lunes, 28 de abril de 2014

Plenario de la Militancia: el kirchnerismo que viene

Frente a la payasada de FAUNEN y el fracaso de los planes desestabilizadores de la derecha. Un programa con el Pájaro Salinas y Hank Soriano para escuchar acá

Ayer en el Plenario de la Militancia. Fotos tomadas por Vatayón Militante



Frente a la patética farandulización de lo helechos de cable devenidos gran esperanza blanca de la derecha llamada FAUNEN, impulsados con admirable tesón por Pagni y todos los que son como él pero un poco peores, condenados a inflar un globo que se va a pinchar más temprano que tarde (porque algunos estarán enojados con el kirchnerismo, después de 11 años de una gestión cotidianamente desgastante, por errores propios y por la continua conspiración de Poder Económico Acostumbrado a Mandar en la Argentina), frente al conmovedor esfuerzo por hacer llegar a la segunda vuelta a esa panda de inútiles de la "centroizquierda republicana" (je), el kirchnerismo ha dado ayer otro paso en la dirección correcta.

Muchas veces hablamos en este blog del plan que la derecha tenia preparado para después de las elecciones de octubre pasado: lenta erosión de las reservas del BCRA mediante una sostenida corrida cambiaria, efecto garrocha de los peronistas que pasarían a alinearse con Massa después de su triunfo en la provincia de Buenos Aires, sedición de las policías provinciales, aliento a los intentos de saqueos que no prosperaron (la derecha buscaba muertos porque su naturaleza es imponer el miedo y sus intereses mediante cadáveres), la disparada del dolar blue que en enero parecía no tener techo, el aliento al poder financiero internacional para que declare nuevamente al país en default, las especulaciones de "acefalía" cuando Cristina tuvo un problemita de salud, el que ella se dedicó a superar estrictamente durante un par de semanas (recuerdo a Panqueque Carrasco, ahora amigo de Ceferino Beato, regocijándose en enero, pronósticando baños de sangre y la renuncia de Cristina para que asumiera Capitanich, pobre Carrasquito, qué mal lo dejó su propio desmanejo existencial, en qué muñeco triste e irrelevante se convirtió); el fantasma de la hiperinflación, una megadevaluación que mandaría el dolar a $20 y que haría imposible el funcionamiento de las paritarias libres, un aumento desbordado de la conflictividad social que produjera muertos, cómo no, el gran argumento de la derecha. En perspectiva puede verse paso a paso el plan que la derecha preparó para forzar una salida anticipada de Cristina, no ya para castigar a la Presidenta, ni siquiera a los propios kirchneristas, sino para aleccionar a la sociedad a que por décadas renuncie a apoyar algún programa político reformista, incluso tibiamente reformista como viene siendo la década larga del kirchnerismo. Este proyecto es una anomalía porque en el mundo reina el paradigma neoliberal en toda la línea, y eso es lo que más irrita a la derecha vernácula: que el estado está comandado por un poder político indócil, que sienta precedentes intolerables, que no se les arrodilla, que el liderazgo democrático se sostiene en los votos como fuente de autoridad, que no hace lo que hicieron todos los gobiernos lacayos del establishment desde el 83 hasta el 2003. Por eso no les basta que el mandato de Cristina termine en los plazos constitucionales, la quieren ver de rodillas, quieren que se cumplan todos los sangrientos vaticinios con que se regodeaban Pagni y Panqueque Carrasco hace poco, con decenas de muertos en las calles, que es el componente indispensable de la derecha para imponer un programa disciplinador (como mató la dictadura, o con saqueos y desgobierno como el desastroso final de Alfonsín, con confiscación de los depósitos y muerte como terminó el delarruismo que ahora amenaza con volver de la mano de Binner, Sanz, Carrió y Solanas).



