domingo, 25 de febrero de 2018

Voz, territorio, tiempo

Una conversación pública con Liliana Herrero en Kierkegaard Buenos Aires
Viernes 2 de marzo a las 19:30 en Lavalle 3119. Entrada libre y gratuita


"Yo siento que la voz tiene un territorio -decía Liliana Herrero a revista La otra en 2011-, que la voz piensa, que señala una memoria cultural, la memoria geográfica y la memoria política de un territorio. No me parece que la voz mía sea una voz sin territorio y sin suelo, al contrario, me parece que porta esa memoria y de algún modo yo lo expreso cada vez que canto... No pienso el tiempo en forma lineal, el pasado está en el presente, está en el futuro y tropezamos con él como una piedra en el camino. Si tropezamos con Yupanqui, es porque Yupanqui nos está esperando y todavía tiene mucho para decirnos, no está allá lejos y hace tiempo. Al decirlo me emociono, porque pienso 'tal vez yo no estaré, pero tenemos cuerda para rato'. La copa de vino se llenará nuevamente, y vendrá otro a tomarla, y llenará otra copa, y otra".

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Hace unos meses, en Kierkegaard Buenos Aires publicamos este texto:

"El que en Temor y Temblor cuenta la historia del lector obsesionado por Abraham y por la voz que le habló no es directamente Søren Kierkegaard, sino un escritor llamado Johannes de Silentio. Kierkegaard crea un personaje, Johannes de Silentio, para que escriba un libro, Temor y temblor, que cuenta la historia de un hombre obsesionado por un relato del Antiguo Testamento. Esto es lo que unos años después Kierkegaard declarará como su “estrategia de comunicación indirecta”, porque lo que lo que hay para comunicar no es un saber que se pueda trasmitir sino algo que sólo puede comprenderse de un modo oblicuo, dado que el lector tiene que tomar una decisión acerca de su sentido. Este juego de cajas chinas es el sofisticado mecanismo de escritura y de pensamiento de Kierkegaard.

"El juego de pseudónimos está muy lejos de ser una mera representación decorativa de algo que podría decirse de manera más sencilla, como los más obtusos lectores de Kierkegaard asumen. Kierkegaard quiere resaltar un obstáculo para la comprensión, la dificultad de ponerse en el lugar de otro".

Al rato nos llega un comentario de Liliana Herrero:

"Así es, cuando daba clases y lo enseñaba jamás dejó de conmoverme".

Este es un tipo de encuentro que uno no puede manipular. Cuando sucede, solo cabe agradecerlo.

No hace falta explicar lo que significa Liliana Herrero para nuestra música popular. En cambio, no son tantos los que saben que, antes de grabar su primer disco, Liliana daba clases de filosofía y solo cantaba en reuniones de amigos. Lo que no podíamos predecir es su memoria conmovida por aquellas clases sobre Temor y temblor que Liliana evoca. Así que invitarla a participar en una conversación pública en Kierkegaard Buenos Aires nos pareció tan inevitable como la confluencia de los ríos.

Queremos preguntarle por esa parte desconocida de su experiencia: las clases de filosofía, su conmoción al contar la historia de Abraham e Isaac, los ecos de su vocación filosófica en su música.

Este viernes 2 de marzo a las 19:30 vamos a estar conversando con Liliana Herrero en Kierkegaard Buenos Aires, Lavalle 3119. Entrada libre y gratuita.

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