sábado, 6 de febrero de 2016

Andate Lopérfido (Los estados generales del cine argentino)


Ahora que cineastas como Hugo Santiago, Mariano Llinás, Matías Piñeiro, Santiago Mitre, Julia Solomonoff, Laura Citarella y Tamae Garateguy, entre otros, tuvieron el valor cívico de sumarse al repudio y pedido de renuncia del negacionista Lopérfido al Ministerio de Cultura de la ciudad de BA, me pregunto si los cineastas argentinos serían capaces de gestos como los de Godard, Truffaut, Resnais, Marker, Chabrol, Rivette, Lelouch *, etc., para evitarnos el disgusto de tener que cruzarnos en los pasillos del próximo BAFICI con este personaje nefasto, promoviendo algún tipo de acto de repudio. ¿O acaso los estados generales del cine argentino hacen inconcebibles actos de valor cívico y conviviremos con la lacra negacionista?

El festival de Cannes de 1968, su 21a. edición, empezó el 10 de mayo de 1968. Su ceremonia de clausura estaba programada para el 24 de mayo. Pero terminó antes, a causa de los disturbios del Mayo francés que ocurrían en ese mismo momento. La suspensión fue promovida por los grandes exponentes del cine francés de aquel entonces, justo los que llevaron al cine francés a su momento más glorioso. Los artistas entendieron que un acontecimiento artístico, cultural y político no podía seguir como si nada mientras el país estaba políticamente convulsionado. Hacer como que no pasaba nada era, de hecho, ser cómplice del statu quo. Hay ocasiones en las que el silencio es complicidad.



En las asambleas que los cineastas compartían con estudiantes trabajadores e intelectuales, se discutían todos los aspectos de la producción y creación cinematográfica: nuevas formas de producción, lenguajes, temáticas. En esos debates colectivos se desafió la organización capitalista de la industria del cine. Este estado asambleario se denominó “Estados Generales del Cine Francés”. En sus convocatorias proclamaban: “sea usted técnico, intérprete, crítico o espectador, si quiere la REVOLUCION, por, para y en el CINE, venga a militar a los ESTADOS GENERALES DEL CINEMA”.

El 13 de mayo, los estudiantes invadieron el festival y provocaron la anulación de muchas proyecciones. Durante unos días se discutió su continuidad. El 18 de mayo, varios directores (los arriba mencionados y otros más), junto a referentes del campo cultural, tomaron el hall del festival y exigieron su suspensión, en solidaridad con los estudiantes y obreros reprimidos durante las manifestaciones. Estos hechos coincidían con la convulsión que había producido entre los cineastas franceses el despido de Henri Langlois, director de la Cinémathèque française, por decisión del ministro de cultura André Malraux. Langlois siempre fue considerado un padre y una figura clave para la generación de la nouvelle vague. Su cinefilia se formó en la Cinemateca que el dirigió durante años.



Los organizadores de Cannes se negaban a suspenderlo. Ante esa negativa, Louis Malle, Monica Vitti y Roman Polanski renunciaron como miembros del jurado. Alain Resnais, Carlos Saura y Miloš Forman retiraron sus películas de concurso. François Truffaut, Jean-Luc Godard y otros cineastas llegaron a colgarse sobre la pantalla en que se proyectaban las películas para interrumpir las proyecciones. La presión fue tan intensa que el Festival se canceló el 19 de mayo.

Estos acontecimientos dieron lugar a la creación de un evento paralelo al Festival oficial que declaraba su oposición a todo tipo de censura o presión política. Impulsada por Pierre-Henri Deleau, se llamó la Quincena de los Realizadores y comenzó a funcionar en 1969.

Hoy la ciudad de Buenos Aires tiene un Ministro de Cultura negacionista, que en declaraciones que fueron repudiadas por organismos de DDHH y personalidades de la cultura argentina e internacional sostuvo que el número de desaparecidos durante la dictadura “fue una mentira que se construyó en una mesa para obtener subsidios que te daban” (sic). El comunicado de repudio a los dichos de Lopérfido sostiene que estas declaraciones son "un claro intento de banalizar y restar importancia a las atrocidades cometidas en esos años, como así también de arrojar un manto de descrédito sobre los organismos y las políticas de derechos humanos. Si de cifras se trata, el compromiso debería ser el de profundizar y expandir la investigación sobre cada uno de los delitos cometidos por el terrorismo de estado, determinando responsabilidades y complicidades, lo cual sólo se logra poniendo a disposición recursos y políticas. Además, en dicha entrevista, el Ministro se refirió a un enfrentamiento 'entre dos bandas armadas', reflotando para nuestro asombro la peligrosa y perimida 'teoría de los dos demonios' según la cual la violencia de las guerrillas de aquellos años resulta equiparable al exterminio sistemático de todo tipo de disidencia por parte del Estado".

Entre quienes repudiaron las afirmaciones de Lopérfido y exigieron su renuncia figuran Judith Butler, Alain Badiou, Slavoj Zizek, Etienne Balibar, Néstor García Canclini, Sylvia Molloy, Josefina Ludmer, Pilar Calveyro, Alan Pauls, Darío Grandinetti, Sergio Bizzio, Sergio Chejfec, Graciela Speranza, María Moreno, Mauricio Kartun, Daniel Link, Esteban Buch, Hugo Santiago, Roberto Jacoby, Gustavo Beytelman, Graciela Montaldo, Marcelo Cohen, Alejandro Grimson, Rafael Spregelburd, Agustín Alezzo, Alberto Kornblihtt, Américo Cristófalo, Gonzalo Aguilar, Mario Bellatin, Mariano Llinás, Ricardo Manetti, Santiago Mitre, Julia Solomonoff, Fernando Noy, Jorge Gumier Maier, Matías Piñeiro, María Pía López, Marta Dillon, Daniel Divinsky, Paula Maffia, Maristella Svampa, Félix Bruzzone, Dardo Scavino, Mariana Enríquez, Graciela Taquini, Agustina Muñoz, Analía Couceyro, DJ Trincado, Ricardo Manetti, Diego Trerotola, Tamae Garateguy, Nahuel Pérez Biscayart, Nora Fisch, Laura Citarella, entre muchos otros.

Pese a la ola de repudios que su presencia en el cargo de Ministro de Cultura de CABA produce, Lopérfido aún no renunció. Si no lo hace antes de que el BAFICI comience, es posible que los asistentes y participantes del festival de cine tengamos el enorme disgusto de tener que cruzarnos en las proyecciones con este repudiable funcionario. Tal como dice la nota:

"Como ciudadanos argentinos y extranjeros a quienes nos ligan fuertes vínculos con la cultura y la historia argentinas y con la producción cultural de la Ciudad de Buenos Aires, las múltiples instancias en que habitualmente participamos de políticas culturales públicas se ven gravemente afectadas por un posicionamiento como el del Sr. Lopérfido en su rol de ministro de cultura de dicha ciudad. Nuestra confianza y nuestro respeto por las iniciativas públicas del Gobierno de la Ciudad, y por extensión del Gobierno Federal, resultan lesionados por expresiones públicas como la del Ministro de Cultura, a quien ustedes avalan permitiendo que permanezca en su cargo".

Para adherir a la nota, clickear ACÁ.


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