sábado, 4 de septiembre de 2010

Antojo Intemperie


por oac

1) Si esto lo escribí yo hace apenas año y medio, ¿cómo pude haberlo olvidado?:

"... resuena la inquietud que produce el amor estético, tal como ha sido planteado en el libro La repetición, es decir, el amor acechado por el hastío, que puede derivar fácilmente en una rutina y finalmente en odio, cuando el objeto amado, por las razones que fueran, ya no nos satisface. La clave para que exista el amor al prójimo parece consistir en romper con el amor de preferencia. El amor de preferencia es un vínculo entre un amante y su objeto amado. Esa relación establece un circuito que alimenta un egoísmo recíproco: nos amamos en tanto nos satisfacemos mutuamente. Es una relación entre dos y, por lo tanto, una relación especular, de reflejo, en el cual uno busca fundar el amor en las cualidades del otro; cuando ocurre de este modo, el amor de uno depende del otro y el amor del otro depende de uno. Un amor regido por el amado, que espera que el amado sea el motivo del amor, es amor de finitud, es decir, un amor condicional e infinitamente insatisfecho: por ello enciende la angustia, los celos y, en definitiva, la desesperación".

Si yo lo sabía... ¿lo olvidé?

Lo olvidé.

Bah, no lo sabía.

2) Esto lo había escrito en mi libro Kierkegaard, una introducción: Escuchar una voz, que se va a presentar el próximo miércoles en la Biblioteca Kierkegaard de Argentina (Carlos Calvo 257). El libro ya se "presentó" en la Feria del Libro, pero ahora se presenta sin comillas.

Lo había escrito pero no lo sabía. ¿quién puede saber algo al respecto? Yo estaba parafraseando a Kierkegaard y su distinción entre el amor estético (digamos: Eros) y el amor al prójimo (digamos: Agape). Más allá de las apariencias, Kierkegaard es un experto en Eros y un aprendiz en el terreno del amor al prójimo. Yo no le llego a los talones en ninguna de las dos asignaturas. Odio a la humanidad: odio a mis amigos, odio a los lectores de este blog, odio al amado y odio a Kierkegaard, la reputa madre que los mil parió.

La única alegría que tuve en el último mes me la dio un enemigo. Se llama (bah) Ceferino Ricciarelli y escribió la primera y única reseña que hasta ahora se hizo sobre mi libro de próxima (bah) aparición. El tipo es mi enemigo, supongo, aunque no lo conozco. Por consejo de mis amigos, después de leer el severísimo comentario que me dedicó, lo googleé para ver qué onda. Y resulta que lo único que hay en google de Ceferino es la reseña que me dedicó. Es decir: el tipo decidió comenzar su rutilante carrera filosófica demostrando que mi libro es no mediocre, como la revista en la que él colabora, sino... ¡pésimo! Uno de los peores libros que se hayan escrito. Esa es mi manera de distinguirme del pelotón que forma gente como Ceferino: él es un mediocre resentido y opacado por el polvillo académico; yo soy pésimo desde cualquier perspectiva. Ya que nunca seré muy bueno, Ceferino me terminó de convencer de la conveniencia de ser uno de los peores. Este pésimo libro mío es el que con orgullo voy a presentar este miércoles (más tarde amplío).

Mis amigos (a los que odio, no tengo ganas de verlos, estoy harto de ellos) me sugieren la posibilidad de que Ceferino no sea un nombre real sino un seudónimo. Quizás, me dicen, sea alguien del grupo editor de la revista de Teología Crítica "El títere y el enano" en el que tan severa reseña salió publicada: Martín Cremonte, David A. Roldán, Pablo Uriel Rodríguez, Marcelo Burello, Julio Corigliano o Patricia Dip. Se hacen llamar Los Posthegelianos. A ellos sí los conozco: vienen todos los años a presentar sus papers en las Jornadas Kierkegaard y se llevan su correspondiente certificado. Pero en el caso de dedicarse alguien a escribir una reseña tan severa, ¿sería tan cobarde como para no firmarla con su nombre real? Hmmm... No creo. Lo que me parece es que Ceferino, sea su nombre real o de fantasía, es un lector de este blog, así que aprovecho esta ocasión para mandarle un saludo e invitarlo a que participe en el panel el próximo miércoles en la Biblioteca Kierkegaard. Porque resulta que él me dio la única alegría que tuve el último mes.

Ceferino escribió que estoy en "la intemperie teórica" y ese es el más grande elogio que me pudo obsequiar, por tratarse apenas de mi primer libro. Supongo que, para él, estar en la intemperie teórica es una ofensa, no así para mí. Desde pequeño fui presa de las teorías y el máximo objetivo que me propuse cuando estudié filosofía fue alguna vez quedar en la intemperie teórica. Ojalá tuviera razón Ceferino, aunque no sé. Los seres con destino de mediocres siempre estamos amparados por alguna teoría, de modo que, si por vía de mi falta de talento logré quedar a la intemperie, no puedo aspirar a un destino mejor. Quizá mi debut sea mi despedida y de ahora en más ya no escriba otro libro: sólo seguiré posteando en este blog y editando la revista.

¡Hola, intemperie! ¡Adiós, mundo editorial!

