jueves, 14 de mayo de 2009
Notorious + El control del universo = Comienzo del ciclo de cine en La Tribu / este sábado a las 19:30 / puntual
por O. A. C.
Si se quiere contar la más grande historia del cine jamás contada hay pocas alternativas para comenzar. Tiene que empezarse por un film terminal, más allá del cual sea imposible imaginar que el cine pudiera elevarse. Tiene que ser una película inapelable, perfecta en su organización, tiene que estar filmada de un modo ya no mejorable. Estilizada a más no poder, pero a la vez de una emoción vibrante.
Tiene, evidentemente, que ser una historia de amor.
Por sobre todas las cosas.
Quiero decir: podemos permitir que aparezcan, acá y allá, algunos elementos que nos remitan a la Historia, pero sólo para dejar finalmente en ridículo esa aspiración tan masculina. Lo único importante no es que los nazis se vean impedidos de construir el arma letal con la que puedan dominar el mundo, eso está ahí, dejémoslo, pero no es eso lo importante. Se trata tan sólo de un terreno lo bastante minado como para que pueda suceder lo siguiente: hay una llave que abre la puerta de un espacio donde estar solos, hay una fiesta llena de gente molesta y hay unos nazis por ahí. Pero lo único importante sería quedarnos solos, aún con el pretexto de estar cumpliendo con alguna misión crucial, lo importante es salirse de esta fiesta llena de latosos. Lo más difícil es que tú aceptes que en realidad estamos ahí sólo para quedarnos a solas y no para salvar a la humanidad. A la mierda con la humanidad.
Lo único que espero es que llegue el momento en que me digas que me amas, piensa Alice.
No hay caso, la única película posible es Notorious.
(Este sábado a las 19:30 empieza el ciclo LA MÁS GRANDE HISTORIA DEL CINE JAMÁS CONTADA; no tengo demasiadas alternativas, así que empezamos por el film que Alfred Hitchcock dirigió en 1946, con Ingrid Bergman y Cary Grant, casi la mejor pareja posible si exceptuamos la que tengo en este momento en mente. Y por si algunas cosas aún no quedaron claras, antes de Notorious pasamos el capítulo de las Histoire(s) du cinema en el que Godard explica todo acerca de por qué Hitchcock llegó a tener El control del universo. Después de eso, todavía, hay un debate. Y después, quién sabe. La entrada va a valer $ 10 e incluye una consumición en el bar de La Tribu. Sucederá en Lambaré 873 y empezará con suma puntualidad, de modo que quien se piense que puede llegar un rato después se va a perder quizá lo más importante).
Qué horribles son esas fiestas llenas de extraños, qué difícil momento.
La otra pareja que tenés en mente podria ser Maggie Cheung y Tony Leung en Mood for Love ?
ResponderEliminarLuis
¡Qué peli Notorius! No me animo a llamarla obra perfecta de don Alfred porque reservo el calificativo para Vértigo; sin embargo, no hay vuelta que darle: es perfecta, o casi.
ResponderEliminarAllí está la mano maestra de AH en uno de sus mejores momentos, con pleno dominio de la narración y con una perspectiva moral oscura, lúcida en tanto vislumbre de muchos horrores,
También a Ingrid, Cary y Claude se los ve quizá en sus mejores momentos.
¡Salud por los cuatro!
Una joya de amor y suspensey contiene el beso más prolongado de la historia del cine, hasta el momento ése.
ResponderEliminarLady Macbeth
me lo voy a perderrrrrrrr!!!!!!!! maldición maldición maldición!!!!
ResponderEliminarsí, ya se ve bien (sólo fue un rato).
beso.
Yo también me voy a perder todo lo de este sábado. Es tan genial esa película?... me quedaré con la intriga supongo. Nunca la he visto.
ResponderEliminarOscar, ¿se puede pedir un favor para los sábados subsiguientes? ¿Podrías pasar los capítulos de Histoire(s) du cinema DESPUÉS de la peli principal que pases?
Yo estaba re contenta porque pensé que iba a ser así como estaba aunciado: peli + la yapa de Godard. Yo algunos sábados llegaría para ese momento.
Se podrá?...
Mariana:
ResponderEliminarno lamentablemente, el mediometraje va primero. El largo después y el debate doppo.
Sí, la película es tan genial. Es la película de Hitchcock, lo que es decir una de las 5 mejores películas de todos los tiempos. Eso o yo no entiendo nada de cine.
Julieta:
en la vida hay que elegir.
Lord:
yo concuerdo con Truffaut, es la mejor de Hitchcock.
Lady Macbeth:
es la declaración de amor más diferida de todos los tiempos, pero cuando llega... ¡cielos!
Luis:
no estoy autorizado a decir palabra acerca de la mejor pareja posible. La tengo in pectore.
mmm... elijo el viaje a españa... después me pasás los dvds...
