jueves, 22 de noviembre de 2012

Guillino

Otro regalo por el día de la música: entrevista con Guillermo Arrom, guitarrista de Spinetta desde Tester de violencia hasta Pelusón of milk


por Maximiliano Diomedi

Entre los días 9-11 y 13-11 en la ciudad de Buenos Aires se produjeron dos momentos íntimamente relacionados con el mundo Spinetta. El primero fue en el concierto que Gonzalo Aloras brindó en La Trastienda el viernes 9. Después de 20 años, reunió arriba del escenario a Guillermo Arrom en guitarra, Javier Malossetti en bajo y a Jota Morelli en batería para hacer "Oboi", la canción con la que abre Don Lucero. También interpretaron "Camafeo". El segundo fue el martes 13 en la Biblioteca Nacional; allí estuvieron algunos de los guitarristas que formaron parte de bandas de Spinetta hablando de grabaciones, discos, guitarras y música, en el marco de la muestra Spinetta: Los libros de la buena memoria. Participaron Osvaldo “Bocón” Frascino (que, para ser exactos, fue bajista durante su permanencia en Pescado Rabioso y en el concierto de las Bandas Eternas sí tocó la guitarra eléctrica), Litto Epúmer, Ulises Butrón, Guillermo Arrom, Martín García Reynoso y Baltasar Comotto. La charla estuvo coordinada por… Ricardo Mollo.

Después de ver a Guillermo Arrom en esas dos intervenciones, una exclusivamente musical y la otra a través de la palabra, pasó por el piso de FM La Tribu. Guillermo se encuentra actualmente abocado al jazz, estuvo viviendo diez años en España y desde hace cinco meses se radicó nuevamente en nuestro país. Es el guitarrista que más tiempo tocó con LAS y dejó su sonido en discos como Téster de violencia (1988), Don Lucero (1989), Exactas (1990) y Pelusón of milk (1991).

La entrevista, respetando los temas y las tandas, la transcribimos a continuación.
(Venimos de escuchar "La luz de la manzana", del disco Téster de violencia).

Patologías: Me comentabas que en este solo final de guitarra quién toca es el Flaco.

Guillermo: Sí, el solo es de Luis. En una gira, como a mí me gustaba mucho esa armonía para hacer un solo, y yo tenía el solo de "La Herida de París", se lo cambié. Le dije: “Te cambio el solo de 'La herida1 por el de 1La Manzana1”. “Bueno, pero mirá que no hay vuelta atrás”, me dijo. Lo tocamos como un año más y después quedó fuera de repertorio (risas). Me re cagó (risas).

- Pero tuviste un año para disfrutarlo.

- Sí, de hecho, yo tengo hecha una videoclínica que está basada bastante en el solo ese que hice en el Gran Rex.

- Esa videoclínica se consigue por Mercado Libre. Está hecha en VHS.


- Sí, en VHS.


- Hace unos años.

- Fue hecha en el 92. Junto con la de Guille Vadalá fue de las primeras que se hizo en el país.

- ¿Conservás eso?

- Tengo algún VHS, el Master se estropeó. La editorial lo sigue vendiendo pero…Voy a hacer una nueva para Ricordi pronto.

- ¿Sabías que ese VHS en Mercado Libre se consigue a 140 pesos?


- ¿En serio? (risas)


- Vamos a charlar con Guillermo, porque entre otras cosas, además del concierto de Aloras, donde te reencontraste después de 20 años con Jota Morelli y Javier Malossetti…

- Fue emocionante. Y al momento que estuvimos tocando ahí…Porque al ensayo Javier (Malossetti) no pudo venir, pero cuando me reencontré con Jota y lo conocí a Gonzalo… No nos habíamos visto nunca con Gonzalo, yo sabía de su existencia, me gusta su música. Pero el encuentro fue en el escenario de La Trastienda. Y nos pasaban cosas que no podíamos explicar mucho ¿viste? Sabíamos el tema y todo, en un momento nos mirábamos y había otra cosa. Además de la energía que se crea por la música y por no vernos tanto tiempo, tocar la música de Luis nosotros tres…qué se yo. Yo sentí que estaba Luis por un momento.

