miércoles, 26 de octubre de 2022

Náufrago

(Willy Villalobos, Martín Farina, 2022)

Estreno mundial en el Mar del Plata Film Festival 37


Naufrago es el resultado de un camino largo. Un viaje hacia los confines del mundo por la dirección estrecha en la que el adentro y el afuera se hacen barro. Un mundo que no es más mundo. Un desembarco en la tierra blanca e inhóspita de cualquier lugar, que es a la vez una decisión y una deriva. Es desenterrar una casa con la mano y sentarse a discutir con los muertos. Es una película que se sirve de los sueños porque intuye la dificultad de la palabra para entender las decisiones que se toman ante la necesidad de lo inminente. Es saber que se naufraga desde el primer aliento. Porque navegar es preciso, vivir no es preciso.

Martín Farina

Willy Villalobos


Cinemilagroso y La Otra Cine presentan

NAUFRAGO

Duración: 78 minutos - País: Argentina,Uruguay - Año: 2022

Ficha Técnica:

G, P: Martín Farina, Willy Villalobos
F, E, S, M: Martín Farina
Cámara: Martín Farina, Willy Villalobos, Tomás Fernández Juan, Mercedes Arias
Consultoría de montaje: Oscar A. Cuervo
Postproducción de sonido: Jorge Barilari, Martín Farina
I: Willy Villalobos, Adolfo Bergerot, Sergio Langer
CP: Cinemilagroso

Información sobre las proyecciones en el Festival de Mar del Plata acá.

Contacto:
Cinemilagroso
Martín Farina
E-mail infocinemilagroso@gmail.com
W cinemilagroso.com.ar
IG @cinemilagroso

lunes, 24 de octubre de 2022

Argentina, 1985

 La película de Santiago Mitre con guión de Mitre y Mariano Llinás

 
 Escuchá el análisis acá:
 

¿Argentina, 1985 fue pensada para convocar multitudes? Sí.

¿Con recursos espurios? No.

¿La cinefilia de derecha la aborrece? Sí.

¿Es un fenómeno político que desborda lo cinematográfico? Sí

¿Hay que analizarla formalmente sin meterse en sus efectos políticos? No.

Más allá de sus cualidades/límites estéticos, Argentina 1985 es una intervención en la política actual? Sí.

¿Qué decir de los críticos que la abordan desde un punto de vista estrechamente cinematográfico? Boluditos.

¿Y quienes le exigen que no omita nada del hecho histórico?

Zonzos.

¿Es Argentina 1985 la película definitiva sobre: la dictadura, la democracia, el alfonsinismo, el poder judicial, los juicios a los genocidas, Strassera, el radicalismo, la complicidad civil, el año 1985?

No: es solo (nada menos que) una buena película y un fenómeno social.

Argentina 1985 ¿es la película del año?

Estéticamente no.

Políticamente sí.

¿Esta diferencia es un problema? No, imbécil.

¿Qué más decir?

Quizá las cuestiones más incisivas que Argentina,1985 invita a pensar sean:

- ¿Cuánto hace que el cine explícitamente político no lograba ser discutido masivamente? Hubo un tiempo en que el cine político apuntaba a salir de la sala y movilizar la discusión pública. Hoy existe una subespecie de cine que intenta construir su radicalidad política reingresando a sí mismo para pensar en el propio estatuto de su imagen. No sería en absoluto incompatible pensar simultáneamente el estatuto de su imagen y su incidencia sobre el debate político extracinematográfico. Un cine político que se confina a trabajar sobre el estatuto de su imagen sin interpelar a espectadores de baja intensidad política resulta un cine endogámico.

– La película hace emerger un público que no estaba en la agenda pública: el que se reúne en una sala -en cientos de salas- a manifestar su opción por la democracia y a repensar el tortuoso proceso a través del cual se constituye. Algo que la política no vio. Hay un espacio político vacante que Argentina, 1985 le señala a la política. Hoy proliferan -también en películas que se piensan como políticas- los lamentos acerca del avance del neofascismo, pero Argentina, 1985 visibiliza la necesidad de sectores antifascistas para manifestarse, notablemente, en la sala de cine, y a seguir pensando después. Presencié varias conversaciones de personas no intensamente politizadas pensando en lo que la película trata.

