miércoles, 28 de mayo de 2008

La otra 18: Rosario Bléfari


La nota completa en La otra n° 18. Texto de Bernardo Damián Dimanmenendez y entrevista de Sebastián Duarte.

(La carrera de Rosario Bléfari pareciera ser una pequeña muestra del sueño cándido que vivió lo denominado alternativo en los 90, hasta su metamorfosis en algo aséptico y redituable, vintage mediante, de anteojos de sol y de la cool-manía de lo figurativo por sobre el contenido.)

- ¿Como vivís esto de relacionarte todo el tiempo con gente más joven que vos? Porque la mayoría de los que te van a ver a los conciertos no son de tu generación. Menos aún las bandas de rock conformadas por chicas con las que por lo general compartís escenarios.

- El chico que toca la guitarra conmigo venía a ver Suarez cuando tenía 15. ¡Y yo ya tenía veintipico! Es que tengo espíritu juvenil. Me relaciono más con jóvenes que con los de mi edad. También me gusta estar con los más grandes y sentirme más jóven o con jóvenes y sentirme como la vieja. A lo mejor porque soy hija única. Con la gente de mi edad no tengo mucha relación. Tal vez es algo que pasa con la gente de mi edad. O que a mi edad las personas están muy ocupadas. Y noto mucho que los más jóvenes que tienen mucho tiempo libre. Eso lo percibo cuando doy clases en el Centro Cultural Rojas, en los talleres de letras de canciones. Por ahí termina la clase y los más jóvenes quieren llevarme a tomar una cerveza en un bar ¡y yo no puedo! Tengo que hacer 20 cosas, ensayar, atender a mi familia, entregar una nota. ¡Ojalá pudiera! No puedo perder un día entero y no hacer nada. Es que con las actividades también puedo financiar mi vida, aunque la parte económica aún no la tengo del todo resuelta.

- Pero peor estabas a nivel económico cuando te habías desnudado para la revista Playboy, en los 90.

- Sí, por supuesto. ¡Ahí sí que estaba mal! Fue algo que hice por necesidad monetaria. Se presentó la oportunidad. ¡Ojalá se me hubiera presentado la oportunidad de escribir en una revista! Me había llegado a través de una chica que era amiga de Arturo Carrera, del ambito de la poesía. Ella conocía a una artista plástica y se consiguió armar producciones para revistas. Así fue como recreé los 7 pecados capitales. Me venía bien el dinero. Hoy no me gustaría tomar una decisión que no me cierra por una necesidad. Pero sí estoy abierta a cosas que no me imagino. No es que quiera estructurarme. Si me proponen ir a México a tocar y grabar, seguro diré que sí. Las ilusiones siguen intactas como cuando era más jóven. Incluso con la popularidad. Me encantan los artista populares. Siempre estuve enamorada de Gardel y Elvis Presley. Eran mi íconos. También Nelly Omar y Tita Merello. ¡Fueron estrellas populares y masivas! Al principio me preguntaste sobre el tema de la popularidad y debo confesarte que me gustaría ser masiva y popular, ser recordada por alguna canción, por ejemplo. Quizá las circunstancias de la vida digan que no pueda cumplir con mi sueño de ser popular. Quién sabe.


5 comentarios:

  1. Sí, seguro se desnudó por necesidad. ja ja ja.
    Hubiera trabajado como mucama, como la madre, ahí hubiese ganado plata sin sacarse la ropa.

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  2. Qué mala onda!
    Primero, el adjetivo "pequeña" ya pone las cosas, así, como al pasar, en un terreno despreciativo. Después, "cándido" remite a sencillez, a inocencia, casi a tontería... Por cierto, no queda claro cuál fue ese sueño, sino sólo su candidez. Sólo la minusvaloración, casi el desdén de quien habla desde las sacrosantas alturas del contenido.
    Capaz que el sueño era transformarse en redituable. No sé...

    Después, el comentarista que la manda a trabajar como mucama.
    No, flaco: le redituaba más ponerse en bolas en Playboy. ¿Cuál es el problema? Y si le hubiera redituado más chupar pijas por plata... ¿cuál habría sido el problema? ¿Es mejor, más "digno", laburar de mucama que de Playmate o de puta? ¿Es mejor, más "digno", laburar vestida que desnuda?

    Igual, el tono deliberadamente agresivo me parece que hace al pedo esta respuesta (aparte del paso del tiempo, jajaja). Pero claramente su tema no es con ponerse en bolas -ya lo había hecho en alguna película-, si no con que no le cerraba hacerlo en Playboy, no sé si por prejuicio, por cuestiones estéticas o por qué.
    (Y, Rosario, querida, nunca te habrían pagado lo mismo por escribir en una revista que por posar desnuda).

    Me encantaría, si es que no lo hizo ya, que cuando le tiren por la cabeza con eso, respondiera: "¿Sabés por qué me desnudé en Playboy? Porque me daba la nasssta", mientras se agarra las tetas, no importa si grandes o, como en su caso, pequeñas.

    Por cierto, una lástima que no se encuentren esas fotos en la web: me encantaría saber cómo recreó la gula, siendo tan flaquita ella, jaja.

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  3. Hola. Alguien tiene algun dato sobre la Playboy en la que aparece Rosario? En un lado tiran que sale con la Brodsky, pero la vedette nunca poso para Playboy. Y la produccion de los 7 Pecados Capitales no figura en la tapa de ninguna de las Playboy argentinas de los 90s.

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  4. playboy argentina nº 70 camila perissé

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