La mejor pelota de fútbol

por Gabriel Fernández *

En el peor momento de la crisis que titulamos genéricamente “2001” pero se extiende desde fines del siglo pasado hasta el 2004 al menos, la situación familiar en el orden económico era desesperante. Yo ya tenía unos 20 años de oficio periodístico y había dirigido medios importantes, pero no conseguía nada; para colmo me había piantado del más grande con posiciones muy contrastantes, lo cual cerraba muchas puertas.

Llevaba adelante este programa, La Señal, y compartía con Roberto Señales de Buenos Aires: por ambos productos ganaba 400 pesos. En ese entonces, Vívian Elem cobraba 400 Lecops. Con eso había que arreglarse. En uno de esos meses dramáticos, tras cobrar esa suma, ella le compró a nuestro hijo Lautaro la pelota más valiosa que jamás haya tenido en su vida. Hoy la recuerdo: rombos blancos y negros, tradicional, algo más liviana que la profesional.

Lautaro vivía –vive- jugando al fútbol y recuerdo con emoción cuando Vívian llegó con el balón, que sin duda le recortó buena parte de la menguada asignación. No se trata de recordar “el mejor” esférico ni nada de eso: se trata del esfuerzo de la mamá para que el pibe, dentro del desastre, disfrutara lo suyo. Desde entonces hasta diciembre pasado el cambio en nuestras vidas ha sido equivalente al del conjunto del pueblo argentino.

Los amigos saben, podemos polemizar a fondo sobre errores, organizaciones, caminos. Pero el agradecimiento eterno por la Década Ganada no decae. El sólo pensar que tantas personas hayan votado contra la continuidad y aún sigan vituperando el único ciclo de crecimiento que vivió nuestra generación, resulta sencillamente insoportable. Tal vez por eso, para exorcizar el decir continuo de quienes pretenden no saber lo que a ellos les pasó, recuerdo la mejor pelota de fútbol que haya tenido nuestro pibe.

* Director La Señal Medios / Area Periodística Radio Gráfica
El próximo domingo conversamos con Gabriel en nuestra primera emisión de La otra.-radio en Radio Gráfica. FM 89,3.