La esencialización del porteñismo ("el porteño es.... tal cosa") es la renuncia a la política. Déjense de joder con "el porteño es...", que borran con el codo la tan mentada politización de la década K.
¿Estamos yendo hacia un kirchnerimo comentarista que renuncia a transformar la realidad y se conforma criticando a los que no lo votan?
Y yo digo: el tucumano que vota a Alperovich.... ¿Qué carajo es?
En la ciudad mayormente nos rechazan o les somos indiferentes, en menor grado.
ResponderEliminarHay que trabajarla políticamente. Y he ahí el problema, porque que cosa es tal cosa?
Trabajar no es cualquier cosa, alguien puede en una oficina, acomodar objetos permanentemente y por largas horas y al final del día acusar lo intenso que ha sido su trabajo y cuanto empeño le puso. Pero no hubo en esa acción productividad. Por el contrario, se retrocedió en ese propósito.
No es que una mayoría no quiera escuchar en la ciudad las propuestas del FpV. Lo que no quiere es escuchar lisa y llanamente al FpV y sus candidatos.
Hay un tema de rechazo y si es por seducir a esos votantes, nada más contraproducente que intentar seducir a alguien que está enganchado o enamorado de otro.
Mientras esperamos que cambien los tiempos, que la tormenta Pro cese en intensidad para poder avanzar, algo hay que hacer y eso va en respuesta a eso de "hacer política".
Creo que hay que pensar las movidas e intentar integrar en ellas a sectores de pocos de a poco, e intentar sumarlos con solidez de acumulación para después de haber trabajado por sumarlos, no perderlos en el camino. Para ello deben colaborar los recursos de la Nación, que por un lado deben presentarse como tal para que no se confundan con logros de la administración de la ciudad y por otro debe evaluarse cuales habrán de ser esos recursos ya que hay sectores en provincia y el interior que en todo caso los necesitan más y mucho más.
La ciudad tenía otra impronta, los radicales pensaban hace veinte años que era naturalmente suya y hoy en día han desaparecido literalmente. Luego avanzó un progresismo que fue destrozado entre Cromagnón y la estigmatización hacia el kirchnerismo.
Finalmente, corriendo ambos electorados logró avanzar el liberalismo lo cual es cuanto menos, extraño.
Nunca había sido el liberalismo opción mayoritaria, ni en lo nacional -ni por las tapas- (cuando hoy se avisora como opción concreta), ni en la ciudad jamás.
Evidentemente el neoliberalismo dejó huella considerando que luego del desastre terminal del 2001 cuyas causas podemos claramente entenderlas en la consecusión de las políticas neoliberales, hayan obtenido en el 2003 a nivel nacional entre Menem y López Murphy, nada menos que un 40 %.
Momento ese en que arriba por primera vez Macri en la ciudad con un 43 % en ballotage.
O sea que el liberalismo encontró una cara y un ropaje como había encontrado antes un ropaje que le dio éxito electoral en Menem.
Si es por ropaje, el liberalismo no encontrará esa fórmula aún logrando que Larreta acceda a gobierno.
Con eso y ciertas fisuras que inexorablemente se van a mostrar más a las claras, habrá de descender en voluntades.
Habrá que ver allí entonces, quien capta las voluntades que se le habrán de escapar. Y ahí es cuando nos habremos de topar con la centroizquierda de mentiritas a lo Carrió.
Fuimos con La Cámpora y La Cámpora está estigmatizada pero tampoco hay sector interno que la supere en intención de votos.
Estamos ante un problema arduo y nadie por ahora tiene una fórmula para doblegarlo. Mientras tanto, lo que no se puede lograr con la cabeza hay que ir lográndolo con los pies, pero no al estilo del oficinista que hace por hacer.
Siguiendo con el razonamiento de Daniel, creo que hay que "hacer" de veras. En el post anterior dejé un par de propuestas concretas para conquistar al porteño con una de las armas que mejor maneja y conoce: El benchmarking (comparación en criollo, pero suena más fachion asi)
ResponderEliminarSi ponés mercados populares con productos de calidad y más baratos en el conurbano (muy cerca de la Capital) los porteños apreciarán su existencia (son/somos veletas y presumidos, pero todos tenemos recursos limitados y estamos obligados en mayor o menos medida a bajar nuestros gastos, que parecen crecer cada día).
Tarde o temprano se preguntarán por qué algo similar no se encuentra en Colegiales.
Mismo con el transporte: nacionalizar el subte, llevarlo mínimo a Vicente López-Avellaneda y subsidiarlo con convenios Nación-municipios PBA. Tarde o temprano el porteño se preguntará por qué él no puede también recibir ese subsidio. Ahí empieza un debate sobre modelos.
Todo el debate de si tenemos vocación de poder, de si nuestro discurso comunica bien nuestros valores, que si un camporista debe o no estar al frente de la boleta, etc, etc, me parece que no focaliza en las acciones que verdaderamente harán política por nosotros, y que son esas acciones que el porteño no podrá ignorar cuando las tenga frente a sus narices.
Por otro lado, repito algo que dije y que me parece muy positivo pese al resultado electoral: Esta vez el porteño K pudo elegir al candidato a jefe de gobierno por el FpV, no vino a dedo desde arriba. Esa es la buena vía para mejorar el pefil del candidato para la próxima y para mostrar razonabilidad en el número de listas de precandidatos. Como decía Wainfeld en una nota reciente, no hay 7 proyectos Nac&Pop diferentes en la Capital, y eso resta en vez de sumar.
Hay una nota de la revista Anfibia que leí sobre un puntero PRO ex PJ y que me pareció muy reveladora. La recomiendo.
http://www.revistaanfibia.com/cronica/de-evita-a-mauricio-el-pro-villero/
Saludos,
Andrés