Cuando a Amy Winehouse le preguntan por qué está tan flaca, contesta: “sufro de anorexia, bulimia y otros problemas alimenticios. No estoy del todo bien aún, pero tampoco creo que ninguna mujer lo esté”. Son ideas acerca de la salud. Ustedes saben, porque ya lo hablamos aquí: Amy se hizo mundialmente famosa con una canción en la que se niega a someterse a un tratamiento de rehabilitación por sus adicciones, tratamiento al que su familia y el estado quieren obligarla:
NO TENGO TIEMPO DE IR,
Y SI PAPÁ DICE QUE ESTOY BIEN…
ÉL YA INTENTÓ LLEVARME A REHABILITACIÓN
PERO NO VOY A IR, NO, NO.
PREFIERO ESTAR EN CASA CON RAY,
NO ME SOBRAN 70 DÍAS...
Parece que después, cuando se puso peor, accedió a internarse por un tiempo. Pero al menos en cierto sentido ya era tarde. Porque la canción transformó un asunto privado en una obra de arte (cuando vas al teatro no esperás que Hamlet sea un dechado de virtudes: ¿por qué esperarlo entonces del personaje de una canción?) y en un asunto político (ya no se trata de lo que le pase a un famoso en su privacidad, después de todo decenas de ídolos pop se toman todo y caretean tener una vida impecable; Amy, al hacer con eso una canción, pone sobre el tapete el tema del poder sanitario del estado y de la familia: ¿quién se considera sano como para obligar a otro a someterse a su idea de la salud?).
Cuando Amy hace poco ganó cinco Grammy por sus canciones, la que se puso mal fue Natalie Cole: "No tendría que haber ganado. Creo que eso le da un mal ejemplo a los jóvenes que están intentado hacerlo bien. Tenemos que parar de recompensar los malos comportamientos".
"No estoy en esto para ser un modelo a seguir -respondió Amy-, escribo canciones porque tengo la cabeza hecha mierda y necesito sacar algo bueno de lo malo".
Cuando el amigo Juan González del Solar leyó en nuestro blog acerca de Amy, expresó sus reservas: “No hay apología, ok, pero ¿no te parece que así va a ser leído por un adicto que cante esta canción como un himno de victoria? Por otra parte, la mina está diciendo no a la rehabilitación; ¿a qué le dice que sí cantando esto?”.
Le respondí a Juan que pienso que un buen efecto que produce la canción es que se debata políticamente sobre salud, sobre individuos sanos o enfermos, sobre sociedades sanas o enfermas, sobre la medicalización de la existencia. Le comenté que a mí me interesa abrir ese debate, escuchando voces diversas. Y creo que la de Amy es la voz que menos se escucha, la del “enfermo” que “no sabe lo que le conviene”. E invité a Juan a desarrollar su punto de vista en nuestro blog (Juan tiene el suyo, muy interesante). En principio, Juan aceptó seguir pensando el asunto, pero después de un par de semanas me mandó un mail en el que me decía: “Estimado Oscar, acá te paso el archivo de lo que quiso ser tantas veces el post. Se me hizo imposible. Gracias por la oportunidad.”
Pero al leer el archivo, me pareció que este era justamente el testimonio que valía la pena publicar. Se lo comenté y luego de una pequeña y amable negociación, Juan aceptó que el archivo de su imposibilidad se transformara en este post:
«Definitivamente se me hace imposible escribir este post, no tengo ganas o no puedo. Qué puedo contar; nunca consumí cocaína, ni siquiera la vi, lo máximo fue hace dos semanas en el baño de un boliche, un flaco sacó un papelito y se dio un saque como quien se lava las manos; me imagino cómo debe de ser por El pasado, todo mi acercamiento. Alguna vez fumé pero me cayó mal y con eso suficiente, no me gustó aunque le di un par de oportunidades; tal vez la que cultivaba un amigo era diferente, una pitada y listo, pero no otra cosa, no me seduce verme a mí mismo sin mis reacciones, pobres pero mías y concientes. Me acuerdo de mis amigos hablando de las genialidades que pensaban en ese estado en el que cada vez estaban más; los escuchaba y no se les caía una idea ni aunque citaran a Nietzsche. Y después decían que había que fumar con un anotador, no sabés las cosas que se me ocurren, a vos que escribís te haría bien, te puedo pasar un par de ideas. No leían un libro ni bajo tortura, pero ellos sabían más, ellos siempre tenían la razón y la muerte que después llega. Porque que tu vida pierda cualquier sentido o ánimo no es liberación, es pobreza.
«Pero es buscada, claro, con los ojos abiertos, como Amy, que tiene bien claro qué es lo que quiere, lo que necesita y lo que no le interesa: bien por ella. Mientras tanto la muerte otra vez, ver familias destruidas y yo que sé más, ustedes no entienden, “ustedes”, con desprecio y superioridad, y esa larguísima cantidad de estadísticas y excusas que solo demuestran más carencia.
«¿Que qué se siente? Te sentís Superman, podés todo. Excelente, Superman. Mi amigo tenía la S azul y roja tatuada en la espalda. Como si supiera. La definición es de otro amigo, que por el momento está peor todavía y nada indica lo contrario; ambos coinciden con los otros y los otros y con Amy: ellos saben, saben más, mucho más que vos, que sos un careta. Llega un día en que les aburre mucho estar con vos aunque hagas las idioteces de siempre, en que les molesta e incomoda que digas no gracias; no me juzgues, no te juzgo, lo estás haciendo, no lo estoy haciendo, simplemente que no me interesa, que no tengo ganas, que no gracias, pasemos a otro tema, no hay otro tema, el adicto habla por sobre todo de una cosa –esta es, según la psicología, la definición del adicto y su diferencia con el que solo consume–.
