sábado, 22 de noviembre de 2008

463 scalini

Por Andrés Di Tella

Florencia

Esta mañana me desperté con vocación turistica. Por recomendación de José Luis Guerín, que anda por aqui, y que conoce Florencia como pocos (aqui filmó, o mejor dicho, fotografió buena parte de Unas fotos en la ciudad de Sylvia), fui al Duomo, probablemente el ícono mas famoso de una ciudad de íconos. Hay que subir 463 escalones para gozar de la mejor vista de Florencia. No los conté. Simplemente leí un cartelito, en la puerta de la escalera, que decia: "463 scalini - non c'e ascensore". Dudé de seguir la recomendación de alguien que no se animó a acompañarme, por sufrir de claustrofobia, mal del que yo también padezco, mezclado con un poco de vértigo. O sea, el peor programa imaginable: subir una estrechísima e interminable escalerita claustrofóbica, hecha para monjes diminutos del siglo XVI, y llegar al punto mas alto de la ciudad, sacudido por el viento y el vertigo... Alguna vez leí que el vértigo era el deseo de tirarse, no sé si será así, pero cada vez que estoy en una gran altura y sufro de vértigo, no puedo dejar de pensar en esa idea. No tenia ganas de tirarme pero sospechaba que seguir el consejo que Guerin mismo no se animaba a seguir podía ser una experiencia que valiera la pena. A mitad de camino, casi me arrepiento, pero tampoco era facil volver atrás o, mejor dicho, abajo. Al llegar a la cima de la escalera, sin embargo, ver aparecer finalmente el panorama en 360 grados de esta ciudad quedada en el tiempo (no hay edificios de mas de tres pisos y son casi todos antiquisimos) fue una visión que no creo vaya a olvidar. Y los 463 scalini algo tuvieron que ver...


10 comentarios:

  1. Andrés:

    Lindo título para una película. Pensalo.

    ResponderEliminar
  2. Había una con escalones. ¿39?

    ResponderEliminar
  3. Claro, si era la de Hitch, nada menos, època británica: Madeleine Carroll y Roberto Donat. El de la bala en el libro, idea robada probablemente a Fritz Lang.

    ResponderEliminar
  4. 463 escalones. la cifra contada en escalones no me decía mucho. por eso, hice el experimiento de contar los escalones que me separan del piso de abajo de mi departamento: 17. según mi calculadora, 463 dividido 17 es igual a 27,23. 27 pisos!!!??? puede ser??? 27 pisos por una escalera diminuta en un túnel diminuto??? cuánto tiempo tardaste en subirlos??? es altísimo!!! la escalera está por adentro de una montaña o algo así??? es genial que a alguien se le haya ocurrido hacerla. cuál habrá sido el motivo?

    buenísimo el post.

    un beso.

    ResponderEliminar
  5. El motivo de la escalera, tengo entendido, fue constructivo. Brunelleschi el arquitecto de la cúpula fue famoso en su tiempo por haber resuelto tecnicamente un problema en apariencia imposible, cerrar semejante espacio sin la ayuda de una estructura de apuntalamiento. Resolvió el dilema como tantos otros mirando hacia atrás, al Pantheon de Roma. La cúpula es así autoportante, es decir, una cúpula interior, que se soportaba a si misma, y una exterior que se apoyaba sobre la primera. En el medio, la escalera.
    Saludos y felicitaciones al escalador.

    ResponderEliminar
  6. Martha: sí, al escribir el título del post pensé por supuesto en los 39 escalones de Hitch. Aunque también pasó que vi en una librería de Florencia un libro de Roberto Calasso, "I quarantanove gradini" (gradini es otra manera de decir "escalones"), lo cual me dejó medio confundido. Cúantos eran los escalones de Hitch...?

    La herida de Paris sabe de lo que habla: il duomo es una gran cúpula y las razones de las escaleritas (porque hay más de una) probablemente tengan que ver con la singular ingeniería del edificio. Aunque también es posible que haya sido un ejercicio para los monjes, o aunque sea, una manera de estar más cerca de Dio...

    ResponderEliminar
  7. Y Andrea: no sé si serán 27 pisos, pero es posible. Mi sensación fue de 100! Y en lo alto estábamos bien alto...

    Para los que me conocen, es evidente que se trata de un post cómico, ya que soy el peor turista del universo. Estoy en un festival en Florencia y ni se me ocurre que hay mejor programa para hacer que ver el documental coreano de tres horas... Hasta que vino Guerín y me avivó. Pero la experiencia de turismo extreme en il duomo fue un apto castigo.

    saludos a La Otra y Los Otros!

    Andrés

    ResponderEliminar
  8. Quiero decir: escribir "esta mañana me desperté con vocación turística" es más o menos como cuando otro escribió "Cuando Gregorio Samsa se despertó aquella mañana, después de un sueño inquieto..."

    ;-)

    ResponderEliminar
  9. y CON SEMEJANTE CAPARAZÓN TE SUBISTE TODOS ESOS ESCALONES?!

    ResponderEliminar