miércoles, 20 de abril de 2016

Ultimas conversas (BAFICI)



por Marcos Perilli

Un documental entrañable, gracioso y triste, acerca de cómo piensan, sienten y sueñan los jóvenes adolescentes de hoy día, en el estilo de conversas que Eduardo Coutinho asumió como el rasgo más personal de su filmografía.

Es emocionante ver en pantalla a Coutinho abrir la película hablando con una colega del set de filmación sobre sus decepciones, deseos y dudas de seguir filmando, sentado en el lugar que después ocuparán sus jóvenes entrevistados, dejando entrever que es la curiosidad por el pensamiento de los adolescentes actualess la que lo llevó a filmar aquellas conversaciones.

La mayoría de ellos son estudiantes de clase media baja, quienes se explayan con desempacho y franqueza, dejando traslucir sus heridas internas, ya sea por el entorno familiar o social en el que subsisten, frente a un hombre mayor que indaga sobre sus vidas con calidez. Tratando de no perder la alegría característica de esa edad, todos ellos buscan dónde refugiarse para mantenerla.

La última conversación la tiene con una niña de 6 años. Él le pregunta quién era Dios. La frescura lúcida de la respuesta de la nena lleva a Coutinho a pensar que le hubiera causado más entusiasmo haber conversado solo con niños.

Esa dulzura final adquiere otro peso al saber que con ese hallazgo terminó la obra de este gran director, muerto en circunstancias trágicas cuando aún no había editado la película. El corte final quedó a cargo de su amigo y productor, João Moreira Salles, gran cineasta también, quien había impulsado a Coutinho a estas Ultimas conversas

Entre lo mejor de este festival.

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