Los jueces Salvador Norberto Ruiz y Ebe Marta López Piossek de la Sala I de la Cámara en lo Contencioso y Administrativo de Tucumán quedarán en la historia por un acto que sienta un gravísimo precendente institucional, nada menos que anular el voto de casi un millón de argentinos que participaron en las últimas elecciones en esa provincia. El acto sedicioso sigue el patrón de otros intentos recientes de golpes de estado en Sudamérica, orquestados desde el poder judicial. Representa además una seria amenaza contra el derecho al voto que van a ejercer este domingo los habitantes del Chaco y en octubre los de todo el país para elegir al próximo Presidente de la Nación. El poder judicial se transforma así en un peligroso factor desestabilizador de la democracia, un reducto que responde a los intereses de la ultraderecha con un escandaloso desprecio hacia la soberanía popular. Ahora nos preguntamos si la actual Corte Suprema de Justicia se atreverá a pasar a la historia convalidando este atropello antidemocrático mediante las maniobras dilatorias que la misma Corte aplicó a otros litigios que cayeron bajo su órbita. ¿Se animarán Lorenzetti, Fayt, Maqueda y Highton de Nolasco a mantener en vilo al pueblo tucumano y a habilitar de esta forma una sedición a escala nacional? No se trata solamente de que convaliden la decisión soberana de los tucumanos ayer avasallada por Ruiz y Piossek, sino de que lo hagan con una celeridad que termine con esta situación anómala y desaliente cualquier otro intento de avance de los jueces sobre el derecho a votar. El país entero y la historia quedarán pendientes de los movimientos (u omisiones) que en los próximos días realice el tribunal encabezado por Lorenzetti.
Hace apenas unos días yo escribía que la derecha loca parece haber comprendido que todos sus intentos desestabilizadores contra el gobierno de Cristina fracasaron y que por ende parecían emprender un camino de obstrucción judicial del resultado de las próximas elecciones:
"La noche está en calma... más o menos. Y esto no depende sólo de que las encuestas parecen haberse congelado en los resultados de las PASO, ni de la apatía de la población a 45 días de las elecciones presidenciales (un clásico eso de señalar la apatía previa, se repite en cada elección). Tampoco se trata de oponer esa apatía al involucramiento de las minorías intensas. El problema es que una de esas minorías intensas tiene mucho poder. Muy minoritaria, muy poderosa y muy intensa. La derecha loca está haciendo un globo de ensayo en Tucumán para desacreditar el resultado de las urnas y por lo visto encuentra cierto eco en el poder judicial. Si yo fuera un votante tucumano, por ejemplo, no estaría tan tranquilo, aún cuando no formara parte de una minoría intensa. Cada día se está dando un nuevo paso para deslegitimar el voto tucumano y por lo visto esto no se ciñe a Tucumán sino que se proyecta a octubre. Si la payasada que está haciendo la oposición derrotada en esa provincia próspera, con una ayuda de los tribunales electorales, pueden que intenten repetirlo en la provincia de Buenos Aires". (Completo acá)
Desde hace varios meses vengo insistiendo en el error de creer que con el fin del mandato de Cristina comienza un período de "giro hacia el centro" tal como anticipan algunos analistas, basándose exclusivamente en los rasgos de personalidad de los candidatos con mayores probabilidades de ganar las próximas elecciones. Ahora que parece cercana la posibilidad de victoria electoral del más centrista de todos los candidatos, Daniel Scioli, estos aprestos sediciosos vienen a recordarnos que el clima político solo podría moderarse si la derecha loca, históricamente acostumbrada a gobernar el país a los golpes, pudiera moderar su naturaleza predadora. Cristina termina su mandato en poco más de 10 semanas. De modo que este avance corporativo contra el poder popular forma parte de la educación presidencial a la que las clases dominantes pretenden someter al próximo mandatario.
Hoy escribe Abel Fernández en su blog:
"El gobierno de Alperovich apelará ante la Corte Suprema provincial. Está integrada por algunos de sus ex funcionarios, aunque ahora no tengan buena relación con el gobernador. Cualquiera sea su fallo, el lado perdidoso podría recurrir a la Corte Suprema nacional. Si se llega a esto, es seguro que el 29 de octubre el tema sigue en los tribunales. Entonces, será inevitable la intervención federal a la provincia, por acefalía. Que, por supuesto, incluiría también al poder judicial (Méritos ha hecho para eso, dicho sea de paso ¿Recuerdan el caso Marita Verón?).
"Todo esto, claro, está dicho enfocando el tema como un problema tucumano. Ahora, el hecho que un sector “envenenado” de la oposición avalará cualquier cosa que perjudique al gobierno nacional, es también un dato de la realidad. Debemos preguntarnos si el “círculo rojo” está dispuesto a avalar jugadas irresponsables. Creo que lo sabremos muy pronto. Este domingo, en el Chaco".
Y hace unas horas escribió el bloguero tucumano Aldo Ulises Jarma:
LO QUE PASA EN LA ARGENTINA, SIEMPRE PASÓ PRIMERO EN TUCUMÁN
Hoy me toca desde acá llevarle a todos los argentinos una enseñanza de la historia tucumana que cuando lo escribí en el prólogo de mi libro nunca pensé que tendría hoy el carácter de una advertencia:
"Un comprovinciano amigo tiene una hipótesis de trabajo: 'Lo que pasa en Argentina, pasó primero en Tucumán'. Y argumentos no le faltan: no se refiere sólo a la declaración de la independencia nacional el 9 de julio de 1816. Mucho antes de esa fecha, surgiría en Tucumán una de las primeras industrias conocidas en tiempos coloniales: la de las carretas, y luego la primera industria pesada del país: la azucarera. Y sería precisamente en ese ámbito, el de los ingenios azucareros, donde el 17 de octubre del 45 comenzaría un día antes. No es casual, tampoco, que la desindustrialización del país comenzara por el cierre de 11 ingenios azucareros tucumanos durante la presidencia de Onganía, allá por el año 1966. En Tucumán irrumpirían también los primeros grupos guerrilleros: los “Uturuncos” en la zona del Cochuna en 1959 y las “Fuerzas Armadas Peronistas” en Taco Ralo en 1968. Luego comenzaría, aquí también, la represión con el “Operativo Independencia” iniciado en 1975.
Por qué no decir, entonces, que fue en Tucumán donde tuvo su inicio el movimiento ciberactivista en el país, y luego resultó ser el escenario para los primeros encuentros de blogueros con apoyo institucional..."
Si todo terminara en el llamado a nuevas elecciones se estaría convalidando el golpe. Eso está claro. Lo que no está claro es porqué se animaron a tanto estos dos camaristas tucumanos. Se sabe que ideológicamente son conservadores con fobia a todo lo que huela a kirchnerismo. Pero, también, en el fondo, los conservadores tienden a evaluar las consecuencias de sus actos no sólo para la sociedad sino también para ellos mismos. Por eso estoy convencido que tuvieron un guiño de sectores importantes de poder del país o no se hubieran animado. ¿El jefe del partido judicial quizás?
Hola Oscar, independientemente de como termine esto, los que somos o simpatizamos con el oficialismo debieramos pedirle a los senadores del partido que mocionen una cuestión de privilegio contra José Cano, principal artífice de todo este berenjenal, para considerar su ideoneidad para seguir siendo senador de la República. Esto debiera ser en sesión pública, hay que propinarle un escarmiento o al menos someterlo al escarnio público por mal perdedor y por atentar junto con las autoridades de los partido de la alianza por la que compitió, contra los principios republicanos que dicen que defienden.
ResponderEliminarEs indignante.
Slds
Marcelo Foti