«Amy se da un pase en el escenario. Acá, en Madrid, escucho a los Redondos y me acuerdo de la exégesis que hacía de chico, uh, mirá, esto habla de la droga, qué loco. Qué muerte, qué basura, pero eso no lo decía ni lo sabía ni, por sobre todo, me hubiera animado a decirlo o pensarlo: este tipo el Indio es un genio. Qué bien. Todo está bien. Que los pendejos prueben, que los grandes prueben, que te pegues un tiro, no hay problema, es tu vida. Sí, ya sé que vos lo manejás.
«Amy necesita un amigo y yo también; a mí me toca la suerte, para mí, de no encontrar el substituto.
«Yo intenté, como muchos, ser buen amigo de mis amigos: el primer día no lo estás entendiendo; el segundo no entendés nada; el tercero te atiende y te corta; el cuarto y subsiguientes no te atiende el teléfono. Vos probás con todas las formas pero él sabe todo antes. Está todo bien, me fumo un faso y pasa la vida; una noche; dos; desde que me levanto. Y no se trata de no fumar –tengo muchos amigos que cada tanto fuman y no tendría mayor problema en dar alguna otra pitada– o de no darse un pase –ya, estimo, de otro calibre y no me anotaría–, se trata de vivir.
«¿La vida, qué es eso, esa basura de sistema en el que estás vos donde te dicen qué hacer todo el día? Dejame a mí. Él la tiene clara y yo no; Amy también la tiene clara, I said no, no, no. Genia, Amy. Cuatro millones más dicen no, no, no. ¿Y la respuesta?, ¿a algo se le dice sí? En algún momento la rebeldía va a consistir en ser parte de algo y se hará famoso el torneo de golf para roqueros.
«A mí no me interesa recibirme, no me interesa laburar, no me interesa tener una novia ni hacer la vida que hacés vos, no puede ser tan difícil de entender. No te creo, no te creo nada. Y mucho menos creo que sepas cuál es la vida que elijo yo. ¿Elijo? No sé, no tengo idea. Tampoco sé si elije Amy, claro, sé que dice no, no, no, con una banda que suena increíble, y que va a los Grammys y los gana todos. Genia Amy, vos sí que la pegaste.
«¿Sabés lo que es ver a tu alumno de dieciséis años dado vuelta a las 8 de la mañana? Que llore y que no sepas qué hacer. Que pierda otra vez el año. Que te hable de que quiere suicidarse. A los dieciséis años. Y Amy dice no, ojalá saliera de acá como por arte de magia.
«Está todo bien, reina, es tu vida, vos sabés más, ya conseguirás tu amigo y les explicarás a los que tenés que el que falta es otro, es distinto, o por ahí se van a vivir juntos y te dan una mano con esta forma que parece no gustarte tanto; guita no falta y hasta pueden hacer un reality que se llame Safehouse. Mi amigo sabe más siempre; un día dijo basta y estuvo como tres semanas sin consumir; genio, mi amigo. Después pasó algo y se dio un saque de como 14 grs. que casi lo deja para el recuerdo; qué se le va a hacer, cosas que pasan, la próxima no va a ser así. Claro que no va a haber una próxima, aunque del lado de los mortales la vida se ponga áspera y haya que despertarse temprano por lo que te parece muy poco. Lástima que el día que lo encontraron justo estuviera toda tu familia reunida por tristeza; ellos tampoco entienden nada. Está todo bien, el afano también, si estaba como loco, no pude hacerlo de otra manera. Te creo.
«No es contra la droga; por mí que la legalicen, que no se enriquezcan los de siempre y que se cobren impuestos para invertir en Salud.
«¿Qué queda después? ¿A qué se le dice sí? ¿Cuál es la alternativa para la droga?
«No puedo escribir este post porque no entiendo nada y porque lo que pienso lo piensa cualquiera –hasta Amy–, que la droga mata, te asesina. Para el mundo en que vivimos soy un bicho feo con espíritu moralizante y eso no sirve, abajo la inquisición; encima tampoco soy “del palo”, así que peor que peor. Me falta todavía mucho coraje para ser lo políticamente incorrecto que querría. Y encima creo en Dios.
«No tengo nada para decir, que Amy diga no, que la canten frenéticas millones de personas en el mundo, que esté todo bien, genia Amy.»
Esto es lo que piensa Juan. ¿Qué piensan ustedes?
