martes, 20 de septiembre de 2016

¿Por qué Nietzsche? ¿por qué todavía? ¿Por qué ya?


por Oscar Cuervo

¿Por qué Nietzsche? ¿Por qué todavía? ¿Por qué ya?

- Porque su obra demanda un acto de interpretación en el que el lector tenga que tomar una decisión sobre el sentido que el texto mismo no clausura.

- Porque Nietzsche es el filósofo que instala la interpretación como problema filosófico. Todo filósofo necesita ser interpretado, pero Nietzsche planteó que la interpretación es la instancia decisiva de la verdad.

- "No hay verdad, solo interpretaciónes". "Dios ha muerto". “Yo soy un alegre mensajero, porque sólo a partir de mí existen de nuevo esperanzas”. "Yo no soy un hombre, soy la dinamita". "La verdad es aquella clase de error sin la que una determinada especie de seres vivos no podrían vivir": todas estas frases han tenido un enorme rebote mediático, más allá de los ámbitos filosóficos, como consignas activistas, frases de autoayuda y slogans publicitarios. Su aparente sencillez y su eficacia retórica lograron que fueran más repetidas que pensadas. Nietzsche es el filósofo que cabe en un twitter. Su aparente facilidad su vuelve un obstáculo de su comprensión.

- Porque el pensamiento de Nietzsche se desarrolló en medio de una enorme tensión -intelectual, corporal, social e histórica- de la que en sus libros, en sus fragmentos inéditos y en su copiosa correspondencia quedan rastros reconocibles. No hay una doctrina nietzscheana, sino una tensión nietzscheana ante posiciones violentamente contrapuestas. La superficie de sus textos, de la cual se han extraído epigramas pops, no agota ni con mucho los problemas en los que él se debatió.

-Porque Nietzsche se coloca a menudo como intérprete de sí mismo cuando prologa sus libros años después de haberlos publicado. En su obra hay numerosas indicaciones sobre cómo quiere que lo leamos. Pero su interpretación sobre sus propios libros no facilita, sino que se vuelve un obstáculo a remover para que nuestra lectura sea libre.

- Porque en los libros de Nietzsche hay dos partes: lo que en ellos está escrito y lo que en ellos queda sin escribir; y probablemente la segunda sea la decisiva.

- Porque en el siglo xx y en lo que va del xxi se sucedieron muchas interpretaciones nietzscheanas, de sentidos incluso opuestos: vitalismo, superioridad racial, belicismo, artisticidad, tecnologías del cuidado de sí, jactancia del poderío de la técnica, jovialidad autoexperimental, pensamiento débil, relativismo, anticlericalismo, neopaganismo, superación de si, superación de la metafísica, impiedad contra los débiles, liberación de los ideales, miradas genealógicas frías, explosiones psíquicas o civilizatorias, catasrofismo, fiesta, aristocratismo, ligereza, anuncio del horror.

- Porque muchas veces estas interpretaciones recortan una parte de sus vaivenes y omiten deliberadamente otra parte con la que se podría armar un Nietzsche contrario.

- Porque la última intepretación de Niezsche, muy en boga hoy en los cenáculos oficiales argentinos, lo presentan como uno de los fundamentos del "arte de vivir", la jovialidad sin terror, la indiscernibilidad entre verdad y apariencia. Hoy se recita un Nietzsche conformista, neoliberal, experimental y ligero. Por lo cual, volver a discutirlo es una tarea política referida a las decisiones presentes. 

-Porque la filosofía es personal y política.

- Porque la filosofía no es una doctrina y no necesita partidarios, sino que exige una disposición a disctutir. La filosofía es un fundamento que falta y que, a la vez, se necesita.

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