no es la Europa de nuestros deseos, pero somos la Europa de Sudamérica.”
Hueveando por Youtube llego al canal de una tana que reacciona al escuchar por primera vez un tema de Charly, reacción que observo con cierto asombro. El tema lo conozco desde que fue estrenado en vivo, forma parte de mi paisaje mental, de mi formación como escuchante. Charly nos enseñó a escuchar a varias generaciones de argentinos. Se sabe cuánto le debemos y cuánto lo queremos. Hoy ya quedan pocos que no hayan advertido su importancia en la vida nacional y en su propia vida existencial. A mí cuando estaba aprendiendo cómo era el mundo y cómo iría a ser, él fue el primero que me batió la justa. Así que todo lo que hago está impregnado de Charly: mis clases de filosofía, mi política, mi amor, mi escritura, el blog, el conjunto de cosas que se pergeñan bajo la etiqueta La otra, etc. Charly es mi Che y mi Perón. Y no me jodan.
No me considero un caso especial: conozco mucha gente a la que le pasa lo mismo. Un cineasta argentino para quien Charly es tanto como para mí conoció al filipino Raya Martin y le hizo escuchar un tema de Charly. Y Raya puso cara de qué es esto, justo él, cuyas películas no se sabe qué carajo son. Pero comprendo que entre las notas que Charly compone hay códigos que no son internacionales, son más locales que el tango. ¿Qué habría pasado si García hubiera aparecido en un país no tan periférico? Pregunta contrafáctica, especulación inútil. Charly es también el resultado de los cruces que conforman la Argentina. Pero no creo exagerado pensar que él está entre los 10 mejores músicos populares del rock mundial. Todo el mundo escuchó a los Beatles y a Hendrix, a Zeppelin y a Dylan. A Charly lo conoce solo una porción de la humanidad.
Pero estamos en la era de la globalización donde de pronto todo puede llegar a cualquier parte. Quizás llegue el momento -o ya esté empezando- en el que el mundo empiece a escuchar a Charly y a encontrar en él lo que nosotros sabemos.
En Youtube desde hace un par de años empezaron a proliferar canales de melómanos de diversas nacionalidades que a pedido de sus suscriptores le pegan una primera escucha a un artista hasta entonces desconocido para ellos. La gracia estaría en presenciar cómo reaccionan al escuchar a una banda o un solista por primera vez. Parece que muchos argentinos intervienen en ese juego y les piden que escuchen a Charly y a otros referentes de nuestro rock. Son personas que no pasaron por la santaolallización del sonido y se enfrentan de pronto a una música que corre por nuestro sistema nervioso y para ellos es algo sorprendente y difícil de encuadrar. ¿Habrá llegado el momento en que el mundo descubra a Charly?
De eso se trata este La otra.-pod II. Dale play.
Ilustración: Carmen Cuervo
Locución: Daniela Andújar
Tema de cierre: "Ta por subir" por laotra21 Ft. Naza Brain
A través de sus redes sociales, la Asociación Docente de la Ciudad de Buenos Aires publicó un video donde un grupo de personas le recuerdan a Larrata el nombre de cada uno de les trabajadores de la educación muertos por COVID en las últimas semanas.
Por responsabilidad del Gobierno de la Ciudad se murieron: Ramón Juárez, Fanny Flores, Emilio Gutiérrez; Graciela Romero; Silvina Flores; Sergio Nieto; Mónica Suárez; Sergio Vicino; Marcelo Mendoza; Juan Carlos Ramírez; Marcelo Becker; Jorge Langone; Nelly Espejo; Daniel Mastrángelo; Silvia Corradini; Anahí García; Juan Roldán; Ramón Núñez; María Josefa Milioni; Oscar Colombo; Juan Carlos Ramírez.
En las redes sociales de ADEMYS se lee el siguiente comunicado:
A donde vayan los iremos a buscar....
Las palabras de esta compañera, valiente y comprometida afiliada nuestra, son lxs de todxs nosotrxs. Las que todxs quisiéramos gritarles en la cara a Larreta y Acuña, responsables de más y más muertes evitables. Larreta y Acuña, que nos envian a morir a las escuelas y se niegan a pasar las clases a la virtualidad. A donde vayan, ahí estarán siempre nuestras voces, recordándoles que son responsables por lxs más de 20 trabajadorxs de la educación fallecidxs por covid desde que se realizó la apertura criminal de escuelas. ¡Por nuestrxs compañerxs!
