Imagen Bruno Bimbi vía Catanpeist
por oac
Bueno, el tema ya está instalado en la blogosfera y en los diarios del lunes: ganó el cristinismo en Katamarca.
Primer test electoral del año, destinado a ser leído por la derecha como "Fuerte derrota del kirchnerismo ante un candidato cobista", termina siendo lo contrario: Cristina gana hoy en todas partes. Este creo que es el dato político del momento (y nunca conviene olvidar la fugacidad de los momentos en la política argentina, no sea cosa de desdeñar la tenaz contingencia): Cristina gana hoy en todas partes. Hoy por hoy CFK no necesita aparato, PJ, peronismo de paladar negro, intendentes, caudillos locales que traccionen votos ni nada por el estilo; en realidad es exactamente al revés: hoy es probable que ganen los candidatos cristinistas en todo el país, o al menos que mejoren seriamente sus chances electorales, gracias a los votos que derrama Cristina. El peronismo en sus distintas variantes, esa bestia que huele el poder de lejos, no puede hoy hacer otra cosa que encolumnarse disciplinadamente detrás de Cristina (así como días antes de la muerte de Néstor el peronismo díscolo estaba empezando a retobarse).
Por primera vez en 100 años pierde el oficialismo provincial en Katamarca. Cristina gana hoy en todas partes. Insisto: es una hipótesis muy falsable la mía, dado que vamos a tener varias elecciones provinciales por mes, de acá a octubre. (La semana que viene, sin ir más lejos, Chubut. Marito Das Neves, por si acaso, estate atento, movete bien en estos días, porque es mucho lo que tenés para perder). Y si bien soy consciente de la falsabilidad de mi hipótesis, creo también que es bastante útil para comprender el momento.
Lucas Carrasco hace en su blog otra lectura. El post, titulado Lecturas nacionales de la elección catamarqueña, está ilustrado con la tapa de Clarín que no pudo ser. Pero su desarrollo lo lleva a explayarse acerca de una obsesión típica de Lucas: fobia antiporteña, insistencia en reducir todos los conflictos nacionales a la contradicción Buenos Aires / Resto del País. Los porteños son unos nabos, los porteños son frepasistas, los porteños son asesinos, mataron a 30 personas al final del gobierno de De La Rúa, los porteños son ibarristas, mataron a 194 pibes en Cromagnon, los porteños renuncian a pensar el país, los porteños son progresistas (nuevo mote de la descalificación y la burla por parte de la gente del palo), los porteños son hegelianos de izquierda, son sabbatellistas... Se trata de un post de argumentación sinuosa, que se jacta de su materialismo histórico y/o peronismo de paladar negro, sin que se entienda bien cómo se traduce una cosa en la otra, pero que gasta toda su pólvora en un forzado antiporteñismo. Lucas se dedica a desdeñar cualquier posibilidad de que el resultado catamarqueño sea leído en términos del abominable progresismo metropolitano. Destaca que la triunfadora es una senadora que "la vulgata hegemónica portuaria" desconoce, porque el "puerto" sólo conoce a los políticos que van a la tele: Carrió, Pinedo, Rossi, Zamora, Olmedo, Giustiniani, Pichetto. Y despeja cualquier duda acerca de la nula incidencia que pueden tener en Catamarca la ley de medios y el matrimonio igualitario. Nada de esto: las provincias (a diferencia del puerto) son bonitas, federales, peronistas de paladar negro, conservadoras, marxistas, materialistas históricas, sciolistas y antiprogresistas. O sea: en Catamarca ganó el kirchnerismo peronista materialista histórico conservador provinciano antiporteño y los progresistas son unos pelotudos.
Hace una semana Lucas estuvo en nuestro programa de radio. Fue uno de las emisiones más divertidas e interesantes que hayamos hecho, porque Lucas es un tipo brillante, sagaz, de una inteligencia dúctil, con ocurrencias inesperadas y un talento narrativo arrollador. La entrevista es tan buena que será enteramente transcripta en el próximo número de nuestra revista. Días antes de su presencia en la radio, yo había escrito lo que creo: que Lucas es uno de los emergentes más interesantes de lo que Beatriz Sarlo denomina la "hegemonía cultural del kirchnerismo". Su paso por nuestro programa no hizo más que confirmar estas presunciones. Y todo esto a pesar de su reduccionismo antiporteño, que lo lleva a decir, por ejemplo, que en Formosa votaría a Insfrán y en la provincia de Buenos Aires a Scioli, porque están con Cristina; y que en cambio Sabbatella y Nilda Garré son dos progres delarruistas cómplices del asesinato de decenas de personas durante el gobierno de la Alianza.
Lucas se define como materialista y signa esta posición en la importancia decisiva de que haya cloacas en todo el territorio nacional. En realidad él repite un equívoco instalado en la vulgata marxista: ser materialista se traduce fatalmente en un distribucionismo físico. Hacer cloacas en todas partes: eso es transformar la realidad. La incidencia del kirchnerismo en la vida cotidiana del pueblo se reduce, según este materialismo carrascoso, en su impulso a la obra pública. Creo que Marx dice otra cosa. Volveremos sobre el punto.
Todo muy lindo, pero en Katamarca ganó Cristina.
