Leo en el blog de Gerardo Fernández:
"El modelo de "democracia" y "unidad" son los 90, el punto más alto de la hegemonía de los grupos económicos... La derecha ha crecido en este aspecto y toda fuerza política menor, por más que tenga un discurso antisistema, será apañada y utilizada en la acumulación de masa crítica contra el enemigo principal, que no es otro que el populismo.... aquella etapa en que la oposición a Menem la articulaba Mariano Grondona... todo intento de alterar ese estado de cosas será señalado como disolvente y antidemocrático... Hay que confrontar con la noción, cada vez más instalada, de que "los argentinos estamos más desunidos que nunca"... En realidad no estamos más desunidos, lo que sucede es que se quebró la hegemonía del discurso neoliberal..." (completo acá: "Nunca estuvimos tan desunidos")
La nota de Gerardo me hizo redescubrir o recordar una clave que a veces pierdo de vista, y que es el fundamento de tantas perplejidades: hay una izquierda neoliberal. Es decir: la izquierda del neoliberalismo, que, por ende, está a nuestra derecha. Las democracias latinoamericanas (Chavez, Correa, Evo, Lula, Mujica, Néstor y Cristina), que, cada una con sus propias particularidades, son post-90, resultan profundamente inquietantes para el neoliberalismo de izquierda y derecha. Podemos empezar a pensar ese revuelto que va desde Claudio Lozano hasta Roberto Lavagna, pasando por Caparrós y Solanas como la izquierda neoliberal. Por eso hay una tesis común que comparten Fernando Iglesias, Gabriel Levinas, Roberto Gargarella, Graciela Fernández Meijide, Elisa Carrió, Tomás Abraham, Victoria Donda, Alfonso Prat Gay, Carlos Pagni y Hugo Moyano: "contra Menem estábamos mejor"; no importa que ellos se perciban a sí mismos como liberales, troskistas, socialdemócratas, foucaultianos, republicanos, anarquistas o peronistas; pertenecen a una misma constelación histórica. Frente a ellos, la reformulación democrática de esta década ganada, con todos sus déficits y contradicciones, está varios pasos adelante. Esto explica también la dificultad que hallan para articular una salida política siquiera verosímil.
Por ahí lo que a esta hora del alba me parece una iluminación súbita es algo sabido desde hace mucho pero ahora lo siento revelador.
el blog de RG se llenó de chupacirios... :(
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