✖ Basta de presencialidad criminal ❌ Virtualidad YA‼
****************************
Comunicado de UTE - CTERA: "Tal como venimos llevando adelante desde que el Jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, decidió no respetar las políticas sanitarias vigentes y mantener la presencialidad en las escuelas, esta semana continuamos con las Jornadas de Lucha por la salud y la vida. Para seguir visibilizando la realidad de lo que ocurre en las escuelas de la Ciudad y exigiendo el pase a la virtualidad continuaremos con la retención de servicios a la presencialidad y mantenemos el vínculo pedagógico a distancia en los lugares donde conseguimos el pase a la virtualidad. Realizaremos diferentes homenajes a lxs trabajadorxs de la educación fallecidxs junto a las familias y estudiantes, semaforazos, caravanas y radios abiertas. No vamos a ser cómplices del negacionismo del gobierno de la Ciudad que expone a la comunidad educativa al contagio y la muerte".
Sólo el 18% de los estudiantes concurren a clases presenciales. A partir de nuestro relevamiento observamos que sólo el 18% de lxs estudiantes está participando de las instancias de presencialidad que promueve el Gobierno de la Ciudad#VirtualParaNoMorirpic.twitter.com/mkRWWhBeDP
— Multi Sectorial por la Escuela Pública (@multixlaeduc) June 6, 2021
Junio, pandemia, lawfare, noches largas y conversaciones sigilosas, mis propias escuchas. Estuve espiando lo que yo mismo hablaba: así que decidí ver qué pasa si, mientras espero que alguna noche estén dadas las condiciones para que La otra.-radio vuelva, puedo incursionar en el formato siguiente: el podcast, La otra.-pod. El 1° de junio a la madrugada monto el primero, después veré el segundo cuándo.
Aquí hablo con un interlocutor silencioso, que escucha y piensa. No sé qué piensa. Lo que digo en el podcast son cosas que no se pueden dejar escritas. En un audio están un poco como más encriptadas, como diría Gilbert Simondon o alguno de esos.
No transcribo lo que dije por razones obvias. Pero aviso que dije cosas sobre Alberto y Cristina, sobre un proyecto político acerca de la comunicación, sobre la comunicación de un proyecto político, sobre el sketch tan notable que protagonizó Tomás Mendez que conmovió a todos los dirigentes locutores del país. Hablo de la Cámpora, de Máximo, de Perón, de KIcillof y de cómo un fugaz intercambio en las redes con la encantadora Sandra Russo terminó cuando ella decidió bloquearme. Ella estaba consternada, como usualmente y yo le recordé aquel episodio bochornoso cuando el staff de 678 consintió un maltrato hacia Lucas Carrasco, con la honrosa excepción de Barragán, que no se sumó al maltrato en vivo.
El fantasma que recorre este podcasto es que el movimiento nacional y popular en los últimos 15, 20 años no termina de ajustar una posición justa sobre el problema de la comunicación política.
Duración: 15:29
La voz de La otra es la de Daniela Andújar.
Las imágenes son de Carmen Cuervo.
La musicalización de laotra21. Música: "Ciudad Gótica".
Tomás Mendez es un tipo de métodos periodísticos dudosos. En la carrera del zarpe desenfrenado cometió, en el mejor de los casos, una gran torpeza que terminó beneficiando a quien pretendía criticar. La puesta en escena con 10 taxistas agitando cartulinas es digna de un sketch de Capusotto. Patricia Bullrich no necesitaba nada mejor que un escrache para victimizarse, justo horas antes de que llegara un vuelo con dos millones de vacunas.Con semejante truchada, Tomás Méndez tuvo su día de gloria en las redes sociales. Ojalá se corte ahí. Con Edu Feinmann y Viviana Canosa tenemos suficiente. No necesitamos otro héroe.
La señal C5N del Grupo Indalo, en su exasperada carrera por el rating, parece no poder controlar su pantalla. Por otro lado, un medio de información serio no tendría que imitar los procedimientos más berretas de los medios corporativos. Y no puede tener al tope de su agenda la defensa judicial de su propietario. Cristóbal López no se presenta a elecciones ni reparte dividendos con el pueblo. Los empresarios de medios que terminan siendo los protagonistas de sus propias investigaciones constituyen una de las novedades más curiosas de esta época.
Hace falta repensar cómo tendría que ser un medio de información democrático confiable que no funcione en espejo con la brutalidad que intenta imponer el adversario.