- Todos sentimos más o menos la mismo.

- Fue muy emocionante.

- Pudieron calentar motores primero con "Oboi" y después hicieron "Camafeo". Una versión larguísima donde al final se permitieron zapar.

- Es la versión tal cual. En vivo tocábamos la versión esa. La única diferencia es que en la introducción Gonzalo improvisaba. Normalmente venía un solo de Luis y después un solo mío. Pero teniéndolo a Javier ahí, dije, yo hago el primero y vos el siguiente, porque hacer un solo después de Javier no quería (risas).

TANDA. Volvemos con "Cielo de ti", del disco Pelusón of milk.

- ¿Están coexistiendo en "Cielo de ti" tres guitarras acústicas?

- Tres guitarras acústicas, sí. No recuerdo si Luis tocaba guitarra de 12 cuerdas (NdE: lo dice porque así figura en el libro interno del CD de Pelusón of milk). Creo que eran tres guitarras de 6 cuerdas. Hicimos dos versiones: una con los tres, Luis, Javier y yo, tocando y él cantando, sentados uno al lado del otro, se mezclaba todo con todo. Está grabado en lo que era Cintacalma, que era La diosa salvaje antes. Y después hicimos otra versión donde tocamos las guitarras y luego la cantó Luis. La grabé con ésta guitarra que tengo acá, que me regaló Luisito cuando cumplí 31. Llegó un día a la sala de ensayo y me trajo la viola. Yo no hubiera elegido una blanca así pero la eligió él. Siempre bromeábamos porque cuando era chico él le había regalado una guitarra a Pappo y Pappo la vendió. Entonces cada vez que me veía, cuando venia a Madrid, me decía: “¿Tenés la guitarra?” Y yo le decía: “Sí, Luis, no la voy a vender nunca”. Y acá está.

- Vos viviste un tiempo largo en España ¿no?

- 10 años. De marzo de 2002 hasta hace cinco meses que volví a Argentina.

- ¿Y te radicaste definitivamente?

- Sí, sí, sí. Hace tiempo que quería venir, lo que pasa es que surgieron proyectos musicales interesantes que no me dejaron venir. Con el Quinteto de Babel Ruiz, una compositora y cantante nacida en África pero española, en Ceuta. El quinteto es buenísimo, toca Israel Sandoval que para mí es el mejor guitarrista que hay en España y alrededores, las composiciones están muy bien. Y después con la Orquesta Nacional de Jazz. Surgió esa oportunidad y no quise desaprovecharla, es jazz sinfónico, muy interesante. Tocaba Paquito D’ Rivera, Chano Dominguez y Andy Baeza.

- ¿Y esa etapa que va de Téster de violencia a Pelusón of milk fue una de las más importantes de tu vida?

- La más importante. Yo siento que lo que hice con Luis fue lo más importante que hice en mi vida a nivel musical. El contacto con él a nivel humano y lo que aprendí no puedo compararlo con ninguna otra cosa.

- ¿Y musicalmente por qué?

- Eh… sus armonías y melodías estaban agarradas de tal manera que la concentración que tenías que tener para tocar esa música y sentirte a la altura era máxima. Y el compromiso también. Estaba todo muy ensayado. Cinco horas todos los días. Antes de hacer un Gran Rex ensayábamos un mes entero y la semana anterior lo hacíamos en el Gran Rex directamente, de 12 de la noche a 3 de la mañana. Eso no lo hice con ningún otro artista. Teníamos la música tan asegurada dentro nuestro que se hacía todo mucho más fácil. Y eso lo aprendí con él, ¿viste? Toqué con un montón de bandas, bandas donde ensayábamos bastante, pero eso fue sólo con él. Porque además todos queríamos ensayar con él. Había muchas horas de ping pong y mate. A los mates la viejita Aníbal (Barrios) les decía Crown, por la marca de potencia. Cebate unos Crown (risas). A Luis le gustaba mucho el jazz y tocábamos temas de jazz, y te alentaba a desarrollar lo que él veía que vos tenías.