O. A. C.
A ver. Yo pienso que cada una y uno tiene derecho a vivir su vida como se le cante. Literalmente, como se le cante. La droga debería ser legal. Ser legal no significa legalizarla de cualquier manera. Hay formas. No voy a entrar ahora en eso. El Estado no puede prohibir el consumo personal. Prohibir el consumo es violar el principio de autonomía. Cada persona tiene derecho a vivir su vida como le parezca: mal, bien, lo que sea. Cada persona tiene derecho a tomar sus propias decisiones: buenas, malas, equivocadas, diferentes a las nuestras, etc. El consumo de drogas, para colmo, es lo que se llama una acción autoreferente: no afecta a terceros, sólo me afecta a mí. Y, sobre las acciones autorefentes, nadie me puede decir nada: yo hago lo que quiero conmigo y con mi vida. Hay tres argumentos a favor de la prohibición: el argumento perfeccionista (el que sostendría un moralista), el argumento paternalista (el que sostendría alguien preocupado por la salud mental y física de las personas), el argumento de los daños a terceros (el que sostendría alguien que dice que legalizar el consumo no es malo para el que consume pero es malo para el resto de la sociedad). El abogado argentino Carlos Nino (1943 – 1993) responde y refuta estos tres argumentos en un libro más que interesante que se llama "Ética y derechos humanos". No se puede usar la ley para imponer el punto de vista del moralista y no hay daños a terceros. Explicarlo sería largo. Lo único que puede hacer el Estado es ejercer un paternalismo leve. Pero muy leve. Si es fuerte, deja de ser paternalismo y se vuelve perfeccionismo. El paternalismo se debe ejercer, además, solamente con aquellos que en verdad quieran dejar la droga o con aquellos que no sepan muy bien si iniciarse en ella. Concretamente: el paternalismo estatal debe limitarse a campañas de información, campañas de reducción de daños, centros de rehabilitación y una legalización con ciertas dificultades en el acceso. Quiero decir, no te van a vender lo que vos quieras en cualquier quiosco. Habrá lugares especialmente habilitados, una cantidad que puedas comprar por mes, un límite de edad y cosas así. El Estado puede hacer eso. Con respecto a aquellos que no quieren dejar de drogarse, que lo eligen como plan de vida, digamos, el Estado no puede hacer nada. Tiene que dejarlos. Podrá ser lamentable o estúpido, según el punto de vista de otras personas, pero nadie está obligado a vivir una vida ejemplar (según ese punto de vista). Todos cometemos estupideces, todos nos matamos o nos morimos por estupideces: por no llevar un cinturón de seguridad, por haber tomado demasiado alcohol, por haber fumado durante 30 años, etc. Todas y todos podemos y tenemos derecho a elegir para nosotros y nosotras mismas el plan de vida que se nos cante (equivocado, estúpido, acertado, lo que sea). Drogarse es una acción autorefente. No afecta a nadie, excepto a nosotros mismos. Que a algunas personas les parezca lamentable, me parece muy bien. Pero ese punto de vista no puede convertirse en ley. La mina canta lo que canta. No hay relación de causa-efecto. No porque la mina cante eso alguien va a empezar a consumir o va a seguir consumiendo o va a consumir más. Yo puedo drogarme delante tuyo, digamos, pero si vos no me imitás, no pasa nada. O yo puedo ofrecerte droga, pero si vos no la aceptás, tampoco pasa nada. Al consumidor se lo ve siempre como la fuente del mal. Pero la decisión de imitar un comportamiento o de aceptar un ofrecimiento es la verdadera causa del consumo del nuevo consumidor. Para terminar, diría que el hecho de que otras personas elijan y vivan otros planes de vida que no son los que nosotros elegiríamos para nosotros mismos siempre es enriquecedor para todos. En fin. Se hizo súper largo.
ResponderEliminarBesos. Julieta.
Sòlo puedo decir que me emocionò lo que piensa Juan, y que coincido en varios puntos. Y creo que es autorreferencial, pero como los hombres no son islas, el consumo de drogas afecta a la familia, los amigos, etc.
ResponderEliminarMuy interesante el debate.
Isabelina
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ResponderEliminarNo son islas los hombres ni las mujeres. O las mujeres ni los hombres. Dejemos de usar “los hombres” como si se refiriera a la humanidad toda, porque en verdad no lo hace. Sólo se refiere a los hombres, que sólo son una parte de la humanidad. Y si estamos acostumbradas/os a que “los hombres” se refiera al género humano en su totalidad, eso se debe solamente a que el género masculino se ha arrogado desde siempre la representación de toda la especie. Podemos decir “las personas”, en su lugar.
ResponderEliminarCon respecto al tema de las drogas, por supuesto que toda decisión que yo tome afectará a terceros en el sentido de que esos terceros pueden molestarse, ponerse tristes, alegrarse, o lo que sea. Pero eso no les da a esos terceros el derecho a impedirme tomar esa decisión. Mi hermano, por ejemplo, según mi punto de vista, malgasta sus días tocando la guitarra y escribiendo poemas. A mí me da mucha tristeza porque no hace nada productivo de su vida. Tiene un trabajo muy malo y seguramente nunca prosperará, ni profesionalmente, ni económicamente. Es un bohemio. Además, fuma mucho. La pregunta es: ¿qué interés mío (un interés legítimo) afecta la vida que eligió mi hermano?
Hay un párrafo muy interesante de un filósofo inglés, John Stuart Mill (1806-1873), que viene al caso. El párrafo está en un libro que se llama Sobre la libertad:
El único propósito por el cual el poder puede ser correctamente ejercido sobre cualquier miembro de la comunidad, contra su propia voluntad, es prevenir un daño a otros. Su propio bien [el bien de ese miembro de la comunidad], ya sea físico o moral, no es una justificación suficiente. Él [o ella] no puede ser correctamente compelido a hacer o a abstenerse de hacer algo porque será mejor para él [o ella], porque lo hará más feliz, porque, en la opinión de otros, hacerlo sería sabio o incluso correcto. Hay buenas razones para discutir con él, para razonar con él, para persuadirlo, para rogarle, pero no para compelerlo, o para infligirle algún mal en caso de que no lo haga. Para justificar esto [infligir un mal], la conducta de la cual se desea disuadirlo debe producir un mal a alguien más. La única parte de la conducta de alguien, de la cual él [o ella] es responsable ante la sociedad, es ésa que concierne a otros. En la parte que meramente concierne a sí mismo, su independencia es absoluta. Sobre sí mismo, sobre su propio cuerpo y mente, el individuo es soberano.
Nuestra Constitución recoge estas ideas en su artículo 19:
Las acciones privadas de los hombres [y de las mujeres] que de ningún modo ofendan al orden y a la moral pública, ni perjudiquen a un tercero, están sólo reservadas a Dios y exentas de la autoridad de los magistrados.
Una ley que penaliza el consumo de drogas es anticonstitucional y no está moralmente justificada.
Por más que nos encantaría encontrar razones para ejercer y dar alas a nuestro moralismo (o a un paternalismo fuerte), no las hay.
Besos. Julieta.
PD.: perdón por borrar tantas veces los comentarios, pero había errores de tipeo.
