sábado, 14 de junio de 2014

¡Viva el rey!

Albert Pla en Niceto, Buenos Aires


por Willy Villalobos - Fotografías: Nicolás Villalobos

¡El rey ha muerto!

¡Abdicó!

¡Los policías les dan flores a los manifestantes!

¡Los banqueros reparten dinero a la gente!

¡Los presos salen de las cárceles!

¡Se disuelve el ejército!

¡Somos libres!

¡La gente está loca de alegría!

¡Los chicos y las chicas quieren coger!

¡Hay trabajo para todos!

¡Que todos vayan para España!

¡Los curas ya no meten mano a los niños!

Así arrancó el catalán Albert Pla el recital del jueves en Niceto Club, volteando ilusiones.

Y el clima se fue calentando como en "La colilla", ese tema que cuenta la historia un cigarrito que se desprende de la boca de Carlos Cuesta, último descendiente de Moctezuma, asesinado intentando cruzar la frontera yanqui, que logra entrar en los Estados Unidos y va incendiando todo lo que encuentra a su paso.

Albert vino acompañado por Diego Cortés, un guitarrista clásico flamenco, con técnica, velocidad y un enorme corazón que por momentos se convierte en la figura de la noche.

¡Qué difícil es explicar por qué un artista logra que el público se rompa las manos agradeciendo!

El catalán de pronto es un niño que cuenta entre susurros como dejó que su hermanito se ahogara; una loca hermosa que dijo basta y prendió fuego a toda su familia; un grupo de pibes que pasan de todo; un tipo que perdió su corazón y se volvió malo; un egoísta que desea que se la chupen sólo a el; uno que no sabe cuál es la diferencia entre el bien y el mal; un gallego que se caga en la corona; un muchacho que quiere provocar a la policía, robarles las armas y asesinarlos; un terrorista que asegura que las bombas son mejores que las manifestaciones...

Un gran artista, amable y provocador, que nos hace reír mientras nos muestra el lado más salvaje de la vida, ese que tanto deseamos y tememos.

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