Por Vigilius Haufniensis *
En uno de los cuentos de los hermanos Grimm se relata la historia de un mozo que salió a correr aventuras con el solo fin de aprender a horrorizarse. Dejemos a este aventurero que siga su camino sin preocuparnos por si llegó o no a encontrar algo capaz de infundirle espanto. Lo que sí quisiera dejar bien en claro es que esa es una aventura que todos los hombres tienen que correr, es decir, que todos tienen que aprender a angustiarse. El que no lo aprenda se busca de una manera u otra su propia ruina: o porque nunca estuvo angustiado o por haberse hundido del todo en la angustia. Por el contrario, quien haya aprendido a angustiarse en la debida forma, ha alcanzado el saber supremo.
El hombre no podría angustiarse si fuera una bestia o un ángel. Pero es una síntesis y por eso puede angustiarse. Es más, tanto más perfecto será el hombre cuanto mayor sea la profundidad de su angustia. Sin embargo, esto no hay que entenderlo -como lo suele entender la mayoría de la gente- en el sentido de una angustia por algo exterior, por algo que está fuera del hombre, sino de tal manera que el hombre mismo sea la fuente de la angustia. Sólo en ese sentido ha de entenderse sobre lo que se dice acerca de Cristo: “que se angustió hasta la muerte”; y también así se ha de entender lo que el mismo Cristo le dice a Judas: “Lo que haz de hacer, hazlo pronto.” Ni siquiera las terribles palabras: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?” que a Lutero tanto le horrorizaban cada vez que predicaba sobre ellas..., ni siquiera esas palabras, repito, expresan el dolor con tanta fuerza como las anteriormente citadas. La razón es bien sencilla, ya que con las últimas palabras se designa la situación en que Cristo se encontraba, mientras que con las primeras se designa la relación con un estado todavía inexistente.
La angustia es la posibilidad de la libertad. Sólo esta angustia, junto con la fe, resulta absolutamente educadora. Y esto en la medida en que consuma todas las limitaciones finitas y ponga al descubierto todas sus falacias. A este propósito se puede afirmar que no ha existido ningún gran inquisidor que tuviera preparados tormentos tan espantosos como la angustia; y que no ha habido ningún espía que como la angustia supiera atacar con tanta astucia a los sospechosos precisamente en el momento en que se manifestaban más débiles, o embaucándolos para que ellos mismos quedaran enlazados como corderos; y, finalmente, que nunca ha habido un juez que con tanta perspicacia acertase a examinar una y mil veces al acusado como lo hace la angustia, la cual no lo suelta en ninguna ocasión, ni en las diversiones, ni en medio del bullicio, ni en el trabajo, ni durante el día, ni durante la noche.
* (Pseudónimo con el que Soren Kierkegaard escribió El concepto de angustia, libro del cual se extraen estas líneas.)
Biblioteca Kierkegaard Argentina y
Instituto Universitario ISEDET
organizan
IV Jornadas Kierkegaard
Experiencia y
concepto de la angustia
24 – 25 octubre 2008
Camacuá 282 - Buenos Aires
La Biblioteca Kierkegaard Argentina y el Instituto Universitario Isedet los invitan a participar de las IV Jornadas Kierkegaard – 2008, dedicadas a analizar la experiencia y el concepto de la angustia, tanto en el pensamiento kierkegaardiano como en autores relacionados.
Los trabajos no deberán exceder los 20.000 caracteres y deberán enviarse antes del 10 de octubre a contacto@sorenkierkegaard.com.ar
Se otorgarán certificados de asistencia a oyentes y expositores que así lo deseen. Más información en http://www.sorenkierkegaard.com.ar/
Lo de "aprender a angustiarse en la debida forma" me encantó. O sea: no tampoco que la angustia nos inmovilice, nos paralice. Ni impedir que aparezca abruptamente ,salvajemente con la medicación. Por ejemplo. Martha
ResponderEliminarYo si recomiendo medicarse, jaja, no mentira, me gustaría escribir algo de Kierkegaard pero es la primera vez que leo algo de este autor, no llego para el 10. Saludos.
ResponderEliminarBueno, Martha y Fede, están invitados a participar en las jornadas: no hace falta escribir algo, también pueden perticipar como oyentes, es una buena manera de aproximarse al Gran Danés.
ResponderEliminarsaludos
Gracias por la invitación , pero creo que no me da el cuero, sinceramente. lEO algo sobre Filosofía del Teatro a veces . Me gusta sí, pero...martha
ResponderEliminarhablando de hermanos grimm: Vendo un libro de los hermanos grimm en ruso. Con ilustraciones muy buenas.
ResponderEliminarBueno Oscar, trataré de estar ahí (como oyente) ya que me perdí el anterior curso por esas cuestiones de horarios.
ResponderEliminarsaludos
Lilián