miércoles, 30 de abril de 2008

LA OTRA 18: Elliott Smith

Por Sasha Strougatski

El año pasado se editó el disco póstumo de Elliott Smith, New Moon, integrado por demos, sesiones de radio y grandes temas del período 1995-1997, descartados sin justificación posible de su discografía oficial. Se trata del Elliott más intimista y esencial, casi siempre acompañado sólo por su guitarra y bastante lejos del grunge y de la sobreproducción con los que coqueteó en un momento de su carrera. Entonces queda expuesto el artista que se despega de sus contemporáneos, el susurrante y confesional al que cuesta imaginar cantando siquiera en un teatro, sino más bien hablándonos suavemente de su desasosiego en una conversación nocturna.




Un modelo que elude la carrera armamentista del rock tardío para volver a la fuente de la canción desnuda. Lo inimitable en Elliott es la tersura de su voz, muchas veces doblándose a sí misma, no para potenciarse sino para difuminar sus contornos.En el booklet de New moon, el propio Smith nos dice: “De un tiempo a esta parte, compongo la mayoría de mis canciones caminando de noche. Y es por eso que miro mucho a la luna. Sé que se trata de una imagen remanida, pero siempre hay formas de aprovechar las imágenes remanidas, de convertirlas en algo nuevo o al menos tratar de que así sea. No diría que triunfé en el intento, pero...”.




(La nota completa sobre Elliott Smith por Bernardo Damián Dimanmenendez y Sasha Strougatski en La otra 18)

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