miércoles, 20 de noviembre de 2013

Los indígenas preparan otro rayo láser para que el diluvio ya jamás los seque

(Populismo y/o modernidad)
Un programa para escuchar acá


Todo el mundo contento está
los recuerdos cesan al fin
Ya sé, los recreos entre el sol esperan
a que el viento sople fuerte con su boca marfil
y el diluvio caiga contemplándote.

Con el río la luna oye
los claroscuros esconden perlas
y es así que desde el cuerpo del volcán ya muerto
los indígenas preparan otro rayo láser
para que el diluvio ya jamás los seque.

¿Y en qué ternura están
aquellos ignorados que se duermen?
Y tanto como para no ver
al menos sin ser vista una reina
pero, ahora bien,
¿puede usted mil veces golpear en sueños?
que puertas del diluvio no, no hay.

En los 12 meses anteriores Spinetta había publicado Pescado 2 y Artaud bajo la marca “Pescado Rabioso”, pero su sed de invención formal parece insaciable y en 1974 da a luz Invisible, el primer LP de la banda del mismo nombre. Se trata de una seguidilla prodigiosa, no solo por una inspiración que a esa altura parece inagotable, sino porque a cada paso Luis Alberto concibe arquitecturas musicales inauditas. En Invisible trabaja con dos músicos de un virtuosismo apabullante, Pomo Lorenzo (batería) y Machi Rufino (bajo), que venían de desempeñarse como base de Pappo’s Blues. Pero lo que Spinetta extrae de ellos no tiene antecedentes. ¿Cómo suena un trío de rock, con guitarra eléctrica, bajo y batería? Esta pregunta no habría sido respondida hasta que se diera a oir Invisible. La economía de recursos, la precisión en la distribución de los roles, el arte del contrapunto, el lirismo severo, la dosis exacta de distorsión y claridad tímbrica, la polirritmia, la alternancia/tensión entre dureza y ternura, el swing del jazz, el filo del hard y la ligereza pop en una fórmula única e inimitable.

Invisible es el nombre apropiado para una música que emerge de las sombras como una ciudad que se percibe con los ojos cerrados y juega todas sus chances a la arquitectónica auditiva.

Spinetta logra con Invisible radicalizar y destilar los principios estéticos del rock porteño y los de su propia obra: un estilismo feroz y sofisticado que no descansa en la busca de un sonido urbano contemporáneo, que no cede a modas coyunturales y por eso alcanza instantáneamente la estatura de clásico. “Suspensión” y “El diluvio y la pasajera” permanecen como cimas inigualables. El arrojo artístico del joven Spinetta (24 años cuando graba este disco) no habría sido tan perdurable si este explorador impenitente no hubiera contenido un corazón pop con esa vitalidad tan elástica.

En el programa pasado de La otra.-radio intentamos pensar y oir la tensión incesante entre populismo y modernidad, entre eso que está en el horizonte de nuestras expectativas previas y lo que de pronto rasga nuestra escucha porque nos resulta inaudito. El primer disco de Invisible quizá sea el mejor ejemplo que se me ocurre para graficar esa experiencia. Pero también escuchamos a Eduardo Mateo, el dúo Orozco-Barrientos, el Dúo Salteño, Chico Buarque, Pandemia y la banda Arraigo. Estuve acompañado por Maxi Diomedi y Gabriel Medina.

Nicolás Prividera habló de la tensión entre populismo y modernidad en el cine argentino actual y la manera como él mismo la encara en su propia obra.

Y el Pájaro Salinas analizó el significado de la foto de Massa e Insaurralde (Ver más acá: "En el día del militante, una foto para no olvidar").. 

Para escuchar el programa completo, clickear acá.

1 comentario:

  1. -"Escuchá lo nuevo que hizo el Flaco", me dijo mi amigo.
    Habíamos estado tiempo antes en la presentación de Artaud un domingo a la mañana!
    Hay que ubicarse en la época. Quienes no parábamos de asombrarnos en descubrir nuevos sonidos y climas tan especiales en aquellas bandas progre-sinfónicas, no dejamos de hacerlo frente a Invisible. Y especialmente éste álbum, con ese sonido fresco y compacto que evoca la inmensidad, el desasosiego, los pliegos inhóspitos de la existencia.
    Solo basta detenerse en Irregular.

    Más adelante, recuerdo cerca de las fiestas, iban a grabar una cálida versión del "Amor de primavera" de Tanguito.
    Todo se me mezcla, eran días muy jodidos. Pronto vendría el Golpe.

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