– Algunos sectores de la crítica parecen declararse en estado de alerta porque la visión de la película lleva a discutir tesis como la teoría de los dos demonios. En La historia oficial esa teoría no era discutida sino instalada por uno de los personajes. En Argentina 1985 aparece enunciada por algunos personajes y simultáneamente señalada como problemática. En Argentina 2022 hay sectores que gozan de amplia difusión que reivindican el terrorismo de estado. Los espectadores de Argentina, 1985 se ven movidos a pensar esa teoría y la diferencia entre el hecho de que un personaje la sostenga y que la propia película la sostenga. ¿Se lo propusieron Mitre y Llinás? No importa: la película lo propicia.

Argentina, 1985 logra algo que muchos cineastas políticos desearían: narra un debate político, con su trama intrincada de conflictos velados e inconsistencias, y a la vez suscita un debate político entre quienes la ven. Los espectadores no van simplemente a ver una historia pretérita sino a producir otra presente: que en Argentina 2022 se discuta sobre dictadura y democracia. Esta reduplicación pone en cuestión la disociación que establece cierta parte de la crítica entre temática, procedimiento y efectos pragmáticos. ¿No es hora de que el cine político -y su crítica adjunta- se comprometan a pensar no en el puro procedimiento ni en la pura temática ni en el puro efecto sino en su articulación? ¿No es la política de un film lo que sucede mientras y después de ser proyectado? Esa eficacia para incidir en el debate público está en el origen del encono que produce la película en otros cineastas pretendidamente políticos que no logran incidir sobre el debate público.

– Me leo escribiendo estos apuntes (más preguntas que respuestas) a propósito de una película sobre la que antes de verla había acumulado una cantidad de prejuicios. Curiosamente, el cine de Mitre y Llinás nunca me despertó entusiasmo. Incluso no creo que Argentina, 1985 sea una gran película, pero veo que se presenta como una ocasión para pensar las relaciones entre cine y política. Me quedo pensando qué cosa es una gran película.

jueves, 20 de octubre de 2022

Dulce


¿Vieron Dolce de Alekandr Sokurov?

Esto que ven es su raro formato de pantalla, pero lo que cabe en ese cuadrado es un abismo que quita el sueño.

Está en YouTube, con traducción automática. 

Solo dos personas: la viuda y la hija del escritor Toshio Shimao. La madre, Miho, monologa en japonés y la voz over de Sokurov espera que ella haga una pausa para traducirla, lo que genera una tensión de la escucha y el silencio que al primer siglo del cine no se le había ocurrido explorar.

Una única locación: una casa en una isla envuelta en bruma en medio de un mar helado e inhóspito. De la casa la cámara llega a espiar unos pocos rincones desde perspectivas oblicuas. La sensación de profundidad perceptiva se logra mediante una laboriosa orfebrería sonora que genera una lejanía íntima, poblada por el rumor de las olas embravecidas, las bandadas de pájaros marinos, el golpe de las gotas de lluvia contra los marcos de las ventanas, los pasos de las mujeres en el piso de madera, melodías que suenan desde otro lugar, ecos de fantasmas que piden volver, como si todo transcurriera en un entresijo del tiempo que reta la noción habitual de que el cine es el arte del presente. La cumbre emotiva llega cuando madre e hija se abrazan. Dolce. La pequeña casa y el rumor del universo entero. Solo recuerdo otra película que logra semejante conmoción con tan escasos elementos: Un condenado a muerte se escapa.

Miho cuenta la historia de su marido, enrolado en el ejército de Japón en la segunda guerra, su derrota vital. Es decir: habla del siglo xx. Quizá sea la manera que encuentra Sokurov para que el cine se despida de su siglo.

Filmada en 2000 en un formato ya obsoleto, Betacam SP, la copia en YouTube en 360p no se ve tan brillante como las series de Netflix, pero Sokurov por esos años logró que la precariedad del registro potenciara la fragilidad del habitar.

Entre las decenas de miles de películas que uno ve en la vida, Dolce es de esas que no se olvidan nunca.