ResponderEliminarOscar, este tema del amor, recuerdo, había aparecido también en el programa radial en que estuvo Esther Díaz. Aquella vez, creo, aprendí una palabra nueva: "codificado". Aunque me gustará investigar más sobre el tema -y no si no entendí mal- comento una idea: existen códigos desde los cuales se interpreta y juzga la experiencia; y desde los cuales se orientan los sujetos. Digo esto por si alguien también resonó con aquel programa.
ResponderEliminarPor último, y al margen, quiero compartir cierta sorpresa (!), ya que no me imaginaba que alguien orientado a la producción y el trabajo (no enajenado) pudiese tener en tan alta estima a esa cosa que no voy a nombrar, porque no quiero caer, esta vez, en simplificaciones. Es decir hay diversos pensamientos y diversas acciones relacionadas con la palabra amor. Aclaro que digo esto más que nada para decir qué opino yo, ninguna otra intención.
saludos
Fred:
ResponderEliminarno recuerdo cómo se usó la palabra "codificado" cuando vino Esther a la radio. Pero te puedo decir lo que opino: códigos hay para todo, obviamente, también para el amor. Pero yo le quitaría a esa idea una connotación manipuladora. Las canciones y las películas de amor nos dan cierto léxico para comprender nuestras propias experiencias, del mismo modo que las palabras nos permiten pensar. Por supuesto que puede haber en algunas producciónes artísticas códigos morales y políticos que contribuyan a la opresión, pero en todo caso la función de esos códigos no siempre tiene que ser represiva, puede muy bien ser productiva.
En segundo lugar, el párrafo de la sorpresa te salió demasiado elíptico. Hacés tantas salvedades que no se entiende bien a qué y quién te referís. ¿Quién es ese "alguien orientado a la producción y al trabajo" que "tiene en tal alta estima eso que no vas a nombrar"? Por favor, sé más explícito porque no entiendo un pepino.
saludos
Es cierto lo que decís, Oscar, y me quedo con la idea: un código no debe ser necesariamente represivo.
ResponderEliminarAunque en aquel programa, si mal no recuerdo, se pensó acerca de cómo la experiencia del amor suele vivirse de manera cuadriculada.
Me acuerdo aquel momento radial porque me interesan los discursos acerca del amor: pensar ese asunto implica pensarse a uno mismo.
El párrafo que citás lo escribí oscuro. En realidad me estaba refiriendo al director de este blog pero por estar conversando en un medio público no quise hacer una alusión directa. También quise significar que cada cual hace y piensa lo quiere, y que yo sólo quería exponer mi punto de vista. Por último, también quise contribuir recordando elípticamente aquellas visiones que distinguen diversos tipos de amor, y a las más visiones más contemporaneas que a su vez distinguen diversos tipos de relaciones amorosas. Aquí debo deteberne porque no he visto la película que sirvió como punto de partida a esta entrada.
saludos
Fred:
ResponderEliminarpor lo que recuerdo en el programa de Esther Díaz más que del amor se habló del matrimonio, lo que no es ncesariamente lo mismo. Pero habría que ver qué se dijo y quién lo dijo, porque Esther puede haber dicho algo diferente de lo que decíamos otros.
En cuanto a la referencia elíptica acerca del director de este blog, o sea yo, silo pasamos en limpio, vos decís que yo estoy orientado al trabajo y la producción y que te causaba sorpresa (!) que yo tuvieras en alta estima esa cosa que no ibas a nombrar, aunque por el contexto se trataría del amor. Bien, en cuanto a mi estima por el trabajo, me parece que exagerás: yo trabajo, sí, pero decir que estoy orientado al trabajo y la producción es un poco gracioso. De hecho, no tengo ganas de trabajar más, si pudiera trabajaría sólo una hora por semana o una semana por año.
Y tu sorpresa me sorprende, si revisás los labels de este blog vas a encontrar a lo largo de 632 entradas muchísimas referidas a cuestiones amorosas; de hecho el blog se llamó durante más de un año, "un blog de amor y de odio". Así que el perfil productivista que me atribuiste se podría explicar porque sólo tuviste en cuenta una parte de los textos escritos y no la totalidad.
saludos!
Es cierto: se habló del matrimonio.
ResponderEliminarEn realidad yo al principio hablé de trabajo no enajenado. Que para mí puede incluir hacer una revista, una radio, un libro, un seminario, una casa, un partido político, etc, etc. Agregaría ahora que el amor al trabajo me parece maravilloso. Es realizar una vocación, cumplimiento del deseo. Por último, debe ser cierto lo que decís sobre las entradas sobre el amor. Entonces yo hice un recorte erróneo y leí mal. No te atribuiré ningún perfil productivista. Perfil que, dicho sea de paso, me resulta muy intersante (pero eso asunto mío). Disculpá por lo del perfil, no quise ofenderte ni chicanearte. Simplemente me pareció -equivocadamente- un buen punto de partida para decir lo que pensaba.
saludos
Fred, tranquilo, no me ofendiste, sólo me causó gracia. Sí, parece que hago muchas cosas, es verdad, pero no soy el Primer Trabajador. De todos modos en los próximos años quisiera trabajar menos y menos. Y enamorarme más. Aahhh...
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