Este domingo a la medianoche en FM La Tribu tengo un Antojo de Intemperie, y voy a ver si Kierkegaard me ayuda. Ojalá me escuches, Ceferino, y me llames al 4864-0489 durante el programa y salimos al aire, ¿dale? Vos me diste la única alegría de agosto. A la intemperie. (A propósito, la mejor noche del invierno que se está yendo la pasé a la intemperie).

12 comentarios:

  1. mm que post màs negro...
    ¿cual fue la noche más hermosa del invierno? Y pasarla a la intemperie ¿ fue bueno o malo?
    una amigo - ignoro si odiado o no.

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  2. Hmmm! Estás como el héroe beckettiano de First Love. Si todo sigue así por ahí nieva y conocerás al Martha

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  3. Errare humanun est:

    Si todo sigue así, por ahí nieva y conocerás al amor de tu vida. Martha

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  4. Cuando leí la primera versión de tu mensaje, sonaba un poco insólito: que nevara en Buenos Aires en septiembre y que conociera "al" Martha. A vos ya te conozco, pero parece que "el" Martha sería algo distinto. ¿Un trasatlántico? ¿un huracán como el Katrina? ¿una especie animal en extinción?
    Cuando mandaste la versión corregida, todo volvió a acomodarse. Aquí estoy, empezando el domingo y guardando los trapos hasta el próximo partido.

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  5. Empecé a leer el libro, no sé si luego acordaré totalmente con Ceferino o tendré la certeza que su reseña maliciosa se quedó corta y hace falta otra peor. O por ahí quedo maravillada y entonces pasás a formar parte de lo medianía autoral que recibe alabanzas de sus amigos y conocidos, porque no habrá alegría que iguale a la que te dio CF.

    En fin, como parte de ese grupo que odiás y que también te odia, no tiene ganas de verte, etc, etc, no descarto que aparezca otra "voz", llámese como se llame, que siga con el ataque venenoso aunque no frontal. Ya te dijimos que la pluma incendiaria viene de alguien muy pero muyyyy cercano.Se tratará entonces,siguiendo tus enseñanzas, de captar "el problema de la seudonimia: escuchar varias voces".

    Totalmente de acuerdo que lo mejor que pueden decirte es que estás a la intemperie teórica. Que estás a la intemperie bah, sea del modo que sea es un elogio, con lo cual podemos pensar que el mordaz crítico en el fondo, muy en el fondo, como todos nosotros te quiere un poco.

    lograremos superar el heideggerianismo barrial y el existencialismo pop?

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  6. Violencia Rivas, con un vaso de whisky en la mano, haría la gran Artaud,diría: quemá esos libros!!!
    y en acto público eh, por ejemplo en la presentación, aprovechando para decirnos que nos vayamos todos al carajo

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  7. Sos afortunado Oscar de que alguien se haya tomado el trabajo de hacer una verdadera crítica de tu libro.
    Eso demuestra interés en el material y valentía para desarrollar una tesis acerca del libro sin ironías y canchereadas perdonavidas como se estila hoy.
    Peor aún esas críticas de amigovios que parecen del Bailando.
    Descendiendo podría decirse que se tomó el trabajo de leerlo y con detenimiento.
    Fijate lo que es la pobreza de la crítica de hoy de lo que sea. Cine, teatro, hasta soporíferas resultan.(Por lo menos se podría exigir que se esmeren en no aburrir)
    Voy a leer el libro.
    Fijate que una crítica negativa a una obra de teatro en un medio importante, eso sí es una estaca en el corazón porque tenés que salir a escribirla todos los días sobre el escenario.Y sin embargo la vida sigue en pié y el tipo si aprendió algo de aunque sea un párrafo sin mala leche, termina agradeciéndole infinitamente(un servidor).

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  8. Hugo:
    Yo también agradezco la crítica de Ceferino, aunque quizá por motivos diferentes a los que vos señalás. Este comentario está lleno de canchereadas y sarcasmos, epítetos y voluntad de ofender, desde el título. Lo que pasa que las calificaciones que a Cefe le resultan disvalores(existencialismo pop, antiacadémico, intemperie teórica, divulgación) para mí son valores y motivos de orgullo (sobre todo la idea de intemperie teórica; creo que él ni se le pasa por la cabeza lo bueno que es esa intemperie; desde los proyectos académicos subisidiados las cosas se ven distintas que desde la intemperie).

    A mí también me halaga que esta persona aparezca por primera vez en google por mi reseña. Le auguro una gran carrera filosófica, evidentemente posee un talento notable.

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  9. Bueno,ahora entiendo,eso de disvalores que para vos son valores no me resultaba claro de tus anteriores comentarios.

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  10. Me río sin parar con Violencia Rivas, que evoca deliberadamente a la dulce de la Viole Rivas que se ocupaba de dejar claro que jamás dejaría a su peluquera de barrio, ni en el pináculo de su fama. El y su marido fueron la segunda pareja que se casó por TV ( la primera la de Palito) que inauguró esa onda.
    Eran igual un estereotipo, pero amable . Los ´vi hace poco en unas películas que pasaron por Canal 7 junto con Pajarito Gomez de Rodolfo Kuhn.

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