¿Qué ama el amor? El Infinito.
¿Qué teme el amor? Los límites.
Søren Kierkegaard, Diario de un Seductor
por Liliana Piñeiro
Si tomamos como referencia que toda seducción incluye un más allá, algo del orden del secreto que se resiste a ser revelado, podríamos abordar el documental Marta Argerich, Conversación nocturna, que Georges Gachot realizara en el año 2002 sobre la personalidad y la obra de la gran pianista argentina, bajo este aspecto.
Tan disfrutable como asistir a uno de los conciertos de Argerich, este documental hace hincapié en el milagro de la música, que parece renovarse a cada momento. Gachot reúne algunas filmaciones de archivo: interpretaciones de distintos años (la primera, en 1957, donde ya se advertía la precocidad de su talento) van apareciendo junto a un ensayo de 2001. Entre otros grandes compositores, se escucha a Piazzolla, Liszt, Ravel: toda la belleza se agolpa en los oídos.
Pero algo pasa con la imagen. En primer plano, Argerich va desplegando una seducción irresistible. A través de su relato de recuerdos, de sus anécdotas con los maestros y con el público, advertimos cierta picardía en los ojos, alguna carcajada gozosa: ella revela y vela, al mismo tiempo, sus dones. Nos habla de su intimidad con Schumann, fantasea con los celos de algunos compositores si los interpreta juntos. Se trata del ejercicio de una pasión, que la cámara sabe mirar. Las manos sobrevuelan el piano, el rostro se transfigura de placer: a fuerza de intensidad, el espectador se siente convocado a ser testigo de una relación amorosa.
Y como todo amor tiene sed de infinito, el documental juega su propuesta en el terreno de la seducción. Deja que Argerich esquive, de algún modo, los límites de la biografía y sostenga para siempre el secreto de su arte, dejándonos fascinados, como buenos amantes, con el deseo abierto a más y mejor música.
Tan disfrutable como asistir a uno de los conciertos de Argerich, este documental hace hincapié en el milagro de la música, que parece renovarse a cada momento. Gachot reúne algunas filmaciones de archivo: interpretaciones de distintos años (la primera, en 1957, donde ya se advertía la precocidad de su talento) van apareciendo junto a un ensayo de 2001. Entre otros grandes compositores, se escucha a Piazzolla, Liszt, Ravel: toda la belleza se agolpa en los oídos.
Pero algo pasa con la imagen. En primer plano, Argerich va desplegando una seducción irresistible. A través de su relato de recuerdos, de sus anécdotas con los maestros y con el público, advertimos cierta picardía en los ojos, alguna carcajada gozosa: ella revela y vela, al mismo tiempo, sus dones. Nos habla de su intimidad con Schumann, fantasea con los celos de algunos compositores si los interpreta juntos. Se trata del ejercicio de una pasión, que la cámara sabe mirar. Las manos sobrevuelan el piano, el rostro se transfigura de placer: a fuerza de intensidad, el espectador se siente convocado a ser testigo de una relación amorosa.
Y como todo amor tiene sed de infinito, el documental juega su propuesta en el terreno de la seducción. Deja que Argerich esquive, de algún modo, los límites de la biografía y sostenga para siempre el secreto de su arte, dejándonos fascinados, como buenos amantes, con el deseo abierto a más y mejor música.
ahora quiero ver la película...
ResponderEliminarLiliana:
ResponderEliminarQué increíble! Ayer justo me acordaba de vos por un mensaje que recibí en Facebook. Aquí voy a tratar de hacer el "enlace" porque parece una feliz coincidencia con tu artículo.
Asunto: MARTHA ARGERICH. Conversación Nocturna /// Re-estreno Arte Cinema A pedido del público vuelve a proyectarse en la sala 2 del complejo Arte Cinema (Salta 1620) el documental sobre la brillante pianista argentina. Todos los días 19.25 - 20.40 y 22.00 hs. SINOPSIS. Martha Argerich es la última pianista legendaria. Rebelde de alma, la música argentina esta rodeada por un aura de misterio; algunos la encuentran demasiado intransigente, otros generosa y bella, pero a todos les resulta increíblemente talentosa.
Tal vez ya alguien tenga la información, pero si tu apasionada reseña, da deseos de ver el film, ahora es la oportunidad.
Un beso.
mUY INTERESANTE LILIANA:
ResponderEliminarVí hace un tiempo un documental en el que toca a dos manos o en pianos vecinos,con un pianista rubio, que parece ser en la vida real ( como si tuviera una ficcional) una relación amorosa pero que no está "condenada al éxito". Los dos llevan una vida similar, de hotel en hotel y casi nunca coinciden.
No se si se lo propusieron pero daba cierta angustia. Yo pensaba : " qué aparatos" , pero después pensé que quizás ésa sea la única relación posible entre seres como ellos.martha
Martha Argerich,por su pasión y modo de tocar el piano, asustó a unos cuantos pianistas masculinos, cuando ella toca, parecería que son cuatro manos las que tocan esa pieza del piano.Tuve la grandiosa oportunidad de escucharla tocar en el Colón, un concierto de CHOPIN, hasta ese momento era un concierto que había ya escuchado variar veces, a medida que hiba escuchando el concierto interpretado por ella, empezaron a aparcer más notas, más armonías, y recuerdo que me impactó con la soltura y la naturalidad que lo tocó.
ResponderEliminarAna Zampini
Que buen comentario Lili. Me da ganas de ir a ver el doc Ya mismo!!
ResponderEliminarLastima que me queda tan lejos constitucion.
Gracias
Lucas
Gracias a todos por los comentarios.
ResponderEliminarY ahora que vuelven a dar este documental en el Arte Cinema, no se lo pierdan!
Liliana: Ud. es lo más, uno lee sus reseñas y quiere salir volando a escuchar y VER a la Argerich.
ResponderEliminarEso es por su visión "nocturna" que no es infrarroja sino poética.
Liliana, me encantó este post y si no me equivoco hiciste uno sobre Conti (o Urondo?) que tambien me había encantado.
ResponderEliminarSabés que hace poco me topé con un video en Youtube donde una M.A. jovencita toca con Ozawa y me quedé hechizada.
emeygriega: hace un tiempo hice un post sobre Urondo.Gracias por tu aporte del video en Youtube, ya mismo lo estoy buscando.
ResponderEliminarLucas: te sedujo la Argerich, pero también Schumann, no?
Ah! Y a Morticia, agradecida...Mi visión está a tono con el color del blog en estos días.
Comparto absolutamente la descripción del "efecto Argerich", tan bien señalada en la siguiente nota:
ResponderEliminarhttp://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/espectaculos/17-17454-2010-04-01.html