domingo, 22 de marzo de 2009
Ganar las calles (para el arte)
por Juan Manuel Castro
En la actualidad, la vida en la ciudad presenta características que son el resultado de la post modernidad y del modelo económico mundial. En sus calles transcurren manifestaciones socio-culturales que expresan la realidad de los centros urbanos: las clases marginadas que se desplazan hacia las periferias, la centralización del consumo dentro de espacios como los shoppings, la constante desaparición de barrios como los de antaño, reemplazados por zonas plagadas de edificios y rascacielos.
Dentro de esta oleada de desplazamiento y metamorfosis que tiene lugar én las últimas décadas, no todas las manifestaciones apuntan hacia la concentración y la cuasi-devoción por la propiedad privada por sobre las libertades individuales y colectivas. Desde fines de los 60, una nueva forma de arte es plasmada sobre los muros de distintas ciudades del mundo: el streetart. Surge como contrapartida de la contaminación visual, por ejemplo, la concentración de publicidades a cielo abierto y la visión privada del espacio público. Las manifestaciones artísticas no tienen por qué quedar relegadas a galerías de elite o a un círculo cerrado, el trabajo de estos artistas irrumpe en medio de la cotidianeidad, para que sean vistas por quienes surquen por esas calles.
“Las ciudades son espacios configurados por un denso y complejo entramado de estímulos y mensajes visuales. En este contexto resulta difícil discriminar la información que nos rodea”, asegura el volante de una muestra sobre esta disciplina. El hecho de “apropiarse del espacio urbano” no implica una intervención vandálica sobre las paredes, sino que se buscan “lugares baldíos, en mal estado”. Más aún, resulta común pedir permisos a los dueños, antes de poner la primera pincelada. Generalmente los trabajos colectivos, es decir, grandes murales, se llevan a cabo ala luz del día.
Como puntos de inflexión, se pueden señalar dos sucesos que han repercutido en forma profunda sobre estas nuevas prácticas sociales: uno es el Mayo francés de 1968, el otro son las calles neoyorquinas a mediados de los 70, donde el hip hop asomó por primera vez para innovar sobre el modo de expresarse en los suburbios, además de replantear los conceptos de arte y comunicación; no por nada ocupa un sólido lugar en la actualidad (ver el film NY 77, the coolest year in hell).
En Argentina, varios artistas reconocen como un antes y un después de la crisis 2001, debido al desplazamiento hacia lo callejero y público que significó ese proceso político-social. En la actualidad, las ciudades de Buenos Aires y, en menor medida, Rosario, Córdoba y varios sectores del conurbano exhiben casi con placer en sus muros distintos tipos de intervenciones: desde personajes simpáticos, con fuerte influencia del diseño gráfico, hasta las famosas incripciones (graffiti), asociadas a los raperos. Dentro de toda esta gama, cada artista callejero encuentra su modo, su lenguaje. Además, como complemento de estilos, es muy común ver muros donde ha intervenido más de una mano. Esto sugiere un concepto de cooperativismo interesante, de algún modo lo contrario a prácticas individualistas. Más aún, los eventos más importantes, son, a su vez, organizados por los mismos “interventores de muros”.
Con respecto al “uso del espacio público”, y cuando no, privado, la artista callejera Mondo Lila asegura: “cuando veo una pared que me gusta, pido permiso. Si está muy escrachada, se habla con el dueño, porque no es cuestión de andar escrachando las paredes a tus vecinos. Aparte, si vos pintas y al dueño no le gustó, puede tirar una mano de blanco y perdés la tarde de laburo. Si una casa está abandonada o tapeada, no tengo que pedir permiso. Pero si pedís permiso trabajás más tranquilo, imaginate que estás pintando una pared abandonada y pasa un policía, puede no decirte nada pero si tiene ganas de molestar, te dice algo y te saca”.
El hecho de trabajar en el espacio público tiene su singularidad, ya que “es muy diferente el proceso de trabajar en una pared que en un cuadro,por sus dimensiones". Y también porque “galería me suena a selección, en cambio la calle te ofrece la posibilidad de mostrar lo que hacés sin la necesidad de pasar por un filtro. Ahí todo el mundo lo ve. El espacio publico es la posibilidad de acercarle el arte a la gente”.
El presente y el futuro de esta nueva manifestación del arte, según Mondo Lila: “Entre los más jóvenes son muchos los que están interesados. Sin embargo, va a llegar el punto en que eso se va a agotar por esta explosión. Tal vez se agote el furor que tiene ahora, pero seguro que van a quedar algunos que continúen trabajando y de ahí puede salir otra cosa”.
En las grandes ciudades todavía quedan aquellos que buscan dar una bocanada profunda de aire, evitar que las ansiedades –siempre a flor de piel en este mundo- terminen por desvincular a la población del espacio que los rodea. ¿Será este, el arte de intervenir el espacio público, uno de los últimos respiros en las calles que suelen conducir a ningún lado?
Buen post: para los interesados:
ResponderEliminarhttp://fotografiasdeandresditella.blogspot.com/2009/03/las-paredes-de-colegiales.html
http://fotografiasdeandresditella.blogspot.com/2009/02/las-paredes-de-villa-urquiza.html
http://fotografiasdeandresditella.blogspot.com/2009/02/las-paredes-de-villa-urquiza-2.html
saludos!
Me gustan mucho esos dibujitos que hacen
ResponderEliminarbuenisismos los links q puso el fotografias, especialmente los videos de blu, imperdibles
ResponderEliminargracias por los links, está bueno que la nota se retroalimente con aportes de lectores
ResponderEliminarme alegra que les haya interesado la propuesta
abrazo
Se me ocurre oensar que esto es un mecanismo de defensa de la sociedad, que surge ante la toxicidad conque somos agredidos de continuo.
ResponderEliminarS estrenó no hace mucho una película francesa: "L'anné suivante" de Isabelle CZAJKA.
La directora aclara que no eligió ese entorno plagado de las grises moles de hipermercados e inmensos carteles publicitarios. Es un paisaje inevitable.
Como el que está desplegándose aquí. Por eso digo que esta es una reacción favorable, de rechazo hacia todo eso.
martha
Me agrada que "el arte intervenga el espacio público". Al llegar a la esquina de mi casa (que tiene un mural pintado), siento esa bocanada de aire creativo, que me alegra el día.
ResponderEliminarMe gustó especialmente la imagen inicial del post.
Sí, la del fumador, no? Está buenísima. ¿se puede saber dónde está?
ResponderEliminarme parece que no es en capital, se me hace que es alguna ciudad europea...
ResponderEliminarel segundo muro está en Palermo, por ahí está lleno, con darse una vuelta un día se puede ver mucho, además hay muchos bares que hacen exposiciones mensuales de streetart
Yo no la visto nunca- la del fumador- y es cierto que , como dice Juan, en Palermo empieza este movimiento o se ve más. martha
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