- Te potenciaba.

- Sí, te potenciaba. Yo entré imitándolo a Ulises (Butrón). Yo lo admiro mucho y le estoy muy agradecido por haberme conectado con Luis. Yo era fanático de Metrópoli y los iba a ver. Me juntaba con Ulises y él me enseñaba cosas de rock y a usar los pedales, porque yo no usaba pedales, y yo le enseñaba cosas de jazz. Entonces tocaba todos los arreglos de Ulises y me salían igual que él, algunos no (risas). El solo de "Patas de rana"… creo que ese tema lo dejamos de tocar porque yo no tocaba lo mismo que Ulises, lo intentaba pero no podía. Y promediando los tres años que tocaba con el Flaco, en un ensayo toqué otras cosas, toqué más como tocaba con otros grupos. En esa época yo tocaba con El güevo (Juan “Pollo” Raffo y Marcelo Torres). Entonces terminó el ensayo, me aparta y me dice: “Gullino, ¿viste cómo tocaste hoy? Bueno, de hora en más quiero que toques siempre así”. Así que buenísimo, los arreglos los seguí haciendo pero tocaba más jazzero. Yo tenía un respeto absoluto por lo que habían grabado Ulises y Litto Epúmer, lo de Litto era más jazzero.

- Litto es más Jade y Ulises entra en Privé.

- Claro. El mismo Ulises decía que era una etapa muy freak de Spientta, todas máquinas, sin bajista, sin baterista. Yo viví el final de eso y el principio de humanizar más todo porque toqué un año con Machi, el Mono (Fontana), Chofi (Faruolo) y yo. Y a veces venían Isabel de Sebastián y Celsa Mel Gowland. Y después empezó a tocar Jota Morelli doblando las baterías. Más tarde empezaron a haber temas sin caja rítmica.

- ¿Y de qué manera te mostraba los temas?, porque él no sabía escribir música.

- El te mostraba exactamente la posición de lo que quería tocar. Por ejemplo en "Ricki está listo" ("Resumen Porteño") me decía: “Esta es la clave del tema” (NdE: Guillermo toca el acorde C9/11 y canta: “En el infierno inflacionario…”). Y en algunos otros, como "La melodías en tu alma", por ahí circulaba algún cifrado que luego en vivo no lo usábamos, sabíamos todo de memoria. Luis no quería que haya ningún papelito en el suelo.

-¿Ah sí?

- Nada, nada de partituras. Y es la verdad, porque si vos te sabés bien el tema, no tenés por qué tener un papel.

- En la charla que dieron en la Biblioteca vos comentabas que él de alguna manera te exigía, tensaba para que vos des un poquito más de eso que podías dar, te corría un poco el límite pero de una manera amable ¿no? 

- Sí, con todo el amor del mundo sacaba lo mejor de vos, cosas que ni vos pensabas que podías hacer. Justamente el ejemplo que di es que cuando grabamos "Parlante", que fue un tema de la época de Téster de violencia pero que no fue incluido, porque a todos nos gustó tanto ese tema, y le insistimos tanto en que era el primer tema de corte, que él no lo puso en el disco (risas)…

- Después apareció en la reedición.

- Sí, pero a él le parecía muy comercial. Ahí grabé 5 guitarras: acústica, española, eléctrica con distorsión, eléctrica con pedal de volumen y no me acuerdo qué más. Grabé muchas guitarras. En un break, yo estaba sin auriculares y busqué un sonido con un pedal que se llamaba Heavy Metal e hice una frase (NdE: la ejecuta en vivo con la guitarra). Y escucho por los auriculares que estaban en el suelo: “Quedó, quedó”. “¿Qué quedó, si yo no estaba escuchando nada?”. O sea, que había quedado la frase de puta casualidad (risas). 

(Con la guitarra Yamaha, color blanco, regalo de Luis, improvisa).

- ¿Qué es eso?

- Lo acabo de improvisar.