Por supuesto, y como se nota, la canción me encanta. Suena como los mil demonios y la voz de ella es increíble. El estribillo es lo mejor:
ResponderEliminarI said no no no...
Imagino muchas cosas, además de la rehabilitación, a las cuales decirles que no:
Casate, tené hijos. O, al menos, formá una pareja estable, heterosexual y monogámica, sé fiel, no mientas, no engañes, no fumes, no tomes, no te drogues, estudiá, recibite, sé sana, hacé ejercicio, sé delgada, sé joven, sé linda, sé simpática, sé agradable, sé discreta, trabajá, ascendé, prosperá, sé productiva, tené un pasatiempo, comprate una casa. Si no podés, comprate un auto, aunque sea.
I said no no no...!!
¿A qué se le dice que sí? A todo aquello que queda fuera de todos esos mandatos...
Besos. Julieta.
Adhiero a cada palabra que escribió Juan González del Solar. Es más, me habría encantado haberlas escrito yo.
ResponderEliminarEn cuanto a Julieta, le diría que su planteo es bastante antiguo y profundamente liberal. Suena a elogio desenfrenado de la propiedad privada, en la cual, como es sabido, los liberales incluyen el propio cuerpo, tanto como la tierra, el agua, los bienes muebles e inmuebles y hasta el aire que respiramos. Un planteo así, sin matices como el de Julieta, sólo merece el comentario de un pariente mío, de ideas izquierdistas, y que me horrorizó en su momento: en lugar de clínicas de rehabilitación - decía con frialdad pasmosa - yo les pondría clínicas llenas de jeringas, tubitos y todos los accesorios necesarios para que se mataran lo antes posible y se dejaran de joder a la humanidad y de aumentar los gastos del Estado.
Eso decía él, no yo, que le discutí acaloradamente.
Lo que creo es que el ser humano o las personas o personos no tienen límites para fabricar sus propias cárceles y las armas de su autodestrucción. Por eso, no nos falta más que unirnos al grito de guerra de un famoso franquista: ¡¡¡¡VIVA LA MUERTE!!!! y acoplar nuestras voces a la angelical de Amy.
Hola:
ResponderEliminarquiero aclararle a todos que, por una configuración de Blogger, cuando en los comments dice: "el autor ha eliminado esta entrada" se refiere al autor del COMENTARIO y no al autor de la nota. A los lectores les aclaro que se están publicando TODOS los mensajes que llegan, sin moderación.
A los que manden comentarios, les pediría que no los eliminen, para que nadie pueda inteprpretar esa eliminación como una supresión de opiniones.
Si se trata de simples errores, basta con enviar una "Fe de erratas" posterior. No creo que una misma persona mande un mensaje que inmediatamente deja de ser lo que opina al respecto. Es más probable que se trate de una mera correción menor.
Así que para que no queden esos desagradables "huecos" en el debate, les rogaría que no eliminen sus propio comentarios si un minuto antes los mandaron convencidos (también se puede releer varias veces antes de mandar).
Oscar
Algunas cosas que pienso en relación con el tema:
ResponderEliminar-Las drogas como sustancias no son buenas o malas en si mismas, en eso parece haber un cierto acuerdo en las opiniones. Entonces se trata de la relación de las personas con eso, de las experiencias que no son siempre iguales, que esta condicionada por la historia y el medio. No es lo mismo tomar pastas en pacha que fumar paco en retiro. No es lo mismo hacer expriencias con LSD en los 60 que inyectarse heroína para morir en el chelsea hotel. De esta manera, es quizás importante ver cual es la relación que tienen los sujetos con las drogas. Si se imponen a las diferentes experiencias patrones de salud-enfermedad demasiado rígidos se obstaculiza completamente la posibilidad de autonomía de los sujetos. De igual manera si se imponen idealizaciones precipitadas en torno a las posibilidades de transformacion de una droga. Tomando el caso del indio solari, una vez le preguntaron a Skay por la alusión a las drogas en las letras de los redondos, y el dice, si hay, pero las drogas como medio, como parte de algo, no como fin en si mismo, como cultura del reviente. A veces pienso porque duran tan poco en el mambo nuestros ídolos pop, y ya van a rehabilitación o reconocen la necesidad de ir pero no van...
Al mismo tiempo no me parece un camino interesante el jurídico para defender una cosa así. Porque se está hablando de libertad en términos sociales más amplios, hay países en que se legaliza (del cual estoy a favor,comparto con julieta) el consumo pero las representaciones condenatorias siguen en pié, y a veces de parte de los propios consumidores. Es interesante sobretodo cuando se trata de consumidores que enarbolan un discurso en torno a eso y se lo hace desde un punto de vista negativo: me destruyo con esto y vos también pero con otra cosa. Aunque en términos morales esto importa poco (a mi al menos), lo que manifiesta es el fracaso de un cierto proyecto subjetivo, la fosilización del deseo y no hay que ser tan paranóico como julieta, es hiperbólico pensar que hay tipos puros tan claros como flaco, simpático y no sé que más, y que la droga conserva algún tipo de representación trangresora en sí misma. En ese sentido, me parece que todo es más sútil y hay nichos de consumo para todos.
'hay nichos de consumo para todos'.
