Yo no permito que me impidan seguir
Foto: Nicolás Villalobos
Litto Nebbia: Cuando comenzó este tipo de música fueron apareciendo grupos con estilos distintos, incluso los cantantes. Digo los cantantes, porque es lo que más le llega de un grupo a la gente, sin necesidad de entender la música técnicamente, ¿no? Inclusive las letras –que en Los Gatos son de una manera, en Almendra de otra, en Manal de otra, en Cantilo de otra, en Charly de otra- marcan un poco el formato. Y los menciono porque ninguno tiene el sonido de algo conocido ni lo que nos gusta del rock inglés y norteamericano. Lo que tuvo de bueno el comienzo acá es que nadie se planteaba sonar como Los Hollies, Los Beatles o los Stones, y ahí radica su originalidad. No sé cómo sería hacer este mismo trabajo sobre la década siguiente, que lo haga otro (risas). Siempre hay gente nueva y talentosa, pero ya para los 80 empieza a plantearse con gran acento el tema del negocio, los rankings y quién vendió más. Mientras va subiendo eso, baja la música, y la posibilidad de que aparezcan grupos con otra experimentación. Te dicen que hay que hacer esto porque es lo seguro. Esto pasa con el cine, con todo en la vida. Pero claro, te lo bancás si pasa en el mercado de acá a la vuelta que vende manteca, pero con la música te volvés loco. No quiero que se interprete que digo que nuestro movimiento es el legítimo y que antes fue mejor. El negocio va transformando las cosas y hay un montón de gente que adhiere a eso. Cuando me refiero a esa primera década, no es un capricho, creo que de entre toda esa gente salió un formato de canciones. Entiendo que después empieza a venir una búsqueda comercial que se disimula diciendo que, porque volvió la democracia, todo el mundo se quiere divertir, Divertirse está muy bien… pero ¡toquen bien carajo!
La otra: El argumento más común sobre la música que se hace en los 80 es que se clausura una etapa de represión en la que nadie podía decir nada y con la vuelta de la democracia hay posibilidades de expresión, alegría…
LN: De acuerdo, pero hay varias maneras de alegrarse. Una es contar chistes verdes, otra es ver una película de Woody Allen. Pero lo que empieza es una cosa que tiene un vacío infernal y además aparece un público que no sabe lo que pasó.
LO: En el libro (que acompaña la edición de 9 cds de Una celebración del rock argentino) lo vinculás con algo de la historia argentina que excede al rock, decís que siempre se ha intentado romper con las continuidades, que cuando aparecen ustedes estaban los del tango y ya hay una cuña metida ahí para instalar una contraposición: “tango vs. rock”.
LN: Sí, en el fondo es una actitud política, pero no lo que entendimos por política partidaria, es cuestión de guita. Alguien que quiere ganar mucha plata lo que va a querer es hacer cosas simples, que no traigan problemas, que no rompan, que se puedan reproducir rápido. Ponete a pensar en la cantidad de música de tango tan buena que se hizo cuando yo tenía 5 o 6 años. La gente en ese momento conocía masivamente las letras de las canciones de Homero Manzi, de los Expósito, de Cadícamo… las más populares, ¿no? Y de golpe no hubo ninguna orquesta más, no hubo más bailes, no grabaron durante 10 años. Eso lo pensó alguien, no es una casualidad. En ese momento, para contrarrestar eso, aparece una versión que te dice que cambió el gusto de la juventud. La juventud no sabía lo que había. No cambió el gusto de la juventud. He leído cosas que son terribles… Me acuerdo de mis viejos, que eran super músicos tangueros. Era un desprestigio, se decía: “eso es música de viejos”. Y los liquidaron. Y alguien dijo que teníamos que vivir una cosa nueva para la juventud, porque era más divertida y ahí aparece el Club del Clan. Más claro no puede ser. (Hace un silencio y asoman lágrimas en sus ojos). A mí me emociona y me da rabia, porque esto, que yo lo vivo tan temperamentalmente, no escucho nadie que lo diga. Todo el mundo parece que quiere ser delgadito y joven eternamente. ¿Están locos? (Fragmento de una extensa entrevista que nos concedió Litto Nebbia y que está publicada en el número 23 de revista La otra, ahora en los kioscos).
Este domingo a la medianoche viene Litto a La Tribu a pasar música especialmente seleccionada para nosotros, gemas desconocidas del inmenso catálogo de Melopea, el sello discográfico que él dirige y que incluye a grandes músicos de todos los géneros. Clickear acá para escuchar on line.
Muy buena la entrevista (y lo que voy leyendo de la revista en general, la nota de Rock en democracia es buenísima), Litto es súper claro siempre.
ResponderEliminarÚltimamente vengo pensando que debería comprar de a poco el catálogo completo de Melopea. El detalle es que, según lo que acaba de decir LN en Tiene la palabra, son como 700 discos...
Espero acordarme el domingo!
Acordate de no olvidarte!
ResponderEliminarVa don Fogliatta también?
ResponderEliminarNo, no es un programa sobre Los gatos, es un programa con Litto.
ResponderEliminarOscar: Decile a Nebbia que en Flores vive Carmen Guzmán la gran pianista compositora y cantante,señora bastante mayor ya viuda del compositor peruano de "amarraditos" y que creo que su catálogo todavía no atesora. Y gracias por tantas obras maestras propias y de otros que el supo como casi nadie rescatar.
ResponderEliminarHugo.