- Contabas el otro día que Ulises Butrón fue quién te llevó a tocar con Spinetta y que en cierto momento Luis no sabía que vos ya formabas parte de la banda de él…

- Impresionante. Fueron 15 días muy locos. Era el año 86 y yo ya quería irme a España, porque acá no tocaba con nadie que me interesara. Bueno, había tocado con María Rosa Yorio desde el 82 y con un grupo que se llamaba La Nuca, estaba Fena Della Maggiora y el pianista era Fito Páez recién llegado de Rosario. Y un día me llama Fernando Samalea y me dice: “Charly está buscando guitarrista, ¿a vos te interesaría?” “Sí, por supuesto”, le dije. Pasaron dos o tres días, yo me di manija y me llama de vuelta y me dice: “mirá, se juntó con el Negro García López y ya quedó el Negro”. Qué se va a hacer. Entonces me llama Sebastián Schon, saxofonista de Zas, y me dice: “Vamos a hacer una gira con Zas y necesitamos guitarrista ¿a vos te interesa?”. Ahí lo que me interesaba era la pasta. La misma historia, dos o tres días, me llaman y me dicen que como La Corporación, que era la agencia que tenía a Zas en ese momento, también tenía a Metrópoli, lo puso a Ulises. A los dos o tres días me llama Ulises. Me dice: “¿querés tocar con Spinetta?”. Menos mal, mirá si me hubiese ido con Zas, con perdón de Miguel Mateos y todo, ¿no? Le dije que por supuesto. “Bueno, te tenés que aprender estos temas”. Entonces fui a la casa de Ulises. Le digo: “¿vamos a ir a la sala de ensayo de Spinetta?”. “No, vení primero a casa así te paso los temas”. Y al tercer día le pregunto: “¿Che, el Flaco que dice?”. “Ah, él no sabe nada”, me contesta Ulises. “Déjate de joder, decile algo porque yo tengo una ilusión que me muero”. Justo el otro día me encontré con Machi en la muestra de la Biblioteca y me dijo que él estaba en el momento en que Ulises le dijo al Flaco que iba a tocar yo y el Flaco le dijo: “no, tráeme alguna grabación, algo…”. Y Machi también estuvo en el momento donde yo toqué "Camafeo" y Luis me dio un abrazo y me dijo: “Bienvenido a la banda”. Yo tenía un susto que no saben. Me tiró buena onda, me dijo que me relaje, que teníamos un set parecido, porque él usaba un Roland Jazz Chorus y yo un Twin Reverb, un delay y un pedal. Pocas cosas usábamos en ese momento. Igualmente, Spinetta quería que Ulises participe en la presentación que era una mezcla de Privé y Téster antes de ser grabado. También tocó Pino Marrone, que venia de Lalala y había tocado en "Serpiente de gas", entonces Ulises me hizo aprender todos los temas de Zas para reemplazarlo en Uruguay. Me aprendí los temas de Zas. A mitad del aprendizaje lo de Zas se suspendió y tocamos los dos en el Broadway. Hicimos 5 teatros. El reemplazo estaba entre Pino Marrone y yo. Por suerte, Pino le cobraba más caro y yo iba a lo que me dé, ¿cuánto hay que poner? (risas).

- ¿Vos eras ya un gran conocedor de la obra de él?

- No, yo me enganché con A 18´del sol. Tengo dos hermanos más grandes, uno es abogado y el otro agrónomo. Pero los dos son músicos. El más grande tocaba la batería y el abogado, que es guitarrista también, es el que me enseñó a tocar la guitarra desde muy chico. Ellos escuchaban Almendra, Pescado, Invisible y yo de rebote. Yo era más jazzero, me gustaba Django Reinhardt. Mi hermano me tenía horas acompañando los solos de Django Reinhardt a los 6 años. Me gustaba mucho John McLaughlin. Entonces un día fui a ver discos y vi la tapa de A 18´del sol, lo escuché en esas cabinitas que antes…Vos no las debés haber visto.

- No.

