Cat Power estuvo anoche en Buenos Aires
El domingo a la medianoche la escucharemos en La otra.
FM La Tribu. Online acá
Yo quiero ser una buena mujer
y quiero que seas un buen hombre
es por eso que me iré
y es por eso que no puedo verte más
voy a extrañar tu corazón tan tierno
y amaré
a este amor por siempre.
No quiero ser una mala mujer
y no puedo soportar ver que seas un hombre malo
voy a extrañar tu corazón tan tierno
y amaré
a este amor por siempre.
y es por eso que me voy
y es por eso que no puedo verte más
es por eso que estoy mintiendo cuando digo
que ya no te quiero más
Porque quiero ser una buena mujer
o quiero que seas un buen hombre.
El domingo a la medianoche la escucharemos en La otra.
FM La Tribu. Online acá
Yo quiero ser una buena mujer
y quiero que seas un buen hombre
es por eso que me iré
y es por eso que no puedo verte más
voy a extrañar tu corazón tan tierno
y amaré
a este amor por siempre.
No quiero ser una mala mujer
y no puedo soportar ver que seas un hombre malo
voy a extrañar tu corazón tan tierno
y amaré
a este amor por siempre.
y es por eso que me voy
y es por eso que no puedo verte más
es por eso que estoy mintiendo cuando digo
que ya no te quiero más
Porque quiero ser una buena mujer
o quiero que seas un buen hombre.
Chan Marshall, más conocida como Cat Power, se presentó anoche en Buenos Aires. No es la primera vez que viene, pero es la primera vez que yo la veo. Y, era de esperar, quedé completamente cautivo de esa voz, que tiene un espesor, una hondura, una oscuridad, una sensualidad y una tersura excepcionales. Creo que no hay contacto artístico más íntimo y perturbador que la voz de una mujer cantando, esa voz, la de ella. Su último disco intenta empezar una etapa más luminosa, desde su mismo título, Sun. Esa cosa de "voy a empezar una nueva etapa, después de habérseme roto el corazón, me corto el pelo y me tiño de rubia". Pero en vivo lo que predomina es ese espíritu pantanal del blues, de la melancolía y de la noche. Su banda le saca chispas a esa oscuridad. Pelan un sonido sucio y áspero, de una distorsión muy night club lyncheano, muy Mulholland Drive. Tocó poco más de una hora y media, pero me pareció un soplo en la noche otoñal. Quería más. Por eso voy a seguir escuchándola este domingo a la medianoche en La otra.
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