lunes, 17 de agosto de 2015

Sin saber hacia dónde rumbear

Especialísimo de Eduardo Mateo en La otra, para escuchar clickeando acá


El programa de anoche de La otra.-radio estuvo enteramente dedicado a la música y la vida de Eduardo Mateo, con sus grandes canciones y su personalidad enigmática. Y una extensa entrevista a su biógrafo Guilherme Alencar Pinto, autor de Razones Locas.. 

Este es el retrato que hace Alencar de Mateo y de su relación con él:

Antes de conocer a Mateo, yo conocí su música. Yo soy brasileño, vivía en Río, pero era ya fanático de la música uruguaya. Y una amiga con quien solía intercambiar música, un día me mandó Cuerpo y Alma recién editado, en 1984, y sin que yo tuviera la menor idea de quién era Mateo, me gustó el disco desde un primer momento, aunque posteriormente me fue gustando más. Tenía un resto para que me gustara más con el paso de los años. En el 85 visité Montevideo por primera vez y a los pocos días vi a Mateo tocando en vivo. Él estaba haciendo un circuito con un espectáculo llamado La máquina del tiempo, que fue el tercero de sus espectáculos con ese nombre. Y en ese toque yo fui presentado a él. Y como a Mateo siempre le gustó Brasil, él se me arrimó hablando portugués y nos hicimos compinches. Un poco después de eso, yo estuve una temporada más extensa en Montevideo. En 1986 produje el primer disco de Mariana Ingold y entre los dos, ella y yo, decidimos asignar algunos arreglos del disco a Mateo. Y entonces ahí tuve la oportunidad de hacer no solo chistes, pavadas y hablar de la vida, sino de trabajar con Mateo. Él no escribía música, o lo hacía muy mal, entonces él iba inventando los arreglos ahí en vivo. Mariana tocaba sus bases, Mateo en la guitarra inventaba las partes, yo las pautaba y luego las tocaba en el piano para que él inventara nuevas partes. Entonces pude entrar a la cocina de Mateo, trabajar con él. Y un poco entre conocerlo, verlo en vivo y verlo trabajar, Mateo creció en mi consciencia. En ese proceso fue que Cuerpo y alma pasó de ser un disco que me encantaba a ser uno de mis discos preferidos en el mundo. Y Mateo pasó a ser para mí un gran músico, sin matiz alguno, no un gran músico uruguayo, no el gran músico que pude conocer, sino un gran músico a secas, que yo, de suerte, pude conocer y tener alguna cercanía con él. 

Y bueno, acompañé su trayectoria muy de cerca, creo que vi la mayoría de sus espectáculos, por lo menos asistí a una o más funciones [de cada uno]. Mmuchas veces estuve presente en sesiones de grabación de discos suyos, asistí a ensayos de otros espectáculos, aparte de la amistad, ¿no?, de que él viniera a mi casa, de que yo fuera a su pensión, de que fuéramos a boliches juntos y todo eso. Lo seguí desde el 85 hasta su muerte. La amistad luego se enturbió un poco a partir del año 88, como con tanta gente. Mateo era un tipo muy difícil, y, bueno, nos peleamos y la relación se enfrió un poco, no se cortó, pero ya no hubo la parte más cotidiana a partir del año 88.

Mateo, en algunos momentos en que estaba bien y que sintonizaba con uno, era el tipo más fácil de trabajar del universo. Uno lo convocaba, llegaba en hora, trabajaba con la mayor seriedad, con la mejor disposición, con alegría, todo eran chistes, fluidez, y además la emoción de vivir el brotar de una música increíble. Eso fue lo que pasó con los arreglos del disco de Mariana. El tipo hacía un arreglo y era una cosa increíble. El único conflicto es que yo decía: "no, Mateo, después de hacer eso es imposible que aparezca algo mejor"; y el tipo se ponía medio malo: "no, no, no, no sirve nada" e inventaba otra cosa. Pero efectivamente al ratito uno decía: "realmente es mejor". Y luego otra vez y otra vez. Es decir, uno nunca podía dar cuenta de que había un techo más alto, y él sin embargo vislumbraba e iba ahí.

En compensación, cuando estaba cruzado, te peleaba, retaceaba cosas, a veces era como que él estaba boicoteando el trabajo, por motivos que a veces uno se acercaba a ellos y a veces no. A veces él de pronto decía lo que parecía ser el motivo y era una cosa tan tonta que uno tampoco podía decir si efectivamente Mateo estaba loco o si su explicación era parte de un gran chiste o de una gran provocación. Uno no lo sabía. Entonces esas dos dimensiones estaban siempre oscilado, ¿viste? 

Por ejemplo, Mateo consumía mucha droga, casi siempre droga informal y barata, porque no tenía plata para pagar las drogas nobles, mucha pastilla y eso. Pero casi siempre que le vi, por ejemplo, la marihuana, que es algo que a uno lo deja amistoso y buena onda, ¡a él le pegaba mal! Se ponía agresivo, antisocial, en los toques en vivo se peleaba con la gente, por ejemplo se apartaba expresamente del micrófono para que no se le escuchara la guitarra. Ese tipo de cosas que eran mala onda con todo el mundo, con quien tocaba con él, mala onda con el público. Entonces uno tenía que convivir y esperar los buenos momentos. Los buenos momentos dejaban unos recuerdos tan lindos que uno los recuerda con cariño. Luego uno recuerda lo otro y dice: "bueno, no era tan lindo". 

Uno entiende por qué el tipo vivía esa soledad. Era por responsabilidad de él y era por motivos más nobles también. La soledad de Mateo se debía a que el tipo tenía una especie de búsqueda muy incansable de una dimensión que él no sabía que era, pero la buscaba, de una manera muy íntegra pero también sin saber hacia dónde rumbear, ¿viste? Era como una especie de gran yogui sin gurú. Entonces hacía esa busca, sin un método y una orientación, pero realmente obstinado por perseguir ese lugar. Entonces uno admiraba esa soledad, uno por otro lado la lamentaba, por él mismo y también porque a veces hería a la gente cerca suyo, ¿no?



Alma al aras alas que pasan
del ave que en vuelo anda
ama el alma en mantra
alma del lugar noche y fogata
hazte luz y el fuego en llama
llama al alma y canta.

Canta, canta y ama, vive en cuerpo y alma
canta, sol de la naturaleza llama.

Alma que al tramar tramas en mantras
haz que el luz aves alas as
salve al cuerpo y alma.
Alma, nombre a Dios o al que es amigo
fiel en sí y a uno mismo
voz del cuerpo y alma.

Canta, pensamiento y ama el alma en mantra
canta, que en el cuerpo un templo guarda al alma.

Para escuchar la entrevista y el programa completo, clickear acá.

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