- Eran unas cabinas que tenían el disco de prueba y escuchabas si te gustaba. Y lo compré y me fanaticé con ese disco. De ahí en más sí los fui a escuchar, fui a Barrancas, a Obras Sanitarias, a Sham´s, cuando tocaba Ulises también iba. Yo en esa época tocaba con Claudia Puyó y un día tocamos en el estadio de Morón. El concierto era Claudia Puyó y Spinetta con Jade, que estaban presentando Madre en años luz. En los camarines yo estaba sentadito en un banco y se sentó el Flaco al lado. Por eso cuando él preguntaba por mi y decía quién es, no lo conozco, yo pensaba "decile que yo estuve sentado en lo de Claudia Puyó" (risas). Después lo vi en La Falda 84 con un grupo de Alejandro de Raco, hacíamos un estudio comparativo entre la música del altiplano y la música hindú. Usaba cítara, charango de dos mangos, tabla. Nos reventaron a piedrazos en La Falda, me abrieron una ceja. Quebracho, el stage manager más grosso que tenemos, me sacó del escenario y el Flaco, que estaba ahí, subió y se puso a aplaudirlo a Alejandro de Racco, que estaba esquivando las botellas. Entonces el público se dio vuelta y de los botellazos pasaron a flores. O sea, cambió toda la película. Siempre tuvo esas actitudes increíbles. Y conocerlo fue…era una personas súper noble, muy humano, a pesar de esa genialidad, de esa luz que tenía solamente él.

-¿Y cómo era con la búsqueda de su sonido? Da la impresión de ser muy obsesivo con eso.

- En la época que yo tocaba, que grabábamos todo analógicamente porque no existía el protools, la frase de él es: "hay vida después del protools". El programaba obsesivamente las baterías electrónicas, quería que Jota las doblara exactamente y era uno de los pocos que lo podía hacer. Y no se metía con el sonido individual de cada uno. Mariano López se ocupaba de eso y nos juntábamos a programar los sonidos que íbamos a usar en el directo. Vos grababas con lo mismo que ibas a tocar después. El Flaco no se metía en mi sonido. Mariano me aconsejaba. Luis ya había elegido a la persona, entonces te dejaba libertad con eso.

- Eras vos entonces quien decidía que guitarra utilizar para cada canción, qué sonido sacarle.

- Por ejemplo, ¿viste el tema "Corazón inmaterial"? (NdE: se refiere a "Cielo invertido"). Ahí me encargó: “Quiero que hagas una base, pero que en vez de acordes sea una arreglo, que vaya haciendo melodía a la vez de lo otro pero con distorsión”. Eso no me lo había pedido nunca nadie. Yo trabajé mucho en ese arreglo y estoy orgulloso, porque quedó súper lindo. Ahora no lo podría tocar, pero tenía esas cosas. Visionario. Se daba cuenta de que si vos llegabas hasta un lugar, él te podía hacer rendir un poco más.

- Vos decías “ahora no lo podría tocar” y yo pienso en vos con Jota y Malossetti tocando "Oboi", después de 20 años como puso Malossetti en su facebook, y da la impresión de que nada cambió de aquel momento a ahora. ¿Hay una memoria musical que permite que con un par de ensayos todo fluya de una manera natural, espiritual, tan vívida?

- Porque está en la memoria. Lo que sí tuvimos que recordar fueron los arreglos. Esto no lo recordaba (NdE: Toca la intro de "Oboi").I nclusive en el disco no se escucha casi pero cuando lo tocaba en vivo sí. Y el solo no lo toqué igual. En los ensayos lo toqué de una manera pero en el show me emocioné y toqué otras cosas. Usaba una armonizer puesto una quinta arriba sin el sonido original. Eso con Gonzalo no lo pude hacer.

- Me contabas hace un rato que vos no pudiste estar en las Bandas Eternas.

- No, tenía un problema de residencia en España y si venía no podía volver a entrar porque estaba tramitando la renovación. Igualmente hubiera venido aunque no me dejen entrar más. Me arrepiento muchísimo.

- ¿Lo viste después?

- Sí, no lo pude ver un montón de tiempo porque me arrepentí tanto de no venir…

- El te nombró esa noche.

