jueves, 14 de octubre de 2010

Película de no-amor

A nuestros amores, de Maurice Pialat
Sábado a las 19:30 en Lambaré 873


Todo lo que una chica es capaz de hacer para no entregarse al amor.

¿Sería entonces una película de no-amor?

Pero in absentia la sombra del amor se hace más grande.

Suzanne (Sandrine Bonnaire en un debut cinematográfico que fue también su consagración fulminante) es una pendeja de dieciséis que no quiere amar, que hace lo que puede para esquivar el amor en su vida. Eso la lleva a ser una vagabunda del alma, a la infidelidad como condición permanente, a saltar de uno a otro sin que su corazón se enlace jamás en el corazón de algún otro.

¿Qué le pasa a esta pendeja?

Yo lo estuve pensando.

No sé.

Espero llegar a saberlo.


Maurice Pialat es un especialista en corazones de esta especie. Agradables y en el fondo desagradables y en el fondo aún desgraciados. Creo que Pialat no juzga a sus personajes, pero se pregunta por ellos.

Pialat es de esa generación post-nouvelle vague a la que también pertenecen Jean Eustache y Philippe Garrel, que quedaron un poco a la sombra de sus luminosos hermanos mayores (Godard, Truffaut, Rohmer) y han sido a la vez sombríos en un sentido existencial.


Creo que A nuestros amores puede ser una película de no-amor que definitivamente nos enseñe más sobre el amor que otras que tratan del amor propiamente dicho.

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