Ante la insistencia de las cloacas, era el post que esperaba
ResponderEliminarEstoy convencido que el progresismo, como identidad, se agota cerca de la General Paz. Quizás en Santa Fe y Córdoba se pueda hablar de progresismo sin que te miren cruzado pero, por lo menos en el NOA, donde resido, las identidades mayoritarias siguen siendo peronismo y radicalismo.
ResponderEliminarY me parece bien porque, ¿quién otorga el diploma de progresista? Ahí están Stolbizer, Solanas y Binner, intentando pasar por progresista, a la vez que votan en favor de los grupos financieros.
Es como mucho.
Un amigo una vez me dijo que el progresismo es un liberalismo de las costumbres con liberalismo económico. Dolina dijo algo parecido también.
Saludos.
La verdad que todas las disquisiciones sobre el liberlaimso mtropolitano me parecen re mediocres, prejuiciosas y macartistas. Y temrinan hablando desde una posición no identificada, porque en el fondo no pueden sostener una practica revolucionaria ni nada por el estilo, asi que es un comservadurismo encubierto. Y los ataques a la region metropolitana son tan mediocres tambien. Hablan en nombre de un federalismo que es puro verso y que se identifica con el chamuyo de la mesa de enlace. El peronismo fue y el kircherismo es típicamente metropolitano. El 40 % de la población habita en la zona metropolitana, ciudad de bs as y conurbano. Y el peronismo crecio desde ahi.
ResponderEliminarEn un pais como el nuestro la mayoria de las provincias son super conservasdoras, machistas, racistas y renuentes al cambio. Y se acoplan un poco después a los fenòmenos como peronismo o kirchenrismo, que nacen en la zona de bs as y aledredores.
toda la perorata seudo federal no se sostiene por si misma y el triunfo de catamarca ayer es un rebote del cristinismo, un fenomeno muy portuario por cierto
Deejense de joder con pavadas
Ricardo: hay progresismo de izquierda y progresismo de derecha. Parece que a vos te contaron del que es de derecha nomás.
ResponderEliminarEl progresismo de izquierda, que es el que acompaña a Cristina, es típicamente urbano, y como dice Oscar, están a la vanguardia de los cambios políticos. Yo nací en un barrio pobre de una ciudad mediana donde viví por 20 años, luego viví en Capital Federal, y ahora vivo en otra ciudad, más chica y mucho más alejada del puerto. Las provincias son muy conservadoras y a la vez están muy condicionadas por lo que pasa en los planos políticos y económicos de Capital Federal, son dos hechos que están relacionados entre sí.
Lo federal, hoy por hoy, se construye en Buenos Aires. Falta mucho desarrollo regional (que en gran parte deberá ser decidido desde Buenos Aires) para que haya un verdadero Federalismo
Parece que los hubiera ofendido con mi comentario y no era mi intención. Disculpas si fue el caso. Eso sí, el "Parece que a vos te contaron" creo que no era necesario.
ResponderEliminarVeamos, vivo en una provincia del NOA y no necesito que me cuenten sobre feudalismo, conservadurismo y demases. Todos los días estoy en contacto con eso. Pero no entiendo porque les parece mediocre, prejuicioso y macartista hablar de progresismo metropolitano. Es una descripción nada más y no creo que esté muy alejada de la realidad. No se trata -repito- de un ataque.
Tiene que ver con que creo que, más importante que progresismo o conservadurismo, es la visión que tengamos de derecha o izquierda en lo económico, en términos de justicia social y distribución, que es donde se juega -en gran parte- el partido de la igualdad.
Coincido con que el Federalismo hoy pasa por el Estado nacional y que, históricamente, ni el centro ni la periferia contribuyeron al desarollo de las economías regionales.
Saludos.
Porque esa descripción del progresismmo metropolitano es un clisé penoso, que està repetida hasta el hartazgo por gente que parece ponerse por ese solo comentario a la vanguardia de la historia. Insisto en preguntar a los que usan despectivamente la palabra progresismo si están llevando a cabo una revolución que los haga ver las cosas por encima, si hablan desde la revolución o desde el regresismo. Una categoría como "progresismo" fue adoptada como descalificación durante el reinado del neo-liberalismo. El post intentaba desarticularla como lugar común, pero vos Ricardo, la adoptás sin abrir sus equívocos. Al adosarla al "metropolitano" solo consolidas esos prejuicios.
ResponderEliminarOscar: no quiero darle al término ningún sentido peyorativo ni colocarme en ninguna vanguardia. Sólo quise decir que el progresismo, como identidad, es un fenómeno de las grandes ciudades y que no se verifica su existencia en el interior o, por lo menos, en el NOA.
ResponderEliminarAdemás es un término bastante manoseado, lamentablemente. Todos quieren ser progresistas y es fácil confudir a los progres con los que se disfrazan de progres.
Sólo eso.
Saludos.
Justamente porque es tan manoseado es que yo no lo uso para caracterizar a nadie. Marco como otros lo usan. Y me pareció que en tu mensaje vos no escapabas a ese manoseo.
ResponderEliminarProcuro que cuando alguien caracteriza políticamente a otro por lo menos exhiba desde qué posición habla. Porque desdeñar a otros con palabras es lo más facil de hacer. Hoy desde Majul hasta Quintín y desde Fontevecchia hasta Artemio todos manosean el término "progresista". Pero ¿qué hacen ellos mejor que ser progresisas? ¿en qué práctica sostienen sus palabras?