No ganó el Oscar ese año.

viernes, 7 de octubre de 2022

Los problemas con Godard

 Patologías Culturales



En Patologías Culturales (FM La Tribu, sábado 1 de octubre, 18 hs.), en conversación con Maximiliano Diomedi tuvimos un rato para pensar en un cineasta que acaba de morir, uno del los más importantes de la historia del cine: Jean Luc GOdard. Quisimos pensarlo en su problematicidad. Los problemas con Godard:

- El corte final de un artista del montaje. 

- Su huella en la historia del cine. 

- El futuro de su obra.

- El problema político de sus detractores.

- Escuchen acá:

miércoles, 5 de octubre de 2022

Rainer Werner Fassbinder: Annus Horribilis

 1982 -2022: 40 años sin RWF


2022 es un año especialmente significativo para echar una mirada retrospectiva del cine del siglo XX que aún reserva claves para el cine del futuro. Se cruzaron tres fechas: centenario del nacimiento de Pasolini, 40 años de la muerte de Fassbinder y reciente muerte de Godard. Imposible sobreestimar la gravitación de Pasolini, Fassbinder y Godard en el arte del siglo pasado, tanto como en las señales que ellos mismos emiten hacia nuestro futuro. En La otra hemos convenido no olvidarnos nunca de ellos tres y menos en este año en que se dan estas coincidencias cronológicas. Godard, Fassbinder y Pasolini son tres autores imprescindibles del arte antifascista. Seguimos entonces recordando a Fassbinder en este momento en el que emerge el tecnofascismo del siglo XXI. Fassbinder está ahí aguardándonos. Acá lo recordamos en una entrevista de principios de los 70:

- Antes de dedicarse a hacer películas, usted hizo teatro, o antiteatro, como usted lo llamó. ¿Por qué empezó a hacer cine?

- Primero hice dos cortometrajes y sólo después de eso hice teatro. Y lo que yo hice no era "anti-teatro", sino teatro. Antiteater sólo era un nombre, así como otro teatro puede llamarse Teatro Schiller. En el el teatro yo aprendí mucho -cómo tratar a los actores y las diferentes maneras de contar una historia. De hecho, yo también soy un actor. Y actuación es lo único que yo realmente estudié, en todo lo demás, soy un autodidacta. En realidad, yo quería hacer películas desde el principio, pero no fue fácil. Entonces hice lo que era fácil, es decir: teatro. Cuando comencé a hacer cine, se me hizo más fácil, por haber venido del teatro, porque en Alemania el teatro es más prestigioso que el cine. La gente piensa: "claro, este tipo hace cine, pero también hizo teatro, algo debe valer".

- Cuando usted dice que sólo toma seriamente a las películas que tienen su público ¿quiere decir que no toma seriamente sus propios films? Convengamos que no tienen mucho público.

- No tiene nada que ver conmigo, sino con la situación económica en la que actualmente está atrapada Alemania. Mis films encontrarán su público cuando la situación cambie. Y estoy seguro que cambiará, como cambió en Francia; hoy Chabrol hace películas para el gran público. Cuando empezó él hacía cine para unos pocos. Le tomó 12 años encontrar su público.

- A diferencia de muchos otros dierctores "establecidos", usted apela a las emociones en sus films, lo cual agrada al público.

- Para mí las emociones son muy importantes, pero en nuestros días son explotadas por la industria del cine, lo cual me parece detestable. Yo no acepto que se especule con las emociones.

- Esta actitud ambivalente hacia las emociones usted también la expresa en sus películas. A veces presenta una escena con un alto impacto emocional y luego detiene la acción, lo que crea una especie de abstracción.

- Sí, es una especie de abstracción. Cuando usted detiene una escena, puede ver lo que realmente pasa en la historia. Puede ver lo que está pasando y experimentarlo con sus propias emociones. Si esa escena fuera editada, ya no podría saber de qué se trata.

- ¿Este estiramiento de las escenas es una especie de parodia de las películas de género americanas?

- No, para nada. Algunos críticos creen que yo hago referencias irónicas al cine de género americano, y puedo entender por qué lo dicen. Pueden ser interpretados de esta forma y yo debo aceptar esa interpretación, pero para mí no es así. La diferencia entre la forma de hacer películas de los americanos y la mía reside en el hecho de que las películas americanas no piensan. Pero resulta que yo también quisiera encontrar un modo de filmar que se libere de tales reflexiones. La verdad es que sólo la mitad de mis películas guardan alguna relación con el cine de género americano. Yo divido mis films en dos grupos: los films que transcurren en ámbitos pequeñoburgueses y los films que están inpirados en distintos géneros cinematográficos.