ResponderEliminarexcelente.
es una sintesis q de ser leida en la extension de lo q representa, aportaria al menos un 'entendimiento' mas ductil y adecuado, a los q como juan, con todo carinyo, 'no entienden nada' :-)
es una conversacion o un tema de conversacion q se subdivide en racimos y racimos y racimos de temas.
la legalizacion envuelve factores q con mi ansiedad no me interesan en este comment.
mi adhesion absoluta y univewrsal, a la libertad y al derecho de cualquier artista, deportista, etc, *, de darle una patada hasta el fin del mundo a cualquier estupidez q tenga q ver con los 'ejemplos'.
a su vez es innegable el hecho de q como simbolos, definitivamente influyen en las masas, pero de esa parte q se encarguen los padres, y en menor medida el gobierno con sus campanyas de educacion (btw por favor q las barajen y las den de nuevo).
las drogas y las adicciones:
adivino, con pleno conocimiento de causa, pero sin acceso a estadisticas reales, q tomando el censo de la poblacion mundial q consume drogas de cualquier tipo, solo una fraccion menor, sufre el 'problema' de las adicciones.
pongo entre parentesis problema (y no 'sufre') porque a grosso modo hay dos tipos de adictos:
1_el q elige la intensidad y la diferencia de las drogas como forma de vida hasta q acabe (tipo charlie garcia)
2_y el q se paso de la raya y no sabe, no puede, no tiene acceso, esta perdido pero no puede parar, si no tiene no puede 'funcionar' ni levantarse de la cama, sin embargo preferiria no necesitarla (tipo yo hace varios anyos).
el tipo uno -a excepcion de garcia porque en su momento era padre de un ninyo y eso decanta a otra discusion y a otro dilema etico pero estoy ansiosa y no quiero parar ahi tampoco-
el tipo uno hace una eleccion de vida y bienvenida la libertad punto y aparte.
el tipo dos. al tipo dos hay q ayudarlo. gobierno si es q hay, familia si es q hay. manos a la obra, punto y aparte.
las drogas como experiencia temporal -es decir por lo q dura el efecto-,
o como entretenimiento, o como lo q el usuario unico quiera q sean mientras las toma,
son una bendicion existencial no tan grande como la musica pero le pega en el palo.
* excluyo de los etceteras a cualquier hermano mayor o padre
detalle:
ResponderEliminarme encanta amy, tiene una forma de vibrar, de moverse, de cantar, y especialmente, de nuevo, de vibrar la musica, q la convierte en una artista -masiva- unica. a anyos luz de cualquiera de las estrellitas masivas q surgieron en el transcurso de los ultimos 20 anyos.
sin embargo, el tema 'rehab' es feo, o de los mas feos.
Entro a este blog por primera vez y encuentro un post de Juan con quien hemos conversado en alguna ocasión sobre este tema. ¿qué pienso? pienso como él que la droga mata y que durante su consumo no se puede producir ningún hecho artístico. Se necesita lógica, cordura, coordinación y razón para construir un andamiaje perfecto.
ResponderEliminarQue Amy diga no. Yo también digo no, a la droga. Cada una haciendo uso de su libertad y gastando los 70 días a como guste.
saludos
Lo interesante de como está planteado este debate es que aparecen casi todos los matices de la razón que ofrece el problema.
ResponderEliminarPor un lado, el enfoque de Julieta es "jurídico" en un sentido amplio: el tema de la inviolabilidad de los derechos individuales dicta una posición acerca de la legalización de las drogras, de los deberes y límites del estado, del tratamiento de los enfermos, etc.
Por otro, yo creo que el planteo de Juan no es jurídico, ni siquiera "moral" como podría parecer en una primera aproximación, sino amoroso. Creo escuchar este mensaje en Juan: el predominio irrestricto de la liberalidad, el respeto por la privacidad, etc, como ÚNICO valor atendible oculta una indiferencia en la que dejamos morir al otro. ¿Y el amor?, parece preguntar desesperadamente Juan en sus ejemplos de los alumnos de 16 a los que irse muriendo y los amigos que ya no atienden el teléfono. El dejar hacer al otro ¿puede ser una manera elegante de deshacerse del otro?
Estas son las dos puntas de la soga que le dan un carácter trágico al asunto. Porque a mí no me resulta posible renunciar a la libertad y tampoco me cierra terminar ahí el asunto.
Creo que Amy plantea algo más que una discusión de qué hacemos con la droga y con los drogadictos. Creo que lo que dice (lo que ME dice) REHAB se refiere no a los adictos enfermos, sino de lo que me atrevo a llamar: los portadores asintómáticos de la locura.
Porque Amy, como Cobain, Johnny Thunders, Heath Ledger, Fassbinder, etc. son "los que no pueden más" (como dice la canción de Charly: los que no pueden más se van). No pueden más por debilidad o por fortaleza constitutiva, porque exteriorizan sus tragedias a través del arte (y la sociedad vive por medio de ellos lo que no es capaz de vivir cara a cara).
Pero también estamos los que (aún) podemos... podemos ¿qué? Básicamente seguir funcionando, pagar los impuestos, respetar los horarios, salir limpios a la calle, tragarnos la bronca, atenuar la desesperación. Nuestra forma de inquietarnos es diferente a la de los Otros: nosotros decimos que nos inquietamos "por ellos", ya sea para dejarlos matarse o para impedírselo.
A mí una canción como REHAB me gusta no por su melodía pegadiza (que la tiene y es irressitible). Sino porque me recuerda (con ese pathos tan encantador que Amy exhala en cada movimiento y en cada palabra que canta) que no es ella la que está en problemas. Ella dice: a dónde me está queriendo invitar? a tu mundito?
No, gracias.
Mi enfoque no es jurídico. Mi análisis no pone el acento en lo que la ley dice, sino en lo que la ley debería decir. Por lo tanto, es ético, como lo indica el título del libro de Nino.
ResponderEliminarPor otro lado, ningún enfoque ético, ni tampoco uno jurídico, se opone al enfoque amoroso. No son enfoques excluyentes. De todas formas, tendría cuidado con los enfoques amorosos. ¿Qué es ser amoroso con alguien? ¿Preocuparte por él o ella? ¿Preocuparte cómo o por qué? ¿Querer su bien? Puede ser que el bien que vos quieras para él o ella no sea el bien que ella o él quieran para sí mismos. Puede ser que lo que para vos sea un bien, para la otra persona no lo sea. Habría que tener cuidado de que no se cuele, en ese enfoque amoroso, ningún moralismo. Por otra parte, todas y todos estamos de acuerdo en que el caso de un chico de 16 años que se droga es terrible.
