Hay un dato que la realidad nos está regalando: desde diciembre pasado el macrismo se sumió en una crisis política inesperada para quiénes creían que el triunfo electoral de octubre les aseguraba una persistencia por 8 años más. Los motivos de la crisis del régimen son económicos y políticos. El primero es objetivo y necesario: el proyecto económico que el macrismo impulsa es inviable para un 40% de los habitantes argentinos, lo cual a la larga significa que es inviable para la paz social del 100%. El otro motivo es político y contingente: el régimen de CEOs administró pésimamente su crédito electoral y no pasaron algunas semanas antes de que defraudara a una parte importante de su electorado, al forzar una baja de las jubilaciones, pensiones y asignaciones en medio de un clima de convulsión social.
Dos detalles ya caducos pero pedagógicos: 1) la fórmula que Pichetto propuso como condición para aprobar la mal llamada "reforma previsional" resultó peor para las jubilaciones que se cobrarán en marzo que la que originalmente presentó el macrismo: ese es el resultado objetivo de agregarle pinceladas peronistas al neoliberalismo; y 2) cuando se aprobó el ajuste jubilatorio, en esa jornada bochornosa para el Congreso, los medios oficialistas dijeron que las imágenes de violencia callejera (en realidad, inducidas por el propio gobierno) hacían que macri ganara la partida política en las pantallas de televisión. Hoy esos mismos medios admiten que ese día macri empezó a caer en la aprobación de las encuestas pero que, en cambio, las imágenes de la movilización sindical-social de la semana pasada es funcional al gobierno y asegura un repunte en las encuestas. Ahí tienen el hit del verano propagándose a toda clase de encuentro colectivo -no solo en las canchas de fútbol- como para poner en duda ese presunto "repunte" con que Perfil tituló su tapa del domingo. Lo que se palpa en la calle es que la crisis política se ahonda y eso que todavía no llegaron las facturas de los servicios con aumentos, con la inflación consiguiente de la canasta básica y, por ende, los jubilados y docentes todavía no acabaron de percibir la mengua completa de su poder adquisitivo.
Primera premisa, entonces: la crisis económica-política del régimen neoliberal todavía no encuentra su piso.
Ante esta perspectiva del atolladero macrista, la frase de Rodríguez Saa "Hay 2019" activó la sed peronista, de la que no se pueden escindir ni las reuniones de diversas facciones del peronismo porteño ni la extraordinaria coalición social que se movilizó el 21F. Ojo: hablar de peronismo en el caso de esta movilización es no hacerle justicia a su diversidad y es precisamente esa diversidad la que le da potencia y perspectivas futuras a la movilización, contra el intento del oficialismo de reducir estas masas movilizadas a una "foto del pasado". Me parece que los integrantes del campo popular, muchas veces apasionados en remarcar las contradicciones secundarias y en pretender capitalizar un triunfo colectivo solo para una parte de los que lo lograron, ayudan así a darle un poco más de aire al macrismo. Para no confundirse: las puteadas a macri que se propagan por las canchas, los recitales, los teatros y los cines indican que la bronca no siempre va acompañada por la marcha peronista pero tampoco la excluye. La clave es que se trata de una unidad de lo verdaderamente diverso. Si no se aprovecha esta diversidad y nos perdemos en buscar la quintaescencia del peronismo y/o del kirchnerismo para imaginar un futuro inmediato mejor, estamos dejando pasar un bondi que puede ser el último hasta no se sabe cuándo.
