martes, 15 de octubre de 2013

El caso Díaz y la política del saber

(o El otro yo del Dr. Klimovsky **) - NUEVO BLOG


por Andrés Mombrú Ruggiero *

En 1985, a tres años de la recuperación de la democracia, el daño inferido por la dictadura a las instituciones universitarias se presentaba como un problema a solucionar. La Universidad de Buenos Aires adoptó, entre otras medidas, el principio del ingreso irrestricto. Para dar contención al aluvión de jóvenes, y no tan jóvenes, que después de la larga noche se encontraban ávidos de las "luces del conocimiento", era necesario implementar una forma de ingreso que diera lugar a todos y no hiciera colapsar a las distintas facultades. Fue así que surgió el Ciclo Básico Común, (CBC) un ciclo universitario de pregrado. Su propuesta era incentivar el pensamiento crítico y contribuir a la formación ética, cívica y democrática, así como promover una formación interdisciplinaria. No se constituía como una unidad académica independiente, como cualquier facultad, sino que dependía directamente del Consejo Superior, y por lo tanto, su autonomía se veía condicionada por las internas entre los distintos decanos. El plan consistía en seis materias. Dos específicas del área disciplinar, dos específicas de la carrera que seguiría el alumno en el grado, y dos comunes para todos. De las dos comunes, una era Sociedad y Estado, ésta tenía el propósito de dar a los jóvenes elementos de juicio que permitieran respaldar a la naciente democracia. La otra era Introducción al Pensamiento Científico, (IPC) pensada para promover el pensamiento crítico interdisciplinario y para consolidar metodologías de aprendizaje.

Esther Díaz obtuvo un cargo como titular de IPC. La mayoría de los titulares de esa materia habían sido discípulos de Klimovsky, como él mismo lo expresa en Mis diversas existencias (p.193). El programa que Díaz había propuesto cumplía con los contenidos mínimos establecidos por el Ministerio de Educación para la materia, presentaba un panorama de las corrientes epistemológicas más representativas y además agregaba un contenido adicional sobre corrientes no ortodoxas.

A pesar de que sus discípulos tenían casi todas las cátedras del CBC, Klimovsky siempre se mostró como opositor al mismo, además de tener un conato personal con el Rector Francisco Delich.

Por mi parte, acostumbrado como estaba ya a las materias cero, a cómo ahorraban tiempo y no creaban mayores problemas, vi con bastante poca simpatía la implementación del CBC, factor que también contribuyó a ensanchar el distanciamiento con Delich, quien advertía con molestia que yo no comulgaba con su manera de pensar. El punto culminante de esta situación ocurrió cuando hubo que votar en el Consejo Superior el proyecto de Delich. Todos los decanos y algunos delegados de los graduados apoyaron la iniciativa, salvo la delegación estudiantil, que le hizo otras consideraciones, y yo. Esto significó una especie de ruptura definitiva, que seguramente suscitó en Delich la obsesión de que yo desapareciera como decano de Exactas, cosa que casi se produce en ese momento. (Klimovsky, 2008, p. 196)

Las materias cero, eran unos cursos breves que se habían implementado en la Facultad de Ciencias Exactas, eran una especie de preparación que daba la facultad para sus exámenes de ingreso. Surgió a instancias de Klimovsky y éste tuvo la pretensión de que se extendiera a toda la Universidad de Buenos Aires. Se trataba para él de una solución política intermedia entre el ingreso irrestricto al que se oponía y el examen de ingreso con el que simpatizaba. Una vez institucionalizado el CBC y desde su rol como decano de dicha facultad, Klimovsky trató por todos los medios de generar, a través de sus discípulos, la mayoría de los cuales también eran miembros del SADAF, (Sociedad Argentina de Análisis Filosófico), sociedad que él dirigía, que por lo menos IPC se convirtiera lo más posible en el modelo que él tenía para Exactas.


Klimovsky afirmaba que el CBC no resolvería los problemas que se suponía venía a resolver, pero todavía hoy, cuando se hace referencia en cursos de grado de las distintas facultades, sobre temas como la revolución copérnico-galileana, los conflictos y factores que determinaron el advenimiento de la ciencia experimental moderna, y otros aspectos epistemológicos relevantes, los estudiantes que cursaron IPC en aquellas cátedras quedan desconcertados, y cuando se les pregunta, ¿qué estudiaron en IPC?, responden "lógica", revelando la pobreza de aquella propuesta.

En los cursos de Esther Díaz también se daba lógica. A nadie se le ocurría que los alumnos pudieran comprender algunas de las propuestas epistemológicas más relevantes y al mismo tiempo ignoraran los elementos más básicos de lógica. Lo que en verdad fastidiaba a Klimovsky y a sus discípulos era que, además, se hablara de Feyerabend, de Foucault, de Bachelard, de Althusser, de Piaget. Autores que junto con Kuhn y Lakatos aparecen en su obra Las desventuras del conocimiento científico (1997) bajo el título: "Epistemologías alternativas”. Lo que no debe leerse como las controversias con las posturas ortodoxas, sino, del modo en que se alude explícitamente en Epistemología y Psicoanálisis Tomo I -y que citáramos- a: "pequeñas 'escuelas epistemológicas' en manos de aventureros intelectuales” (p. 169). Menos le gustaba que se hablara de Nietzsche, quien pensaba en una gaya ciencia y no como Klimovsky en una ciencia "seria".

Sin duda, para Klimovsky Esther Díaz representaba un peligro y un mal ejemplo para sus discípulos.

(El texto se puede leer completo acá).

* Fragmento de Philia y Sophía para una metacrítica de la epistemología, tesis doctoral de Andrés Mombrú Ruggiero.

** Título alternativo propuesto por el editor de este blog.


Nota del editor: Con este texto se inaugura un nuevo blog vinculado a La otra: unlargo.blogspot.com.ar, en el que publicaremos textos de una extensión mayor a la que suelen tener la mayoría de nuestros posts y los blogs en general. Con un diseño sobrio que facilita la lectura del texto largo, pocas imágenes y una periodicidad de posteos que permite tomarse el tiempo que estos textos necesitan. Lo que acá publicamos es solo un fragmento: el largo está en unlargo.blogspot.com.arEl largo de la otra. 

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