martes, 11 de octubre de 2011

En nuestra sociedad no hay nadie que no sea un enfermo mental


Esta entrevista fue realizada por un grupo de escolares al director alemán:

P: ¿Le resulta difícil no sentirse desplazado en un grupo que no conoce?

R: Depende del grupo. En la mayoría, sí.

P: ¿Le parece verosímil la posibilidad de una involución que nos haga retroceder a un estado vital muy primitivo?

R: No.

P: ¿Cree en la existencia de vida extraterrestre?

R: Sí.

P: ¿Cómo se imagina su vejez?

R: No creo que llegue a ella.

P: ¿Qué opina de la Navidad sin árbol de Navidad?

R: A la gente a la que han educado con tantas mentiras que necesita tales símbolos hay que dejarla en paz hasta que haya una sociedad en la que no sea necesario nada de eso.

P: ¿Cómo reacciona a la crítica negativa?

R: Positivamente.

P: ¿Cuál es el juego de sociedad que más le gusta?

R: El juego de la verdad.

P: ¿Qué opina del problema de la hostilidad frente a los niños que se da en Alemania?

R: El problema más grande es para aquellos a los que han llenado de un amor demasiado falso, contribuyendo de esta manera a prolongar la sociedad en su forma actual.

P: ¿Considera que los enfermos mentales son una carga para nuestra sociedad?

R: En nuestra sociedad no hay nadie que no sea un enfermo mental.

P: ¿Cree que el suicidio es plenamente justificable?

R: Sí.

P: ¿Le resulta difícil mostrar sus sentimientos sin inhibiciones a una persona próxima?

R: No.

P: ¿En qué circunstancias haría un gran sacrificio?

R: Por amor.

P: ¿Se dejaría aconsejar por un psiquiatra o psicólogo en época de crisis personal?

R: Sin duda.

P: ¿Qué estudios tiene?

R: Ninguno.

P: ¿Estaría dispuesto a adoptar un niño que necesitara cuidados?

R: No.

P: ¿Cree que les cae bien a sus semejantes?

R: Se lo pongo tan difícil eso de caerles bien que sólo persisten algunos.

P: ¿Espera el futuro con ilusión o lo afronta con pesimismo?

R: Esa no es pregunta para mí.

P: ¿Quién es su modelo y por qué?

R: Heinrich von Kleist, porque consiguió encontrar a alguien que quisiera morir con él.

P:¿Le educaron autoritariamente? De ser así, ¿lo lamenta?

R: No.

P: ¿Cuál fue la última vez que se sintió confundido y por qué?

R: Me siento confuso siempre que me mira alguien uniformado.

P: ¿En qué basa su autoconfianza?

R: En mi capacidad.

P: ¿Qué es lo que considera esencial en una relación de pareja?

R: El examen constante de los valores en que se basa.

P: ¿Contempla las centrales nucleares como una amenaza?

R: No.

P: ¿Se deja influir por el humor de los demás?

R: Depende del humor.

P: ¿Qué representa para usted un domingo por la mañana?

R: Caviar, champaña, la octava de Mahler, "Radioactivity" de Kraftwerk, el "Bild am Sonntag", un libro tan interesante que a uno le sabe mal acabarlo, un amigo, un buen amigo y la posibilidad de descolgar el teléfono.

P: A partir de su propia experiencia, ¿qué rasgo o qué conducta le parece que favorece especialmente el contacto?

R: No puedo contestar a eso como un ser normal. En mi caso es la denominada "notoriedad".

P: ¿Sus telefilms se basan en hechos verdaderos?

R: No hay hechos verdaderos. Lo verdadero es lo artístico.

P: ¿Se deja influir o aconsejar por otros al escoger un tema o lo decide todo usted solo?

R: Desde el momento en que uno no se va a vivir a una isla desierta ya no decide solo.

P: ¿A qué partido vota en las elecciones generales?

R: Ya no voto.

P: ¿Cree en lo que cuentan sus películas?

R: Sí.

P: ¿Hace deporte? Si es así, ¿cuál?

R: Ping-pong, nadar, faire l'amour.

P: ¿Cómo ve su futuro profesional y privado?

R: No hay pasado, no hay presente; por lo tanto, tampoco hay futuro.

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