Como sea, el peronismo y el kirchnerismo entraron, ante la crisis macrista, en un estado de debate que a veces se vuelve abstracto, y que podría resumirse en un dilema que quizás sea falso: ¿Unidad con quiénes o Unidad para qué?. En los blogs de Abel Fernánez y en Nestornautas, para poner dos ejemplos, se están debatiendo estos asuntos. Desde el lado que llamaremos, para simplificar, "peronismo esencial", se afirma: "unidad de todos los peronistas para ganarle al macrismo, lo demás no importa nada". Del lado que denominaremos "kirchnerismo con aguante" se responde "hay que definir un programa de 35 puntos para permitirles a algunos potenciales traidores que se encolumnen detrás de Cristina". No todo el mundo habla así tan burdamente, pero hay algunos que sí. Unos, como Guillermo Moreno, piensan que el peronismo unido y solo gana; otros, kirchneristas de facebook, solo conciben el futuro con Cristina encabezando una fórmula, como garantía necesaria y suficiente de una revolución que, dentro de un año y medio, nacionalice la banca, haga la reforma agraria, expropie Clarín, ponga en comisión a todo el poder judicial, repudie la deuda externa, reforme la Constitución e imponga inmediatamente una reforma tributaria superprogresiva.
Mi punto de vista es que tanto una como otra posición son dos fantasías autoindulgentes.
No porque se trate de propuestas extremas y yo prefiera colocarme en el justo medio, sino porque se trata de planteos abstractos. La unidad a la que se debe apuntar no se reduce al peronismo, porque (aplicando lo que se dice de Cristina) sin el peronismo no alcanza, pero solo con el peronismo tampoco. Un frente con posibilidades de constituirse y de prosperar en los próximos 5 años debe abarcar realmente a una diversidad muy amplia para desalojar al macrismo del poder. Para eso, algunas cosas sirven y otras no.
- Anteponer el con quién al para qué es un planteo abstracto. Depende en boca de quién esté esa frase, por ejemplo. Si Guillermo Moreno dice que la fórmula debe ser Cristina/Peceto o Peceto/Cristina, supone que con autodenominarse peronista alcanza, ignorando que ni Peceto ni Cristina van a aceptar una fórmula juntos y, aún si la aceptaran, a los pocos meses de asumir el poder se produciría una situación similar a la de Ecuador o Brasil. Si la frase la dice Rossi, que se reúne con Máximo, Felipe, Alberto Fernández, Menéndez, Sabbatella, el moyanismo, la CTEP y Moreau, la frase supone una concepción de la unidad diferente: esos nombres implican un acuerdo programático posible. No es una disyunción excluyente: "o privilegiamos los nombres o privilegiamos el programa". Los nombres y un programa común se reclaman mutuamente y, a diferencia del peronismo metafísico de Moreno, se admite que con el peronismo (en cualquiera de sus versiones) tampoco alcanza.
- También es fantasioso pensar que para lograr esa unidad el portero de admisión debe ser un K ultraleal. Si lo encaramos como "vamos a ver a quién le permitimos unirse a nosotros", no habrá unidad posible, porque si macri está en el gobierno es porque TODOS los integrantes de este frente posible nos hemos equivocado y esos errores permitieron que macri esté en la Rosada. Si se hacen prevalecer los errores del otro, no hay unidad. Entonces no es "vamos a ver a quién dejamos entrar", sino "vamos a ver con quién nos podemos juntar", no como porteros del boliche, sino como integrantes de algo nuevo e inédito, que recoja lo mejor de todos nuestros pasados.
Por último, como dato más contingente, fantasear fórmulas con Cristina al frente deja de lado la pequeña cuestión de si Cristina desea volver a ser presidenta. ¿Nadie se lo pregunta?
Suponemos que no entramos en el calificativo de "kirchnerismo con aguante", Oscar, porque no hay nada en los posteos que subimos sobre el tema que responda a las características que bien describís. Incluso hemos evitado toda referencia al liderazgo de Cristina o su posible candidatura, sea como condición sine qua non o en cualquier otro contexto. Saludos
ResponderEliminarEn general coincidimos Oscar, en esta ocasión no.
ResponderEliminarY vuelvo al ejemplo del asado del General, donde aparentemente nosotros pondremos la vaca y ellos el pollo, para que nosotros comamos la garra, ni siquiera la pata, ¡la garra!, mientras los otros se morfan el lomo, el vacío, las achuras, y hasta la pechuga y la pata de ambos aportes.
Desconocer que se tiene un 36% del electorado nacional, además en un ámbito político en movimiento porque lo que se votó como primera minoría de inmediato defraudó sus promesas previas, y que no se le había dado el segundo cheque en blanco sino un waiver condicionado y con vencimiento, es cerrar los ojos a una realidad con una dinámica muy importante.