-¿Pero los films de género no transcurren también en ambientes burgueses?

- Sí. Mis gangsters son víctimas de las actitudes burguesas, pero no son rebeldes. Si fueran rebeldes actuarían de otra manera. Su actitud es la misma que la de los capitalistas, salvo que lo hacen en la ilegalidad. En mis films no hay diferencia entre la sordidez de un gángster y de un capitalista. Un gángster tiene las mismas aspiraciones burguesas que un ciudadano común. Esta puede ser la diferencia entre las películas de gángsters americanas y las mías. En las americanas los gángsters son outsiders, mientras que mis gángsters y ladrones están básicamente integrados a la sociedad.

- El trabajo parece ser un tema importante en la mayoría de sus films. Muchos de sus personajes están mal porque no tienen trabajoy entonces pierden el contacto con los otros.

- El trabajo puede ser el único tema que existe. ¿Qué otro? La mayoría de la gente trabaja cada día a lo largo de cincuenta años de vida, y siguen trabajando cuando vuelven a casa. Difícilmente esta gente tenga una vida privada de la que hablar. Se podría decir que el trabajo es su vida. Mis personajes están desgarrados porque no tienen trabajo en un mundo en el que hace falta trabajar. Eso los destruye. Vivimos en un mundo donde la gente debe trabajar para vivir y muchos de mis personajes no pueden soportar su trabajo. En consecuencia no tienen dónde sostenerse y están perdidos.

- ¿Qué haría si no pudiera hacer cine?

- No tengo idea. Cuando terminé la escuela yo pensé en eso y llegué a la conclusión de que por la manera en que la sociedad está estructurada el teatro y el cine son lo que permite alcanzar el mayor grado de libertad. Por eso los elegí. Pero hoy la cuestión más importante es: cómo destruir este tipo de sociedad. Si la sociedad cambia, la conciencia de la gente también cambia, pero si todo está basado en el principio de que unos deben trabajar para que otros se aprovechen de ese trabajo, lo único que queda es cambiar esta situación.

* Entrevista realizada por Christian Brad Thomsen en 1971, cuando Fassbinder presentó Whity en el festival de Berlín. La entrevista fue traducida y editada en castellano en el número 1 de revista La otra, en julio de 2003.

sábado, 1 de octubre de 2022

Cuando el acuerdo venza

Bob Dylan

En la quietud de la noche, en la antigua luz del mundo 

donde la sabiduría se abre paso a golpes 

mi cerebro desconcertado se esfuerza en vano 

a través de la oscuridad, en los caminos de la vida. 

Cada oración invisible es como una nube en el aire 

El mañana está a la vuelta de la esquina 

Vivimos, morimos y no sabemos por qué 

pero voy a estar con vos cuando el acuerdo venza. 


Comemos y bebemos, sentimos y pensamos 

vagamos calle abajo 

Río y lloro y estoy obsesionado 

por cosas que nunca entendí ni quise decir 

La lluvia de medianoche sigue al tren 

Todos llevamos la misma corona de espinas 

Alma con alma, nuestras sombras ruedan 

Y voy a estar con vos cuando el acuerdo venza. 


La luna da luz y brilla por la noche 

Bueno, apenas siento su brillo 

Aprendemos a vivir y después a perdonar 

es el camino por el que tenemos que transitar 

más frágiles que las flores son estas horas preciosas 

que nos mantienen tan atados 

aparecés ante mí como una visión celestial 

Y voy a estar con vos cuando el acuerdo venza. 


Tomé una rosa y la enganché en mis ropas 

Seguí la corriente sinuosa 

Oí el ruido ensordecedor, sentí las alegrías fugaces 

Sé que nunca son lo que parecen 

En este reino mundano, lleno de pena y decepción 

Nunca vas a verme juzgarte 

Te debo mi corazón, esa es toda la verdad 

Y voy a estar con vos cuando el acuerdo venza.  

"When the deal goes down", Modern times, Bob Dylan, 2006