Besos. Julieta.
Julieta:
ResponderEliminardado que tu enfoque está centrado en lo que la ley debería decir, es jurídico a la segunda potencia. La ley radica en el ámbito de lo que rige jurídicamente en general (por ejemplo, las cosas que están permitidas o prohibidas). La ley rige (este "regir" está en la raíz de palabras como derecho, correcto, erigir, rey, recto, corregir, y iure, jurídico; y también erección y rígido).
Vos además agregás: lo que la ley DEBERÍA (es decir: postulás una corrección a la que las leyes positivas debieran "ajustarse", una jurisdicción que rige a las leyes). Filosóficamente hablando, lo que vos decís se instala en el problema de la legalidad en sentido amplio. Tu principio jurídico fundamental (me refiero solamente a este debate) puede expresarse así: "Cada persona tiene derecho a vivir su vida como le parezca". Es la supremacía del principio de la libertad individual. En las mismas palabras que usás, vos áfirmás un DERECHO universal (cada persona). No creo que se pueda hablar de un modo más jurídico que este.
La evidente diferencia es que en el planteo de Juan la discusión no se termina en la reafirmación de este principio. El dice: sí, lo respetamos, cada uno, etc, etc... Y?
Es decir: hay algo de lo humano que queda inexpresado en el derecho.
Yo dije que es una posición amorosa. Nada inocente la palabra: estoy pensando en la posición de Saulo de Tarso: quien como fariseo había consagrado toda su vida a la observancia de la Ley (en un sentido a la vez ético y jurídico). La ley era para él todo, hasta que se dio cuenta de que la ley es maestro de disciplina y, como tal, la ley prohibe pero no da vida.
El dijo: sin amor no soy nada. A partir de ese momento cambió tanto su posición en la vida que hasta cambió de nombre: de Saulo paso a llamarse Pablo. Y dedicó el resto de su vida a preguntarse por los límites de la Ley (de lo que modernamente llamaríamos "posición jurídica").
Con esto no digo que adhiero a lo que dice Juan, sino que reconozco que él señala una carencia en las posiciones liberales a ultranza.
Finalmente, yo creo que la canción de Amy se coloca en un ámbito que excede al dilema: "droga sí/droga no" o "libertad individual/ protección estatal"; o "salud/enfermedad" (posiciones para mí todas ellas jurídicas).
Y nos plantea una interrogación por el sentido.
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ResponderEliminarEstamos usando la palabra “jurídico” en muy diversos sentidos.
ResponderEliminarPor “jurídico”, entiendo el derecho positivo, el que está escrito, el que rige ahora (Código Penal, Civil, etc.), en este país, por ejemplo. Y mi enfoque no es jurídico en este sentido. Ni es jurídico a la segunda potencia. En todo caso, sería meta jurídico, es decir, toma al derecho como objeto de estudio y análisis.
Una cosa es la legalidad (derecho positivo) y otra cosa es lo legítimo (competencia de la ética). Una cosa es un derecho positivo (escrito) y otra cosa es un derecho moral (el cual puede estar escrito o no, puede ser reconocido o no por una legislación en particular).
Lo que la ley DEBERÍA decir es diferente para cada teoría del Estado. De eso se ocupa la Filosofía Política. De estudiar y analizar los principios que DEBERÍAN regir una sociedad, de modo que las cargas y los beneficios, los derechos y las obligaciones y los bienes materiales estén distribuidos de una forma justa. Cada teoría del Estado sostendrá sus propios principios de justicia. Habrá teorías que te convenzan más y teorías que te convenzan menos.
El tema del amor te lo dejo a vos.
Saludos. Julieta.
Creo que habría que plantearse qué es lo que entendemos por libertad y libertinaje. Julieta dice que la penalización del consumo de drogas es "inconstitucional", creo profundamente que una persona drogada atenta contra un tercero. Como simple ejemplo imaginemos a alguien bajo efecto de algún narcótico manejando. ¿No atenta contra la vida de los que lleva en el auto y de todo el resto que circula a su alrededor?
ResponderEliminarAdemás el tema de la legalización tiene mucho más que ver con intereses económicos que morales. Si se legaliza también habrá leyes de comercialización limitando el negocio que mueve más millones y millones en el mundo.
Podemos imaginar también a alguien manejando bajo los efectos del alcohol. Por eso está prohibido no tomar alcohol, sino manejar alcoholizado. Cuando se impone una pena hay que saber bien sobre qué conducta imponerla, para no terminar penalizando algo que no debería estar penalizado, por ser una conducta autoreferente (como lo es tomar alcohol, por ejemplo).
ResponderEliminarLo que hace que la droga mueva millones es precisamente la ilegalidad. Si se legalizara, los precios bajarían y dejaría de ser el negocio que es actualmente.
Saludos. Julieta.
No me interesa mucho participar en debates a partir de textos míos y menos en este tema, acerca del cual me cuesta tanto hablar -como queda expresado-.
ResponderEliminarRehab no son siete semanas, es una vida distinta. Claro que la persona puede no querer esa vida -nunca conocí a un adicto a la cocaína que me dijera que prefería no dejar las drogas-.
El tema es cuál es la vida a la que se le va a decir que sí luego: salís, el sol, qué lindo es esto, ¿y ahora? Ese creo que es el mayor problema con varios adictos recuperados, que salen "del infierno" para entrar en una realidad que los aniquila.
