sábado, 6 de agosto de 2011

Maldición eterna a quien lea estas páginas




por Martha Silva

A fines del año pasado se reeditó, finalmente, esta novela tan buscada de Manuel Puig, escritor al que Guillermina Rosenkratz (una argentina Master en Bellas Artes y en Filosofía de la Universidad de Yale) dedicó una investigación sobre algunos de sus textos en un ensayo titulado Subjetividad y Exilio en la obra de Manuel Puig.

Según Rosenkratz, el exilio es un tema que impregna algunas novelas de Puig, en ocasiones en forma metafórica y en otras de un modo más directo. Alude especialmente a un corpus constituido por El Beso de la Mujer araña, Pubis Angelical y Maldición eterna a quién lea estas páginas. En las tres novelas -la primera de las cuáles fue adaptada al teatro por el mismo autor- se habla respectivamente de un cuerpo contenido en una celda, un cuerpo atravesado por la enfermedad y un cuerpo paralizado. Lo esencial es que los respectivos personajes centrales se encuentran excluidos, intoxicados o amnésicos.

Estos cuerpos se expresan de diversas formas: por medio de la narración de películas (El beso...), de la escritura de un diario (Pubis...), y de un diálogo que posee una importante dosis de teatralidad (Maldición...). Rosenkranz no ha incluido en su estudio la novela The Buenos Aires affaire, que provocó ese exilio y fue una de las razones de las amenazas telefónicas que recibió Puig por parte de la triple A, durante 1974. Otro motivo de las amenazas podría haber sido su amistad con la editora Piri Lugones, quien posibiltó la publicación del libro, del que posteriormente fueran prohibidas su exhibición y venta en las librerías argentinas. En 1974 dejó el país definitivamente.

Maldición eterna… es la séptima novela de Puig y fue escrita entre 1980 y 1981. Sus personajes son dos y viven en New York: Ramírez y Larry. El primero es un argentino, hombre mayor, con un pasado activista, que sufrió prisión y persecución política. Está paralizado y perdió la memoria, por lo que interroga permanentemente a su acompañante, el estadounidense Larry, de 38 años. Desde el comienzo, Ramírez insta a Larry a que sea un poco más amable con él: “Me parece que si Ud. me hablase como un hijo, yo sabría qué preguntarle como padre”. Ahí comienza el largo, áspero y emotivo diálogo entre ambos, en el cual solo hacia el final se esclarece por qué Larry realiza esta tarea de acompañamiento en un geriátrico, siendo, como es, profesor universitario. Al principio, dan paseos por la ciudad, hasta que Ramírez empeora.

En su juventud, Puig se había trasladado de Buenos Aires a Italia con el fin de estudiar dirección de cine en el Centro Sperimentale de Cinematografía, donde dictaban clases profesores de la envergadura de Luchino Visconti. En Italia trabajó como guionista de cine, entre otras ocupaciones, hasta que descubrió que lo suyo era escribir. Primero escribe novelas y finalmente obras de teatro y comedias musicales.

Sus ideas políticas son expuestas de algún modo en las novelas mencionadas, siendo muy conocida la extensa discusión de los personajes de Pubis Angelical, un delegado gremial peronista que trata de convencer a una mujer internada en un hospital. Asimismo, en El Beso de la Mujer Araña se narra la convivencia en una celda de un preso político y un homosexual, en la época de Onganía.

Existe un testimonio fílmico interesante, que es el documental de Mausi Martinez, Puig, 96 % de humedad, filmado en Villegas con los testimonios de vecinos y otras personas conocidas, cuando se cumplieron los 10 años de su fallecimiento, ocurrido en Cuernavaca, México.

En el documental testimonia el abogado César Calcagno, en cuyo estudio residió Puig en algún momento de su exilio. Este abogado cuenta que representó a Santucho, y que viajó a Trelew a constatar los malos tratos que su defendido había sufrido. “El mío era un estudio montonero” –cuenta Calcagno- y detalla la relación que mantuvo en su momento con el escritor exiliado en México, con el que llegó a mantener una amistad entrañable. ”Era ingenuo e inteligente -dice-, interrogaba, escribía y anotaba todas las explicaciones que se le suministraban. Los mexicanos preguntaban a los exiliados argentinos cómo podían ser peronistas cuando quién los expulsaba del país era Isabel Martinez... de Perón. Era demasiado complicado para ellos, según cuenta el abogado.

Maldición eterna a quien lea estas páginas es acaso su novela más amarga, en la que retrata con verdadera maestría el exilio y la pérdida de la memoria, equiparando ambas experiencias.

***

(A continuación, un fragmento de Maldición eterna...):

- ¿Qué es este paquete? Está dirigido a Ud. Sr. Ramírez.
- Si, un mensajero del Comité lo trajo a mediodía. Pero no lo voy a abrir. Se equivocaron, no es para mí.
- ¿Qué puede ser?... Tiene remitente de una oficina de Derechos Humanos, en Buenos Aires.
- Óigame... Ahora me acuerdo de lo que quería decirle antes. Los gorriones y toda clase de pájaros... y tal vez toda clase de animales, cuidan a la cría.... mientras se mantiene chica... de tamaño. Cuando los pichones de gorrión crecen los padres ya no saben. quienes son... no reconocen a los hijos más...
- Porque no tienen memoria, como los humanos.
- Es una bendición.
- No... en absoluto... Desde que llegué a esta ciudad... y empecé a sentirme mejor... cuando empecé a leer… bueno, usted sabe... usted comprende... hoy, si un hijo mío estuviera tirado en la calle, sangrando... yo lo reconocería... trataría de socorrerlo... porque puedo acordarme de las cosas... yo lo reconozco a usted cada día que viene… Pero antes no... antes de que me pusieran en ese avión... no habría reconocido a mi hijo... tal como los animales... Así que... cuando me acusó de llamar a la Universidad… y contarles todo de usted.... en realidad yo pensé eso... porque cuando alguien tiene su tipo de.... ideas ...debe estar alerta… No era yo quién iba a hacer la llamada, sino algún enemigo suyo, o un falso amigo....
- ¿Entonces usted… es amigo mío, Señor Ramírez?
- Qué raro... de su parte, que nunca hace preguntas ¿qué le pasa? No me reconoce más?
- ¿Quién es usted?
- A veces Larry… la gente… tiene que afrontar un riesgo... Sé que usted no es más que un niño... pero tiene que hacer de cuenta que es grande y fuerte... porque voy a necesitar ayuda... y no hay nadie más alrededor... (...)

4 comentarios:

  1. Martha! viniste al taller! qué bueno! lástima no pude saludarte. qué bueno verte! un beso grande!

    ResponderEliminar
  2. Si, yo también te ví, y muy bien. Te felicito. Juli, vos sí que no perdés el tiempo. bESITO!!!
    mARTHA. gRACIAS.

    ResponderEliminar
  3. ajaja viste? jaja gracias martha! beso grande! la próxima nos saludamos!

    ResponderEliminar