martes, 23 de julio de 2019

Late night radio

Mizoguchi, Sylvian, Lanois y Eno en La otra.-radio del domingo pasado, para escuchar acá


Pedime que vaya
¿Por qué no me llevás con vos?
Pedime que vaya
de shopping a la noche.

Podemos subir al auto
nadie va a estar mirándonos
podemos perdernos
de shopping a la noche.

Decime qué necesitamos
escribí una lista o algo
No es necesario que necesitemos nada
de shopping a la noche.



Estas canciones de David Sylvian podrían sonar en el night club de Twin Peaks perfectamente. Tienen ese misterio envolvente que se asocia de inmediato al universo lyncheano. Una seducción adictiva. En el programa del domingo pasado, César Colman trajo a tres músicos que cultivan una modernidad refinada en la periferia oscura del pop, intersectándose con búsquedas sónicas más experimentales, a menudo en asociación con otros músicos a veces más famosos, aportándoles su arrojo artístico:

David Sylvian, Daniel Lanois, Brian Eno

Sylvian fue uno de los líderes de Japan, si es que no fue el único. Su carrera como solista no era tan diferente en los comienzos a lo que hacía Japan en sus últimos discos, pero fue tomando una distancia según pasaron los discos. En sus últimas producciones, terminó alejándose de todo vestigio de influencia y de todo patrón musical para acercarse a un universo cada vez más personal. También tuvo un par de obras a dúo con Robert Fripp y merced a esto coqueteó con el sonido de King Crimson, aunque la cosa no pasó a mayores. No es un señor de hits ni de temas conocidos, pero probablemente muchos lo recuerden por su participación en la banda de sonido de la película de Nagisa Oshima Merry Christmas Mr.Lawrence -estrenada en Argentina con el título de Furyo- protagonizada por David Bowie y Ryuichi Sakamoto, con un joven Takeshi Kitano en un papel secundario. Ahí Sylvian canta "Forbiden colours", co-escrita con el mismísimo Ryuichi. Una post-data como para tener en cuenta: Dead bees on a cake del año 1999 fue uno de Los 138 discos que nadie te recomendó, el fabuloso libro de Sergio Coscia y Ernesto Gontran Castrillón, y eso no es poca cosa…


El canadiense Daniel Lanois comenzó a trabajar con Brian Eno para hacer la producción artística de The Unforgettable fire (1984, U2). Luego siguieron trabajando junto a la banda en The Joshua tree (1987) y Achtung baby (1991), aportándole a los irlandeses un refinamiento sonoro que ellos no habían tenido antes. Lanois fue un colaborador artístico clave en la discografía de, nada menos, Bob Dylan, alcanzando un desempeño que quizá Dylan nunca había logrado en estudio. Con Oh, Mercy de 1989 y Time out of mind (1996) Dylan llegó, de la mano de Lanois, a su nueva edad de oro. En el 2010 Lanois produjo para Neil Young Le noise, título que es todo un homenaje. Pero ya había trabajado con Peter Gabriel en Birdy (1985), So (1986) y Us (1992); y para Scott Weiland en 12 bar blues (1994). Como solista tiene cerca de una decena de discos, desde Acadie de 1989 y For the beauty of Wynona (1993) hasta bandas sonoras, como Sling blade (Resplandor en la noche). En colaboración con Brian Eno y Harold Budd hizo The Pearl (1984). Y en 2010 editó en banda Black dub, que hurga en las raíces del dub, el blues, el soul y el rock.


Brian Eno es genio y figura detrás del Bowie de la trilogía berlinesa (Low, Heroes y Lodger). En Roxy Music le peleó el liderazgo a Bryan Ferry, hasta que Eno decidió hacer la suya (y recién estamos hablando del año 1972). Hizo discos junto a David Byrne (My life in the bush of ghosts, 1981), Robert Fripp (No poosyfooting, 1973, y Evening star, 1975), entre otros. Y produjo junto a U2, además de los anteriormente mencionados, Passengers. Pero su aporte más personal está en una veintena de discos como solista en los que exploró el sonido ambient, entre ellos Music for airports (1978), Before an after science (1977), Another green world (1975) y el que inició su carrera solista, Here comes the warm jets (1973). Otro disco, Apollo: Atmospheres and soundtracks, que hizo en 1983 en colaboración con Daniel Lanois y Roger Eno, también figura entre Los 138… de Coscia y Gontran Castrillón.


Mizoguchi

El sábado pasado terminó en la Sala Lugones una gran retrospectiva con 14 películas del cineasta japonés Kenji Mizoguchi que fue seguida enteramente por Carla Maglio. Mizoguchi es uno de los autores más originales de la historia del cine, creador de un estilo único, basado en una tensión entre los conflictos de intensidad emocional y social que trata y un tratamiento formal cauto y extrañamente sereno. La belleza y la emoción en Mizoguchi nunca son enfáticas, sino que surgen por una decantación misteriosa. Hay una apariencia de fluidez en sus planos cuidadosamente dispuestos, en espacios acotados donde la distancia importa tanto como los sutiles toques de luz, lo que se muestra y lo que se elide, y una confianza en el tempo de sus magistrales planos secuencia. Su estatura de clásico nunca fue una excusa para evitar en sus películas la huella de los conflictos políticos y sociales de la historia japonesa y del presente en el que filmaba. En La otra.-radio del domingo, Carla se explayó sobre el conjunto de películas de Mizoguchi que vio en este ciclo. Escuchen todo acá.

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