Creo que, como en tantos casos, se trata de enfrentarse y laburar con todo.
Con respecto a la "vida tipo", me sorprende cómo gente que está tan elevada puede caer en simplificaciones tales, que uno solo está buscando "casarse, tener hijos y llevar el pan a casa". Es bastante más complejo.
La libertad individual es fantástica. Amy dice que ojalá no pero bueno. ¿Es libre? Lo desconozco. Mi amigo me dice que quiere salir pero no puede. ¿Es libre? Un tipo chupa/consume de más, sale y mata a otro con el auto. ¿En qué momento lo individual no afectó al otro? Un tipo se pasó de faso y no entregó la edición de la Revista, quilombo que acá conocen varios, ¿el otro?
Por sobre todo, una alegría que se debata y se participe. Yo estoy lleno de dudas y solo tengo la certeza de que no quiero ver a nadie más sufrir por la Droga.
Saludos para todos y un enorme agradecimiento a Oscar, es un orgullo grande estar acá.
Escribimos cruzados.
ResponderEliminarVeo Julieta que estamos de acuerdo en varias cosas. Yo también creo que habría que legalizar la droga para tener plata que invertir en salud, investigación, asistencia, etc. El problema es el desamparo.
Otro abrazo, Juan
Creo que estamos confundiendo dos sentidos de la palabra “libertad”. Yo estoy hablando de libertad en un sentido formal y vos estás hablando de libertad en un sentido sustantivo. Y supongo que nadie es libre en un sentido sustantivo.
ResponderEliminarPor otra parte, es cierto que siempre podemos afectarnos los unos a los otros e incluso provocarnos daño. Pero ése es el riesgo que aceptamos por vivir en una sociedad que les otorga a sus ciudadanos ciertas libertades. Si lo quisiéramos, podríamos convertirnos en una sociedad que prohibiera todo tipo de conductas que, presuntamente, podrían terminar causando un daño a otros. Pero no creo que ésta sea la salida más adecuada.
Saludos. Julieta.
Hoy salio en Pagina/12 Psicologia una nota muy interesante de un psicologo que se llama Carlos Alberto Barzani: "No es lo mismo consumir que necesitar"
ResponderEliminarel link es:
http://www.pagina12.com.ar/diario/psicologia/9-100181-2008-03-06.html
Gracias
Isabelina
sí, muy buen artículo.
ResponderEliminarsaludos. julieta.
Julieta:
ResponderEliminarentender por jurídico al derecho positivo es quitarle a lo jurídico su ser más propio. El derecho positivo es una cuestión de facto: el conjunto de leyes promulgadas en un determinado tiempo y en un determinado lugar, pero es obvio que ese conjunto puede variar y está sujeto a contingencias no jurídicas, como ser los cambios sociales, las relaciones de fuerza políticas y económicas, las guerras, la injerencia de las iglesias. Si por ejemplo en un país no se legisla una campaña contra el sida recomendando el uso de preservativos por presión de la iglesia católica (como pasa en varios países), esto no se debe a nada jurídico sino al poder de la iglesia.
Lo jurídico no son cuestiones fácticas (de facto) sino referidas a lo que puede dar fundamento a toda práctica legislativa: lo justo. Son cuestiones de iure. Sólo tiene sentido legislar en vistas a regirse por un concepto de lo justo, porque si los hechos y las conductas humanas fueran solo lo que son, entonces sólo podríamos decir "los hombres se matan", "la policía tortura", "las mujeres son golpeadas", "un estado invade a otro", etc. Obviamente todo eso sucede, pero eso no es lo jurídico sino los hechos. Una de las rasgos de lo humano es que se mata pero no se debe matar; se golpea a las mujeres pero no se debe golpearlas, los policías torturan pero con eso están violando los derechos humanos.
Si esa instancia no existiera, entonces cualquier cosa que sucediera daría lo mismo y nadie tendría nada que decir más que tomar nota de lo que sucede.
Ergo: no se puede reducir lo jurídico a las leyes positivas, porque eso hace desaparecer lo jurídico en la nada.
El derecho positivo no es la legalidad, por el contrario, hay leyes concretas ´porque existe a priori un ámbito de la legalidad humana en vistas al cual toda legislación positiva intenta ser una realización imperfecta.
Es que lo jurídico es, por esencia y definición aquello que fundamenta todo deber ser, toda obligación e impedimento.
Vos decís "Cada persona debería decidir sobre su vida". No es una afirmación meramente ética, es un principio jurídico de acá a la China: tiene la universalidad, la formalidad, y el deber ser propios de lo jurídico. La misma palabra persona es una categoría jurídica, entendida como sujeto de derecho.
Así que no veo como puedas esquivar que todo tu planteo se instala y se recluye en lo jurídico.
Todas las otras distinciones que hacés (derecho escrito, derecho moral, la filosofía política, etc, pueden ser casilleros que proliferan en función del ordenamiento académico en facultades, departamentos, carreras y materias. Pero la filosofía no se compartimenta. Todas las variantes del deber ser se articulan y no se dividen en especialidades que siempre pierden de vista el fundamento de su hacer. Si no hay una interrogación acerca de la naturaleza de la Ley (en todas sus variantes y posibilidades) lo único que se puede hacer es segmentar el pensamiento. Es parecido a como los médicos segmentan el cuerpo humano hasta perder de vista al hombre como unidad.
Vos decís que me dejás el amor a mí y vos te quedás con lo que DEBERÍA SER. Ok, eso puede ser bueno para tu carrera profesional.
Pero no creo que en la vida puedas separar la libertad y el amor.
En la canción de Amy, al igual que en el post de Juan, la libertad y el amor están puestos en tensión.
La filosofía se parece más a la canción de Amy que a la organización de las Universidades en facultades y departamentos.
