¿No se dan cuenta de que el crecimiento de la Cámpora se alimenta en parte con la subestimación, la calumnia y el ninguneo de la derecha? Que toda la campaña sobre los cargos rentados, la agencia de colocaciones, los militantes armados en los colegios, las juventudes hitlerianas y los cabeza de termo fueron muy eficaces para volver a la Cámpora un espacio atractivo precisamente para los jóvenes? Trataron de ensuciar su imagen pública, de minarlos moralmente, los trataron de ladrones, vagos, estúpidos, títeres, brutos, incautos e inescrupulosos: todo eso junto, si fuera posible. Los pibes no se dejaron amedrentar por eso y hoy son la organización política que más creció, la que mantiene una cohesión más sólida, fundada en el entusiasmo, el orgullo, la confianza en el liderazgo de Cristina y ahora de Máximo.
Si aplicás idénticos métodos a los mismos problemas, ¿qué te hace pensar que obtendrás diferentes resultados?
O sea; sigan calumniando y bulrándose, que la Cámpora seguirá creciendo.
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