por Oscar Cuervo
"El arrasador triunfo que Cristina Kirchner obtuvo ayer resulta llamativo por varias peculiaridades: hacia la medianoche, superaba por unos cinco puntos el 45,29% de 2007; sacaba una ventaja superior a 35 puntos sobre su segundo; se imponía en distritos esquivos, como Capital Federal, Santa Fe, Córdoba y Mendoza; recuperaba el terreno perdido en las localidades agropecuarias, y reconquistaba Santa Cruz por amplio margen. Además, en la provincia de Buenos Aires superó en adhesiones a Daniel Scioli , al revés que cuatro años atrás".
La descripción descarnada corre por cuenta de Carlos Pagni, en La Nación.
Cristina obtuvo ayer un triunfo en toda la línea. Y ganó sola. Cristina está sola desde el fatídico 27 de octubre en que murió su compañero, Néstor Kirchner. Atravesó sola el período más triste de su vida y condujo con firmeza admirable este país indócil. Sola contra una corporación mediática que no le dio tregua durante estos años extenuantes de su primer mandato. Hasta Cristina, ningún presidente podía soportar (ese era al menos el mito) cuatro tapas de Clarín en su contra. Sola contra una oposición obstruccionista y servil a los intereses de las corporaciones. Con la probable excepción de Hermes Binner, el resto de la dirigencia opositora abandonó la política y se dedicó a repetir un guión escrito por otros en los sets televisivos. El voto de ayer fue despiadado con ellos.
Cristina recibió un aluvión de votos, más de 10.350.000, la cantidad más amplia conseguida por un dirigente político en la historia argentina. Este baño de multitudes la ungen como líder indiscutida, alineando a todo el peronismo detrás suyo. Mucho se especuló en estas semanas con el castigo que las segundas líneas justicialistas le reservaban a la presidenta en protesta contra el armado de listas de candidatos. Pero ayer Cristina ganó, no contra el aparato, sino más allá de él. La interna fue resuelta de la mejor manera: no por la rosca política, sino por millones de argentinos de a pie. En un solo movimiento, Cristina les ganó a todos: a Magnetto, la prensa amarilla y los medios corporativos, al Campo, a los nostálgicos de la dictadura, a la Carrió, Solanas, Duhalde, Alfonsín, De La Sota, Reutemann, Verna, De Narváez, Das Neves, Redrado, Camaño, Ocaña, Alberto Fernández, a los díscolos del aparato pejotista, a los sindicalistas enfurruñados por no haber obtenido mejores cargos en las listas, al agobiante elenco de los majules, quintines, nélsones, lanatas y sirvenes declamadores de un libreto aburrido y autocomplaciente.
Algo debe tener esa mujer para haberle ganado a todos.
"Mucho se especuló en estas semanas con el castigo que las segundas líneas justicialistas le reservaban a la presidenta en protesta contra el armado de listas de candidatos. Pero ayer Cristina ganó, no contra el aparato, sino más allá de él. La interna fue resuelta de la mejor manera: no por la rosca política, sino por millones de argentinos de a pie."
ResponderEliminarMuy buen análisis.
Excelente análisis Cuervo," Algo debe tener esa mujer"...
ResponderEliminarCuando los extraordinarios festejos populares del bicentenario y la multitudinaria y emocionante despedida a NK parecían diluírse en el ácido corrosivo y gris de la cotidianeidad, otra vez "la sorpresa", otra vez los nadies vuelven (volvemos) a plasmar la real realidad.
ResponderEliminarEs un (otro) momento mágico.
Ojalá podamos volver a repetirlo en octubre.
Hay con que! y eso es lo que demuestra el apoyo a la presidenta. Sostengamosló hasta octubre.Nos lo merecemos frente a tanto cretino lengua larga.
ResponderEliminar¿ Algo debe tener?Para empezar: Capacidad indudable; carisma: una fortaleza única ( la indestructible Molly Brown!) Y todo esto se mantuvo en medio de un duelo que tira abajo a cualquier persona.
ResponderEliminarAguante ,morocha. le dije ese día
ResponderEliminarEpa! No era para tanto!