Por el lado del gobierno, la cosa no está tampoco tan clara: parece que los miembros del gabinete no saben, no pueden o no quieren salir a militar sus políticas, así que las terceriza en grupos mediáticos. Nuestra dieta discursiva se nutre de los gritos del Gato Sylvestre o el loop del estimado Víctor Hugo Morales. Nunca como ahora los periodistas cumplieron una función política para la que no están preparados.
Los militantes y partidarios toman a los arengadores mediáticos con sus referentes políticos. Hay en esto responsabilidades compartidas entre la política y los medios. Incluso desde el punto de vista político sería conveniente que existan medios que reduzcan el nivel de zarpe, gritos y arengas. Necesitamos información. No un Etchecopar de izquierda.
La voz del proyecto popular no puede ser ni Mendez ni C5N. La lógica del espectáculo televisivo no puede ocupar todo el espacio. Necesitamos buena información y no tipos que griten ideas que nos agradan. Necesitamos bajar un cambio, convocar a sectores sociales más amplios, no cerrarnos sobre nosotros mismos y dejar de enardecer a los ya enardecidos.
Después de casi dos décadas, el movimiento popular no le encuentra la vuelta al problema de la comunicación, faltan políticos, estrategas y expertos que se dediquen a pensar la comunicación de verdad. Es un insumo indispensable. Alguien me dice al oído que Máximo no quiere saber nada con la comunicación porque piensa que eso obstruye la construcción política. Ojalá no sea cierto sino un rumor infundado, porque no existe en el siglo xxi construcción política sin comunicación. El kirchnerismo se hace en el preciso manejo de comunicación de Cristina: de eso está hecho su liderazgo, eso es lo que más le envidian sus enemigos, no hay otra igual en ese terreno y de ahí su persistencia pese a todos los intentos de borrarla. Sin su capacidad de penetración en las bases, toda construcción es rosca. Ojalá que no sea cierto que Máximo piensa que la comunicación es "para la gilada". "La gilada" también vota. Y a más de un gil dejó de a pie.
El dilema "construcción política/comunicación" nunca existió para Perón. Construyó un movimiento notablemente duradero: la organización que vence al tiempo, pero esto incluye la comunicación. Los discursos en la Plaza, el diálogo asambleario con el pueblo, las cartas desde el exilio, el libro Manual de Conducción Política muestran que Perón era un maestro de la comunicación, un innovador que entendió el lenguaje político de su siglo. Ojalá Máximo también lo entienda y, si tiene aspiraciones políticas, que pare la mano con el secretismo.
Uno de los efectos colaterales del silencio de La Cámpora es que al no hablar son hablados. Y como la política tiene horror al vacío, el espacio de las habladurías lo ocupan los charlatanes. Operadores mediáticos de reputación dudosa como Tomás Méndez (vean esta interesante nota de Socompa) o conversos furiosos como Pablo Duggan. ¿Queremos ser hablados por ellos?
En cuanto al propio Alberto, he aquí el problema: "Los medios de comunicación son negocios. En la sociedad moderna son un negocio. Hay proyectos alternativos, muy respetables, que ojalá se desarrollen y ojalá crezcan. Ustedes saben que siempre he apoyado lo de Tiempo Argentino pero que se hacen con mucho esfuerzo y en medio de una selva, en la que las desigualdades son muy grandes". [Declaraciones a Martín Piqué de Tiempo Argentino, acá, cuando AF todavía era precandidato]. Por eso Alberto no militó la Ley de Medios: si la comunicación es un negocio, no podrá ser nunca un instrumento de emancipación de los pueblos. De ahí que en sus meses de gobierno haya llevado a la TV Pública a niveles de irrelevancia aún más pronunciados que los que tenía con el macrismo. Si la comunicación es concebida por nuestro presidente como un negocio, entonces estamos en problemas.
La TV Pública es una ballena muerta. C5N es el canal subordinado a la defensa judicial de Cristóbal López. El grupo Octubre es un embrollo incomprensible que incluye un mamarracho como canal 9 o un canal de noticias invisible, IP. Las sospechas de la complacencia de Víctor Santa María con las políticas de Larreta nunca terminan de despejarse. ¿Está empezando a repetirse el esquema Gwirtz, ElectroIngeniería, Spolsky, mientras el gobierno reparte la pauta beneficiando al enemigo y a empresarios que defienden la suya? Así es como nos va.