El análisis que nadie leerá, pendientes como están del partido, pero al que luego deberán volver (el domingo a la medianoche en FM 89,3)
"El mundo ya no es lo que parecía ser hace dos años, cuando Macri anunció el regreso al mundo".
La frase, un poco defectuosa, aparece en los párrafos finales de la columna preocupada del editor de Clarín Ricardo Kirschbaum. La nota se titula "Arrecia el vendaval mundial" y en la bajada pregunta con ansias: "¿hay estrategia frente a estos cambios?", dando a entender que no la hay. Kirschbaum muestra cierta distante inquietud por la adversidad que enfrenta el proyecto político que el Grupo vino apoyando con toda la onda. Señala una de sus fallas políticas de origen: su apertura al "mundo" estaba pensada para un mundo que ya no es. Y se reserva esa distancia que siempre ha guardado Clarín al ver caer los regímenes que en su momento apoyó con entusiasmo, sabiendo que el de presidente es un puesto menor
La frase, un poco defectuosa, aparece en los párrafos finales de la columna preocupada del editor de Clarín Ricardo Kirschbaum. La nota se titula "Arrecia el vendaval mundial" y en la bajada pregunta con ansias: "¿hay estrategia frente a estos cambios?", dando a entender que no la hay. Kirschbaum muestra cierta distante inquietud por la adversidad que enfrenta el proyecto político que el Grupo vino apoyando con toda la onda. Señala una de sus fallas políticas de origen: su apertura al "mundo" estaba pensada para un mundo que ya no es. Y se reserva esa distancia que siempre ha guardado Clarín al ver caer los regímenes que en su momento apoyó con entusiasmo, sabiendo que el de presidente es un puesto menor
La falla de origen (la exógena, porque hay otra endógena) es el triunfo de Trump en USA pocas semanas después de la asunción de Macri. El macrismo había apostado fuerte al triunfo de Hillary y a la idea de que venía una época de libre comercio, malos diagnósticos que ahora está pagando caro. Con esas hipótesis fallidas, abrieron la economía argentina de gambas (metáfora machirula). ¿Tenían la real expectativa de una lluvia de inversiones que mostrara el alborozo del mundo con un gobierno market friendly? Me sorprendería que verdaderamente hayan creído eso. Uno siempre postula que el enemigo dispone de la mayor inteligencia posible y que la va a usar contra nosotros. Parece que sí usan lo que tienen contra nosotros, pero es dudoso que tengan la mayor inteligencia posible. No había que ser muy sagaz para anticipar que la lluvia de inversiones nunca iba a venir: en La otra, blog y radio, lo dijimos decenas de veces desde el triunfalismo de 2015 -y no somos ninguna lumbrera-, cuando a Natanson todavía no se la había ocurrido la frase por la que será recordado: "la rápida agonía de la argentina kirchnerista y la brutal eficacia de una nueva derecha". La frase es interesante porque conjuga varias tesis, como adjetivar a la derecha de "brutal", "nueva" y "eficaz" a la vez. Resultó ser más brutal que nueva y eficaz, pero lo que agonizó más rápido fue la frase de Natanson.
Pagni, mucho más conciso y afilado, trató por meses de infundir entusiasmo por la gesta macrista, como que de su programa surgió el ministro al que algunos despistados le venían adjudicando una gran concentración de poder. Dujovne. Hoy Pagni acelera pasos despegándose del desquicio y le presagia a un apesadumbrado Juan Micheli en La Nación un panorama jodido con palabras quirúrgicas:
- Los analistas del mercado dicen que el problema es que la Argentina perdió el financiamiento. Aparentemente con el FMI no alcanzaba. El Gobierno daba por sentado que con el Fondo se cubría.
- Estos problemas estructurales se corrigen con mucho dolor. [Cuando Pagni dice "con mucho dolor", no cuesta imaginarlo Bdsm clothing].
- El inversor que pensaba traer la plata, tal vez no venga. [La coma mal puesta y la predicción tardía].
- En el mercado sostienen que la situación se podría aliviar con dos condiciones: que el mundo se normalice o que aparezcan datos de que Macri tiene combustible político.
- Si el peronismo advierte que el Gobierno no tiene futuro político, el mercado acelera más su quita de apoyo.
It's funny: ahora que volvimos al mundo hay que esperar que el mundo se normalice. Vamos a destiempo. ¡Nunca seremos un país normal! Que aparezcan datos de que Macri tiene combustible político: no sé cuál de las dos condiciones es menos difícil que se cumpla, que caiga Trump o que Macri demuestre que tiene lo que en dos años y medio no tuvo, más allá del formidable blindaje que le otorgaron tipos como Pagni o Kirschbaum. Por último, Pagni advierte el peligro de que el peronismo advierta que el gobierno no tiene futuro político. Si el peronismo no lo advirtió, puede ser que se entere ahora al leerlo a él. Todo así de loco.