Pero no: ya lo hemos dicho, uno a uno los pasos de la derecha se fueron dando sin los resultados esperados, con daños acotados, mucho menores que lo que ellos calculaban: el efecto garrocha no se dio y Massa trató de llamar la atención con una campaña contra un debate en base a una mentira instalada por los medios que lo promueven (un recurso de politiquería tan bajo que demuestra el nulo margen de Massa para construir una política autónoma de los poderes permanentes, la necesidad que tiene el tipo de mentirle al electorado para llamar la atención); los saqueos no prendieron (Panqueque de Soja quedó en ridículo una vez más); los cambios que Cristina dispuso en la Jefatura de Gabinete, en el Ministerio de Economía y en el Banco Central lograron domar el potro de la inestabilidad económica, planchar el dolar, hacer subir las reservas después de meses de tendencia a la baja, desacelerar el ritmo inflacionario, dejar que las paritarias transcurran normalmente. Todo esto tuvo costos políticos y económicos que pagaron principalmente los más pobres (y no esas clases medias quejosas que nunca estuvieron mejor que ahora pero coquetean con volver, Síndrome de Estocolmo mediante, a ser castigadas por el neodelarruismo de FAUNEN o el neomenemismo de Massa). El gobierno tuvo que hacer una devaluación controlada, producto también de errores propios y del fracaso de las políticas de Guillermo Moreno, a quien se sostuvo caprichosamente más allá de lo prudente. El peso se había devaluado en relación a otras variables económicas y se lo sostuvo artificialmente hasta que no se pudo más. La transferencia de ingresos hacia los más ricos contra los más pobres fue el costo que se pagó por los errores propios y por el boicot permanente del enemigo. Pero junto con la devaluación se tomaron medidas de claro caracter heterodoxo, esas que sacan de quicio a la derecha. Dice Alfredo Zaiat en su nota de ayer:
Fueron varias las iniciativas para reducir el impacto negativo de la devaluación y la suba de tasas que se alejan del deseo por derecha e izquierda de colgarle el cartelito de ortodoxo a Kicillof. El gasto público, o sea la política fiscal, mantuvo su necesario signo expansivo para no debilitar aún más la demanda agregada. La reducción de subsidios no se traducirá en una baja del gasto, sino en una menor tasa de crecimiento de ese rubro. El economista Marcos Leonetti, del Centro Estratégico para el Crecimiento y Desarrollo Argentino (Cecreda), escribió que “el gobierno nacional continuó, según sus propias definiciones, con las prioridades puestas en la inversión social e infraestructura”. Menciona como ejemplo el lanzamiento del plan Progresar, que tiene un presupuesto para 2014 de 11.200 millones de pesos; el Pro.Cre.Ar en plena ejecución de 90.000 viviendas y 17 nuevas adjudicaciones de predios para la continuidad del plan; los créditos subsidiados a pymes; la quintuplicación de los montos nominales de los aportes no reintegrables a parques industriales; la autorización del Banco Central para que parte de los créditos subsidiados que deben otorgar las entidades sean destinados al descuento de cheques (en el primer bimestre sumaron 4051 millones de pesos a una tasa del 17,5 por ciento anual); el Programa Precios Cuidados como parte de una política de ingresos que tuvo impacto positivo en frenar la inercia de aumentos desmedidos de precios; el resistido por las empresas régimen aplicativo de la Resolución 29 de la Secretaría de Comercio, la cual establece que las firmas deben informar en forma mensual al Estado los precios de los productos. Además no hubo un congelamiento de salarios; por el contrario, las principales paritarias se han negociado con aumentos (en promedio del 30 por ciento) en línea con la inflación prevista para este año, si se mantiene la tendencia a la desaceleración de las subas de precios como se está verificando en estos meses. Hubo un aumento en las jubilaciones en marzo, habrá otro en septiembre y la Asignación Universal por Hijo como el Salario Mínimo Vital y Móvil tendrá su tradicional actualización anual próximamente. Y en los peores meses de los costos de la devaluación y alza de tasa de interés no ha habido un deterioro importante del empleo.
La tasa de interés es elevada pero tanto como la inflación esperada, y la administración de su nivel (bajó un punto porcentual desde su máximo) como la liquidez del mercado (la reducción de la base monetaria es de apenas 15 mil millones de pesos en el acumulado de este año, con una base total que suma 362 mil millones de pesos) es una estrategia vinculada con recuperar el control del mercado de cambio (el blue se destiñó y la brecha se ubicó por debajo del 30 por ciento), recomponer el stock de reservas del Banco Central (se revirtió la tendencia negativa) y a desalentar la corrida contra el peso disminuyendo la expectativa de devaluación futura.
Evaluar la política monetaria y fiscal de estos meses como ortodoxa, como también la negociación para cerrar conflictos externos (Ciadi, FMI, Repsol, Club de París), es un acto reflejo de economistas ansiosos por aplicar ellos el ajuste tradicional, como el que está sugiriendo el Fondo Monetario. [COMPLETO ACÁ]
Como el plan no le funcionó satisfactoriamente, la derecha hizo dos movidas políticas que muestran la precariedad de su armado y la imposibilidad de declarar francamente lo que le proponen al pueblo: inflar la figura de Massa con la patraña de la "ley que propone soltar a todos los chorros, asesinos y violadores", instigación a los linchamientos mediante (la derecha apuesta a los muertos, ¿ya lo dije?); y ahora lanzar a la caterva de esperpentos de la "centro izquierda" de los elencos de los programas de cable FAUNEN.



Ante estas movidas, y frente a una banal especulación alrededor de candidatos a presidente que no pueden decir cuál es su programa político y económico porque si no no los votan, el kirchnerismo dio ayer un paso en la dirección correcta: el Plenario Nacional de la Militancia convocó a más de 15000 militantes que son la gran fortaleza de este proyecto, algo que ningún otro pelele de los que promueven Pagni o TN puede exhibir. La Nación, el diario que es vocero infalible del poder permanente, advirtió el peligro que significa este encuentro para sus planes y salió inmediatamente a satanizarlo: "Duro mensaje de Zanini a la militancia de cara a la situación". Con el Pájaro Salinas y con Hank Soriano estuvimos hablando de esto en el programa de anoche. Tanto uno como otro se mostraron muy afines a la perspectiva de que el futuro del kirchnerismo se abra hacia la militancia. Con el Pájaro intercambiamos ideas sobre las perspectivas y los desafíos futuros del kirchnerismo; Hank estuvo con  Vatayón en el Plenario y nos contó de su experiencia in situ: este encuentro, organizado por la Cámpora, fue encarado con una amplitud y un respeto hacia las otras organizaciones que adhieren al gobierno que es inédito y señala un camino a seguir. Y también nos relató que en un momento de la jornada intercambió un interesante diálogo con Daniel Scioli de cuyos detalles pueden enterarse escuchando el programa, clickeando acá.

3 comentarios:

  1. Una cosa, Oscar: al mencionar a Lucas en un post que no era sobre él le hacés objetivamente propaganda. A mí me produjo ese efecto: hace un montón que no lo leía (ya no lo sigo), me hiciste acordar de él y entré a su blog. Abrazo.

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