por Irma Rueduch
A los ochenta años creía haber vivido casi todas las cosas lindas pero me faltaba algo. Una situación muy fea me sorprendió ante la llegada de Rino, el más dulce e inteligente. Sus ojitos color miel hablan sin necesidad de tener voz. Nos miramos y sabemos todo lo que nos queremos. Muchas gracias a los amigos que me hicieron este regalo, es lo mejor del año. Los quiero a todos.
muy lindo rino :)
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