Finalmente, si yo señalo esto es porque creo que tu planteo jurídico es importantísimo y la libertad individual es un valor irrenunciable. Pero a la vez, creo que la vida no termina de comprenderse si nunca salimos de lo jurídico.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarno nos ponemos de acuerdo acerca de cómo entender y usar el término "jurídico", pero extrañamente creo que podemos estar de acuerdo en que "la vida no termina de comprenderse si nunca salimos de lo jurídico" (ya sea en mi sentido o en el tuyo).
ResponderEliminarbesos. julieta.
creo q la polemica q abre juan esta buena para volver a pensar algo q cada tanto surge y q me parece injusto y desagradable. cada tanto algunas "bellas" personas de nustras sociedad salen a decir q los artistas, ceres influyentes, deverian mostrarnos con sus vidas la forma de porder ser socialmente felices, estas personas creen q los artistan deben mostrarnos como se debe ser,q elecciones debemos tomar, q su real proposito es ser modelos a seguir. por otro lado piensasn q el pobre pueblo, consumido en una era complicada, busca en los artistas, sus referentes, la formula de la felicida, tipos q intentan imitar sus vidas, sus declaraciones, sus conceptos, etc.
ResponderEliminarLo q realmente esta "bella " gente piensa es q el pueblo no tiene capacidad de disernir entre lo q les hace bien y lo q les hace mal, q no tiene capacidad de eleccion, entonces... imitan a los artistas, buscan en sus letras la forma de ser.
esto no es asi, la gente no es estúpida, la gente sabe lo q es y lo q tiene q hacer o la busca mientras vive su vida. porque la gente, el pueblo somos nosotros, no me los imagino diciendo q si amy dice no a la rehabilitacion, y ellos estan en medio de esa movida, promuevan n o a la rehabilitacion sin haberselo pensado antes. el pueblo sabe lo q hace no hay q subestimarlo. Esta misma gente "bella" es la q le exige a charly q pida disculpas por la vida q lleva, o a maradona, o son los q dicen q el principe es un padre de mierda porque tomaba estando enfermo y teniendo dos hijos, o los q acusaban a cazuza de promiscuo, pervertido, q promulgaba la drogadiccion, o las cogidas libres.
creo q se los pone a los artistas en un lugar donde no deberian estar, y una carga q no tiene porque soportar, bastante con lo q nos dan, los artistas y los q no los son, los q con sinceridad intentan mostrarnos, con poesia, su camino recorrido.
esta "bella" genta. eunucos subestiman a todos y no pueden ver lo hermoso y emocionante q es cuando una persona se muestra tal cual es sin tener q ser politicamente correcta, sin tener q conformar a todos, sin tener q decir como hay q hacer para sentirce bien.ante esta gente solo se puede agradecer. GRACIAS AMY
aislando el tema de toda complejidad juridica, legal, de amorosa o no moral persecutoria -y por defecto represiva de sus propias posibilidades-.
ResponderEliminar(aislando tambien el tema de las adicciones porque este responde a excepciones de constitucion psicologica, familiar, socioeconomica, o de libre albedrio).
me gustaria insistir en la importancia alegre de incorporar la experimentacion con drogas, en un anaquel de importancia similar al q le adjudicamos a la lectura, la musica, el sexo alucinado y a todo lo q oficialmente nos enriquece como personas plenas y con suerte, ilimitadas.
demode, pero no por eso desactualizado, el parrafo inspiracional de blake q popularizo huxley, decia:
ResponderEliminar"si las puertas de la percepcion fueran abiertas, el hombre percibiria todas las cosas tal como son, infinitas"
espero q nadie se ahorre la reflexion con o por automaticos prejuicios beatniks, o algunas de esas pavadas q nos pasan a todos
Rizla_
ResponderEliminares que bajo la etiqeta "Drogas" hay muchas cosas diferentes y los medios de comunicación, el periodismo, la medicina y la policía han contribuido de aplastar toda esa complejidad en un mismo concepto.
La "alegre" experimentación de la que hablás es un modelo de relación, muy distinto al del pibe que se está haciendo mierda con pasta base. Distinto también al del que se pega un saque para sentirse ominpotente en la noche del sábado, el que lo hace en la bolsa de comercio para mantenerse arriba, el que se toma 2 litros de vino para olvidarse de sí mismo, el que toma un rivotril o un alplax para subir o bajar, los que compran experiencias diseñadas para la rave...
Y muy distinto a todo eso es el uso litúrgico de ciertas bebidas (vino incluido) que se incorporaban en un contexto sostenido por lo sagrado.
La mayoría de los usos actuales de las drogas están muy lejos de el marco de sacralidad (al que quizá aludiera también Blake) y más bien se trata de todo lo contrario: no un uso sagrado que te transporte a una experiencia mística, sino un uso profano, más aún: profanador, que te hunde en la ciénaga, degrada lo humano y esquiva lo divino. Son cosas muy diferentes.
El caso de Amy no es una alegre experimentación, si le creemos a lo que ella dice en sus canciones, sino un recurso desesperado. Yo creo que Amy no habla de "la droga", sino de la desesperación.
Las drogas son pasajes a viajes interiores. El conflicto radica en que muchos no lo saben. Dentro de los que no lo saben , estan los adictos, principalmente por creer que las experiencias psicoactivas les resuelven problemas.
ResponderEliminary estan los otros que censuran por temor a conocer mas el mundo interior desde otro camino diferente al de la razon o al intelectual propiamente.
Creo igual que el tema es complejo.
Eran muy interesante las experiencias que se hicieron en los 70 con lsd, en el ambito psicoanalitico. Unian la experiencia interior con el saber interior.
Actualmente , se hacen experiencias pero no con drogas ilegales.
Saludos, y espero haber aportado algo al punto del conflicto con las drogas.