Bercovich describe con mayor claridad el mundo al que volvimos: "" Así como en septiembre de 2015 descontaban un giro a la ortodoxia, ganara quien ganase, en el último mes los grandes fondos de inversión parecen haber empezado a descontar que Macri solo gobernará un año más. Y que será un año tenso, muy conflictivo, de depresión económica. Los únicos países del planeta donde la prima de riesgo crediticio es más alta que en Argentina son Venezuela, Ecuador, Líbano y Ucrania. El primero atraviesa una crisis política y humanitaria que incluye más de un millón de emigrados según la ONU. Los dos últimos acaban de ser escenario de guerras."
En cambio, Pagni y Kirschbaum se extravían en sus propios laberintos retóricos y se olvidan de lo sustancial. Hasta hace poco se babeaban alucinando que Macri era el Kennedy del cono sur, que Juliana Awada era nuestra Jacqueline y que su marido había venido a aniquilar a nuestro Jimmy Hoffa. Lo dijo Carrió y lo sugirió Pagni. Y la revolución cultural amarilla consistiría en convencernos de la inexorabilidad de que hay sectores sociales enteros de la Argentina que son inviables. La rápida agonía de la argentina peronista, podría titular Natanson.
El peronismo, los kukas, la negrada, peronia, la singularidad argentina que ni la Fusiladora, ni Onganía ni Videla ni Menem ni los trolls de Peña lograron desactivar. Con lenguaje más pretencioso, algunos hablan de la sociedad contenciosa, con una gimnasia de movilización permanente, siempre dispuesta a salir a la calle a exigir sus derechos. El factor endógeno que me faltó mencionar en el tercer párrafo.
¿Cómo creyeron que iban a desactivarla? ¿Con los discursos motivacionales de DT berreta con que Macri aburre y ya ni los medios oficialistas pueden poner en el aire sin espantar a su audiencia? ¿Con los trajes de fajina que le marcan los rollos y las tetas caídas a Patricia Bullshit (lenguaje machirulo)? ¿Con los pertrechos que compra el marido de Patricia en Israel? ¿Con el triunfalismo sobreactuado de Fantino? ¿Con el conventillo de Intratables? ¿Con la nariz polvorienta de Mariu Vidal? ¿Con Milagro Sala presa? ¿Con los despidos de TELAM?
Nada de todo eso les puede ahorrar el disgusto de estas semanas, que asomó en diciembre pero desde fines de abril no cesa: a un martes negro le sigue un miércoles negro y después vienen un jueves y un viernes más negros. Y eso hace a una semana negra, seguida de otra más negra. Black is beautiful! Hace una semana parecía que Macrirulo había logrado domar al potro: con el acuerdo con el FMI, el ascenso a mercado emergente y el ungimiento del más piola de los vivos bárbaros: Caputo. ¡Puta! Días después resulta que el FMI, prestador de última instancia,ya no alcanza, que ser emergente es un estigma en el mundo de hoy y que Caputo tiene como única idea para parar al dolar subir las tasas y vender los dólares de las reservas, igual que lo que hacía Sturzenegger, que hace siete días era el culpable de todo. ¿Qué pasa esta tarde que está la cosa negra negra?
¿Qué es lo que ocurre? ¡No ocultes nada, sé sincera!, cantaba Lucio Dalla.
¿Por qué los mercados se pusieron esta semana tan cabreros, si hace 7 días lo tenían todo controlado? ¿Por qué serán los mercados tan ciclotímicos? Mi tesis: aparte de que el macrismo sigue aplicando el mismo esquema que con los funcionarios recientemente eyectados (no era Sturzenegger, ni Aranguren, ni Cabrera, ni Lucas Llach: ¡es Macri!), esta semana empezó con un acontecimiento de tal grosor que ni el gol de Rojo pudo tapar: el paro general de la CGT fue el mayor en décadas y eso no se debe a la férrea convicción del Triunvigato convocante (ja). El Triunvigato convocante no tuvo más remedio que ir a un paro que trató de evitar por todos los medios, pero la base social ofreció una respuesta tan rotunda y sin fisuras que seguro que los mercados, el directorio del FMI y las usinas alienígenas no se dejaron distraer por el triunfo de la selección ante Nigeria. ¡Peronia is alive! Con una columna vertebral contrahecha es igual capaz de hacer un paro que asusta y convence a los observadores foráneos de que el muerto que Natanson mató goza de buena salud. Y, como dice Pagni, "si el peronismo advierte que el Gobierno no tiene futuro político, el mercado acelera más su quita de apoyo".
Ese es, según mi óptica, el hecho que esta semana alteró la correlación de fuerzas, enojó a los mercados y produjo el martes negro, el miércoles negro, el jueves negro y el viernes negro.
Y para terminar dejo los discursos de tres senadores que este jueves felpearon de lo lindo al compadrito de Marcos Peña, ese que hace un año se comía a los chicos crudos y pensaba manejar el clima social desde su call center. El tampoco es lo que era. Y los senadores, que no son ningunos combatientes de la revolución, se lo marcaron: veníamos bien y algo pasó.