Estaba a punto de convencerme de que todas las canciones hermosas ya habían sido hechas y de ahora en más solo cabía recordarlas. La verdad no esperaba este asalto de la belleza cuando anoche escuché "Cómo la primavera", recién estrenada por Juanito el Cantor, quien parece tener una conexión con el manantial de las canciones hermosas ("Bolero", "Él salón de los espejos" o "Todo el tiempo"). Él la describe como "una suerte de milonga impresionista, colorida y melancólica" y está bien. Pero es más todavía. Juanito ya supo convocar las potencias misteriosas que conjugan la ensoñación con la ronda infantil, Debussy y las canciones de cuna.
"Como la primavera" es de esas piezas cuya existencia uno no puede sospechar aunque luego de escucharlas se vuelven apodícticas. ¿Las canciones así estarán aguardándonos en alguna parte del aire o de la noche para refulgir de pronto? ¿Habrá alguna hechicería que conocen estos magos para hacerlas aparecer de repente?
Eduardo Mateo supo ofrecernos esta especie de miniaturas raras a cuya familia pertenece "Cómo la primavera". Dejarse llevar por su pulso frágil y su ternura insólita no sé si nos hará acostumbrarnos a estas apariciones o al contrario, nos dejará desguarnecidos hasta la próxima vez en que el arte ataque.
Antes de ayer no la esperaba pero creo que encontré mi canción del año, la que me deje todavía atento.
Atenti: acá la comparto, escúchenla y después me dicen.