Líderes

Por Oscar A. Cuervo

En la Argentina no hay un proyecto de poder alternativo al del gobierno kirchnerista. ¿Alguien es capaz de imaginarse el país gobernado por la Coalición Cívica? ¿Alguien puede tomarse en serio el liderazgo de Cleto Cobos, más allá del trato benévolo que le brinda la corporación mediática? ¿Y si no, quién? ¿Biolcatti y De Angeli? ¿El rabino Bergman y Bergoglio? ¿Lanata y Nito Artaza? ¿O acaso Macri sería en el gobierno nacional menos inepto de lo que demuestra ser en la ciudad?

Me parece que, como ya dije en los días del entuerto campestre, una alternativa al kirchnerismo sólo puede venir de los sectores peronistas resentidos con el poder pingüino, invariablemente a la derecha de los Kirchner. Parece que Felipe Solá es quien en estos días se está postulando y que Duhalde estará dispuesto a respaldarlo si con ello alcanza para desalojar a los K. Y Duhalde respaldará a Solá hasta tanto Solá llegue al gobierno, porque a partir de entonces se empezarían a molestar mutuamente. Si no es Solá, tendría que ser alguien que resulte potable para las corporaciones que han manejado a la Argentina tradicionalmente. La dirigencia nacional no parece pródiga en cuadros políticos.

Y la falta de un poder alternativo deja un vacío que ocupan los pools mediáticos. Hoy los políticos opositores (con escasas excepciones que algún lector de este blog puede señalarme) parecen responder a un guión dictado por Clarín, La nación, Perfil, el Grupo Prisa, etc. Es como si fueran un elenco de Polka que pasa de protagónicos a cartel francés, de ahí a figuras invitadas por diez capítulos, de ahí a bolos diarios. ¿Qué significa si no la aparición y desaparición episódica del ingeniero Blumberg, la estrella apagándose de De Angeli, las irrupciones cada vez más enfáticas e irrisorias de la tremendista Carrió, una especie de Silvia Suller de la política a la que Ideas del Sur llama cuando quiere lenvantar el rating con algún escandalete?

Estos figurines sin proyecto se benefician por la benevolencia de TN, tanto como se desgastan. El efecto real time lleva al estrellato a algunos personajes tan rápidamente como rápidamente los vuelve obsoletos. Creo que la movilización de esta semana en favor de la AFJP muestra los límites de este tipo de operaciones: todos juntos, los que el otoño pasado actuaban en escenarios de Palermo al aire libre, hoy parecen un video de archivo de TVR. No hay Tinellis en la oposición, tan llena de panelistas y de lumpen-mediáticos. Los programas políticos que aún quedan pueden llevar a un Fernando Iglesias o a una Pato Bulrich para que agiten la escena a la manera de Nazarena Velez o del Bambino Veira; pueden invitar a Jorge Asís para que nos entretenga con su verba florida, como podrían llevar a Marcelo Polino para que arme algún quilombete. Pero todos sabemos que al final ellos son telgopor con que se llenan horas de programación baratas, y el que finalmente va a darle forma a la pantalla del año próximo será una vez más Marcelo Tinelli.