Sobre Reading Book of Blockade, de Alexander Sokurov
por Carmen Cuervo
(antes que nada, les digo que tengo que escribir esto ahora, antes de que llegue la noche porque, si no, no voy a poder dormir)
El libro del bloqueo está escrito por los rusos Ganin y Adamovich y contiene los testimonios de aquellas personas que lograron sobrevivir al bloqueo que los alemanes impusieron a Stalingrado por 900 días durante la segunda guerra mundial. El bloqueo generó en ese pueblo sobre todo hambre y frío. Finalmente muchos rusos sobrevivieron y la URSS le ganó la guerra a los nazis.
La película de Sokurov muestra a varias personas, niños, adolescentes y ancianos dedicados a distintas actividades, leyendo en voz alta fragmentos de aquel libro. Estas personas aparecen en un estudio de radio donde algo hace parecer que nieva y muchas veces los rostros se ven distorsionados por vidrios interpuestos entre la cámara y las personas.
Para mí, Reading Book of Blockade es una película de terror y de hambre. Voces de niños que cuentan cómo es que se mueren los chicos de hambre. Voces de fantasmas, confundidas con las voces de las personas que leen cómo seguir conviviendo con personas queridas que acaban de morir de hambre. Voces que comen pasto, perros, tierra, cinturones de cuero envenenados, personas muertas, gaviotas, gorriones, pegamento y 150 gramos de pan. Otras voces explican que las personas ya no caminan erguidas, sino que vuelcan su cuerpo hacia adelante para evitar caerse. Y en el medio una foto: La cámara de Sokurov se mueve mostrando las distintas partes de esa foto: adolescentes que parecen ancianos, cuerpos enflaquecidos extremamente, tres mujeres deformadas por el hambre, hinchadas como fantasmas que aún siguen vivos, voces presentes, sobrevivientes incluso desconocidos para sus propias familias. Y mucho despúes otras fotos del museo Hermitage, con la cámara paseando por el museo que, en lugar de los cuadros, tiene solamente los marcos vacíos (los cuadros fueron retirados para salvarlos de la destrucción). Y la voz de un lector, que es un fantasma que nos dice que lleva a visitantes del museo en una visita guiada para ver los marcos donde no hay cuadros.
Y después, cuando ha terminado el bloqueo y las personas vuelven a alimentarse, entonces las voces nos dicen que esas personas rejuvenecen más y más, como un cuento fantástico que hiciera retroceder el tiempo. Pero digámoslo: en las películas de Sokurov el pasado no ha pasado. El presente y los distintos pasados conviven sin beligerancia.
Todavía hay lugar para nuestra moral, o mejor para la política: un testimonio dice que él no se anima a juzgar a aquellos saqueadores de pan que robaban a los más débiles. Dice que los ladrones eran casi niños, que estaban hambrientos, sucios y muertos de frío.
lamento no haberla visto. confío en que oscar la pase. besos.
ResponderEliminarHay un frase final donde Sokurov parece responder, desde la ética, algo que también es el cine: nos dice que él sentía que "debía" hacer esta película.
ResponderEliminarPor mi parte, desconocía los detalles del sitio de Leningrado, es decir,ignoraba los límites de la desesperación sufrida por el pueblo ruso. Y, como bien señala Carmen, gracias al procedimiento cinematográfico de lectura, los testimonios toman una nueva vida en las voces y los rostros actuales.
Misión cumplida, entonces.
julieta, don't trust in me
ResponderEliminarBuena cobertura.
ResponderEliminar. Julieta: No confíes en él...ni en ningún otro.
Saludos.
Martha
martha: si me lo decís vos, yo no puedo más que hacerte caso.
ResponderEliminarbesos.