lunes, 29 de abril de 2019

Terrible derrota de Cambiemos en Santa Fe, con grandes perspectivas para el peronismo unido


La anciana gorila almorzadora tenía motivos para sentir lástima, desesperación y fastidio ayer, pese a  que caracteriza este momento como "maravilloso". En su provincia natal, Santa Fe, uno de los distritos más grandes del país, ubicado en la franja sojera donde el macrismo se hizo fuerte en estos años, esa fuerza tuvo un resultado electoral catastrófico.

Santa Fe se había instalado desde hace años como una provincia dividida en "tres tercios" (socialismo/macrismo/peronismo), gobernada por el socialismo desde 2007, en la que el peronismo en todas sus variantes tenía dificultades en hacer pie dadas sus disidencias internas. En 2015 en Santa Fe el PRO estuvo a punto de ganar la gobernación: en las PASO su candidato Miguel del Sel había salido primero, aunque en la elección provincial fue finalmente derrotado por el socialismo. 

El socialismo santafesino desde hace años formaba parte del Frente Progresista junto con el radicalismo. Pero este año la dirigencia oficial de los radicales rompió su acuerdo con el Frente Progresista para aliarse al PRO, lo que produjo severos conflictos internos, acentuados ahora por el catastrófico resultado de ayer. Muy lejos de "los tres tercios", el macrismo y sus aliados quedaron terceros lejos de sus dos rivales, con un magro 19%. 

Hace menos de dos años, Cambiemos sin los radicales había ganado primero las legislativas y más tarde las generales, con casi 20 puntos más que ayer. La lectura más verosímil de esta caída se atribuye al arrastre negativo de la figura de macri, con la colaboración de la descompensada Carrió, que la semana pasada estuvo haciendo papelones en la provincia. Santa Fe en 2017 parecía pintada de amarillo pero ayer arrojó a Cambiemos al fondo del pozo. 

Más allá de que cada elección tiene su lectura local, el estrépito con el que cae el macrismo tiene una innegable repercusión nacional. Las PASO no son vinculantes respecto del resultado de las próximas elecciones generales, pero el resultado de ayer es un golpe duro dentro de una cadena de derrotas provinciales que viene acumulando el macrismo este año. Todavía nadie ganó ningún cargo en Santa Fe, pero la derrota del oficialismo nacional es política. Marca la declinación de Cambiemos en Santa Fe. Los radicales santafesinos deberán estar evaluando qué hacer luego de esta paliza.

Todo lo contrario pasa con el peronismo santafesino, que en unas PASO entre Omar Perotti y María Eugenia Bielsa, sumaron más del 42% de los votos. Esa suma deja al peronismo en la delantera, aun cuando a nivel individual el precandidato socialista Antonio Bonfatti  (31%) superó a Perotti (28,52%). Perotti y Bielsa ahora deberán moverse para conservar en las generales la mayor parte de los votos ganados ayer, lo que podría provocar la primera derrota del socialismo santafesino en 12 años. Esta experiencia de una interna resuelta de manera civilizada tiene un significado nacional: el peronismo unido gana con el kirchnerismo adentro y sus chances bajan si los peronismos locales intentan una vía antikirchnerista.

El triunfo individual de Bonfatti también tiene una repercusión nacional. El muletto oficial Lavagna intentó armar una tercera fuerza nacional con Bonfatti como principal aliado. Parece entonces que Lavagna no tiene chances en tanto se aleja del peronismo y sobreactúa antikirchnerismo. A diferencia de Perotti, que hoy tiene buenas relaciones con Unidad Ciudadana, tanto como María Eugenia Bielsa. El resultado de ayer alienta los frentes del peronismo aliado al kirchnerismo en otras provincias y le baja el precio a un peronismo amigable al macrismo.

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