- Sí, me mandaron un video con eso justamente. Es más, me llamaron por teléfono. Yo estaba tocando en un club de jazz en Madrid que se llama El Junco y me llamaron por celular y era que estaba pasando eso.

- Vos en todo ese tiempo que estuviste en España no perdiste relación con él, de hecho cuando él iba se veían.

- Vino dos veces. En el 2003 y 2004. En 2003 fue con toda la banda y en 2004 con Claudio Cardone, me invitó a tocar en la sala Galileo y toqué cinco temas, cinco bises. Hizo todo el concierto y después me invitó, tocamos "La montaña". Él mismo dijo: “creo que es lo que identifica nuestro trabajo juntos”. A mí me emocionó eso, porque yo pensaba lo mismo pero nunca me lo había dicho. De hecho en el LP de vinilo no figura que toco en "La Montaña". En el CD sí. Cuando vine en 2006 lo fui a visitar y le comenté que cuando cobraba ADDI no estaba "La montaña". Eso fue lo único que le dije. Fui a cobrar ahora, hace poco, y está "La Montaña". Yo creo que él dijo algo o lo nombró, no sé.

- En el CD dice: Guillermo Arrom: Arreglo Lead en "Hombre de lata", Lead en "Cruzarás", Lead en "Ganges", Lead en "La Montaña", Guitarra acústica en "Panacea" y "Cielo de ti", Chapas en "Pie de Atril".

- En realidad no toqué teclado, hice unos sonidos con la guitarra en "Pies de atril". Y en "Ganges" el arreglo no es mío, él me dijo: “hacé un melodía acá”. “¿Qué melodía?” A mí no se me ocurría. “Hacé algo así” (tararea la intro de "Ganges"). Me lo cantó y yo toqué eso. Y después, en "Cruzarás", fue lo mismo que me dijo para "Corazón Inmaterial": “Buscá un lead que sea acompañamiento y no de melodía”. Entonces me fui a mi casa con los cassettes, lo preparé, fui y lo grabé. “Está buenísimo”, me decía. Y yo le dije: “vuelo mañana otra vez”. Lo cambiaba un poco y cinco veces lo hice. En el arreglo que quedó parece que estoy improvisando pero no estoy improvisando, es toda la decantación del arreglo que era muy armado y después se fue desmenuzando. No era improvisado pero parece.

- El otro día cuando me fui de la charla que dieron con los guitarristas yo pensaba en que también esa música es disfrutable gracias a los músicos de los que él se rodeó. Es Spinetta pero también es la identidad que le dan los músicos a esa etapa.

- Claro pero está dirigido por Luis. La identidad se la dan los músicos que interpretan esas músicas. Bah, no se la dan, contribuyen. Pero Luis elegía los músicos por cómo tocaban y por cómo se sentían con él. No era nada frío, éramos compañeros, cenábamos, ping pong, mates. Venía a mis cumpleaños. Ya cuando tocaba con Los Socios del Desierto vino a mi casamiento y vino a un par de días del amigo o nos veíamos en casa de Marcelo Torres.

- ¿Cuál es la canción que más disfrutaste tocando?

- "Cielo de ti" y "Cielo invertido". Porque "Cielo invertido" lo tocamos todos a la vez, hasta lo cantó todo a la vez. Entonces eso me gustó mucho hacerlo así.

- ¿Y cuando él decía que la unión entre ustedes dos estaba condensada en La Montaña, porqué lo decía?

- Mirá, en mayo del 89 falleció mi viejo y yo estaba hecho pelota. Él me llevó al estudio, me quedé días y grabamos en mi portaestudio. Él tenía todo ahí y me dijo: “traé la portaestudio que quiero que tenga este calor de portaestudio”. De hecho tengo la grabación de la porta. Trabajamos mucho en ese tema, yo estaba copado con las guitarras tipo The Cure, con los delays y él me dio rienda libre a hacer todo eso. Porque trabajamos los dos solos prácticamente en ese tema. Yo creo que por eso fue que lo dijo.


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