jueves, 29 de octubre de 2009

Niños del limbo



por Martha Silva

Vivimos buscando un lugar en el mundo en el cual ubicarnos lo más dignamente posible. Después de pasar a mejor vida, la lucha por el status sigue, pues tenemos tres opciones de acuerdo a cómo haya sido nuestro comportamiento en vida: el infierno, el purgatorio y el cielo. Siempre según los dictados de la religión católica. Las almas de los niños que morían antes de ser bautizados iban al limbo, espacio ahora descalificado por la propia Iglesia (Comisión Teológica Internacional) por haber sido una simple hipótesis teológica, sin mayor entidad.

La talentosa Andrea Garrote –ver revista La otra n° 20- rescata esta denominación para designar a cierto tipo de gente que se podría identificar como perteneciente a la clase media, a quienes los acontecimientos -aun los más cruentos- les pasan por encima sin que ellos se den por enterados: masacres, revoluciones, etc.

Ella misma personifica a una profesora que coordina un taller literario al que trata de preservar de los avatares que provienen del afuera. No tiene mucha suerte por cierto, porque la realidad se filtra y de qué manera, ya que se le introduce , sin que ella siquiera se percate, un grupo comando terrorista decidido a hacer estallar alguna que otra institución, tomando como centro su taller y como ejecutores a ciertos alumnos. Se mezcla entonces la ficción con una realidad que la profesora no quería dejar entrar en absoluto, provocando la risa y la reflexión posterior.

No es posible evitar la culpa, por más que la clase ilustrada intente refugiarse en esta especie de bunker y no darse por enterada de lo que ocurre afuera. No hay refugio posible. Lo pensó también Hanna Arendt al reflexionar sobre la fallida desvinculación entre filosofía y política en La promesa de la política.

Nadie está exento de la angustia -diría Andrea Garrote- y el personaje de la obra que presenta como el más lúcido -interpretado por Alejandro Zingman- es designado como tonto o quizás como autista, pero demuestra estar más enterado que los demás de lo que está ocurriendo en el pretendido taller literario.

Excelentes actuaciones del elenco, en parte perteneciente al entorno teatral que ha rodeado a Andrea Garrote, profesora también, pero de teatro. Una puesta en escena en la que cada elemento está pensado en función de la trama.

EL CAMARIN DE LAS MUSAS. Mario Bravo 960. Sábados 23:00 hs. Domingo 18:00 hs. Loc. $30-

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