por Martha Silva
Lo primero que vemos es un Eusebio Poncela que, si no es el Diablo, es diabólico, manipulando a un pobre hombre interpretado por Emilio Disi, que se luce como pocas veces se lo han permitido en el cine. Se trata de la nueva película de los Cohn – Duprat, que siempre resultan interesantes, aunque no todas las veces arriban a la genialidad: digamos que son estimulantes.
Esta vez hay una mano férrea -la de Poncela-, que dispone del destino de un empleado sesentón ya acobardado por los avatares de su vida, y lo hace con cierta saña, al someterlo a difíciles pruebas para su mediocre cociente intelectual. Presuntamente es para mejorar su vida, de ahora en más.
La idea está basada en uno de los cuentos de Alberto Laiseca, autor que siempre consigue provocar cierto terror larvado, sobre todo desde sus relatos radiales. Lo que inventa aquí es un español que tiene la habilidad de modificar los destinos de la gente, poder que adquiere al ser herido dos veces por el mismo rayo, experiencia inédita, como sabemos. Le ofrece entonces, al personaje de Disi, cambiar su suerte de ahora en más y, si acierta en la empresa, habrá de recibir una abultada cantidad de dólares. El citado personaje tiene tan pocas luces que será muy improbable que se alce con ellos; el modo en que sortea estas pruebas debería ser lo divertido, si todo funcionara aceitadamente, cosa que no siempre ocurre.
Pero lo bueno es que los Cohn - Duprat suelen salir airosos de aquello que es sencillamente vulgar. Logran emerger indemnes de momentos difíciles y eso se sostiene con cierta eficacia. Consiguen sortear lo trillado. Esto y la elección eficaz de sus colaboradores es destacable en ellos. Por ejemplo, cuando se retrocede en el tiempo y nos encontramos ante Darío Lopilato como el personaje en su juventud, éste no encontrará mejor cosa que buscar su oportunidad de zafar, transformándose en un cantante que compone “Yesterday”. La ambición lleva por malos caminos. O salvarse no es para los débiles, ni siquiera ayudado por esa suerte de demiurgo que nos ofrece eficazmente Poncela.
Queda el seguro placer de escuchar a Laiseca exhibiendo su cinismo en un final interesante, que por supuesto ni mencionaremos. En fin: sólo para fanáticos.
No es uno Cohn y el otro Duprat? Porque nombrarlos como "los Cohn-Duprat" mucho no suena, salvo que la idea sea que "los Cohn" suene como los Coen, sólo porque son dos!
ResponderEliminarNo vi ésta todavía, pero El hombre de al lado me encantó y espero que suceda lo mismo. La selección de actores es cuanto menos rara, no? Pero parece que los tipos saben elegir.
La vi, me encanto. Soy fan de Laiseca y a comparacion de El hombre de al lado esta pelicula es mas dinamica y mas colorida, suma dialogos y Emilio Disi me parece que hace de el mismo y le sale redondo.
ResponderEliminarEl hombre de al lado me gustó...habrá que ver ésta entonces
ResponderEliminarOscar, estoy probando esto a ver si se compuso. Martha
ResponderEliminarHola: Más tarde contestaré , gracias. martha
ResponderEliminarEs cierto: así parecería que ambos directores se llamaran COHN-DUPRAT. Un horror.Si seguimos así no sé dónde vamos a ir a parar.
ResponderEliminarMALOPEROBUENO: mE PARECE QUE APROVECHAN LO MEJOR DE CADA UNO
ResponderEliminarlILIANA NO TE PODIA MANDAR ENSAJES PORQUE ESTABA OBTURADO: LLAMÉ AL "SOLUIONADOR DE POROBLEMAS" QUE ES MUY EFICAZ. aSI QUE NO TE DEJE MENSAJE EL OTRO DÍA. bESO.