Hoy las encuestas hablan de una pronunciada caída de la cara visible del TGR como lo denomina el inefable Asís, mientras el tema que piensan utilizar como distracción, la legalización del aborto, ha abierto una caja de Pandora que no podrán cerrar, y llevará la interna del ‘23 que tenían preparada, y ya adelantada por declaraciones sobre la Hiena Heidi de Marcos Peña, a un nivel sangriento como lo demuestran las declaraciones de Aguer, factótum del triunfo en la PBA a través de la propaganda negativa en contra de Aníbal en parroquias y colegios confesionales con su primacía en esos momentos en la Conferencia Episcopal. Éste además y a través del Opus, es el referente de dos de los candidatos, la Hiena y el Guazón, y representante de lo más conservador de la Iglesia Católica, pero a la que debemos sumar la rígida posición de las Iglesias Protestantes y sobre todo las Pentescostales y brasileñas. El veto anticipado no limitará los reproches por abrir la caja y provocará una verdadera grieta dentro de la coalición.
Amén de sus desaciertos de gestión que se hacen cada vez más evidentes, el silencio atronador de la Hiena en los más diversos temas políticos, la crítica de Peña, empieza a desnudarla entre la banda saqueadora, hasta ahora no la habían necesitado para cerrar alguna brecha, pero en estos momentos donde Peña toma el protagonismo en defensa de lo indefendible está haciendo evidente la agachad, y eso se paga, y no con los quince mil millones de los cuarenta y cuatro mil millones afanados a los jubilados, está banda siente ser una corporación empresaria donde los roles son murallas que protegen los niveles superiores, y ella está fallando.
Analizar el enemigo debe ser parte de la estrategia de ataque y defensa, hoy éste se encuentra en problemas, entonces yo no rifaría mi vaca para que los que aportan el pollo me tiren las sobras.
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Nunca menos y abrazos
Compañeros santafesinos: no digo que el blog Nestornautas respondan a esa caracterización ni que Abel responda al "peronismo esencial", sino que en ambos blogs se está debatiendo este tema. En las comentarios aparecen algunos que se acercan más o menos a algunas de esas posiciones, ponen a Cristina como indefectible cabeza de fórmla o a los kirchneristas con el rol de admisión de los otros. Cuando propongo esas dos categorías digo que son para simplificar dos posiciones extremas. Así que no deben sentirse aludidos como los enunciadores de esa posición. Además dejé los links a ambos blogs para que cualquier lector vaya a ver textualmente lo que se dice. Abrazo.
ResponderEliminarNorberto: no veo que tengamos disidencias respecto de la caracterización del gobierno y de su actual crisis, a la que le dedico varios párrafos iniciales. La única diferencia posible es mantener el ánimo de competencia interna entre "ellos" y "nosotros" para referrise a los posibles integrantes de un frente opositor. Nadie duda de que Cristina es la que tiene (o tuvo el año pasado) más votos dentro del campo opositor, pero yo no estoy dibujando en una mesa de arena, sino leyendo lo que el miércoles se juntó en la calle, que excede esa oposición ahora innecesaria entre "ellos" y "nosotros". En 2019 ya no jugamos en Provincia sino en Nación y necesitamos construir junto a los que son un poco distintos a nosotros. El 36% bonaerense ya no alcanza para 2019, así se quedan ellos (el macrismo) y la base social del frente lo demostró el pueblo movilizado el 21F. No me parece sensato ponernos en porteros de ese conjunto. Abrazo.
Perdón compañero si lo entendí mal, es que últimamente estoy perseguido por qué creo que Magnetto no sólo está tratando de imponer a quien tenemos que votar, sino que además quiere imponer a quien no debemos votar y eso hace que vea fantasmas por todos lados.
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Nunca menos y abrazos
Nada que perdonar, Norberto. Estamos conversando sobre cómo podemos alcanzar la mejor y más pronta manera de salir de este régimen miserable.
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