En el tema pendiente del presupuesto con que se va a financiar el derecho de las mujeres pobres al aborto en un hospital público aflora la insuficiencia de los reduccionismos de género. Porque en sus discursos Sor Lopilato nos hace llorar a todos, como Andrea del Boca en Papá Corazón, pero cuando haya que poner la tarasca, ahí, igual que en el presupuesto para la escuela pública, los hospitales o las pensiones por discapacidad, la sororidad no va a alcanzar. Va a depender de la lucha de la clase trabajadora contra la clase opresora. Y fíjense que en esta frase no hay problemas de género. No hace falta usar cacofonías como clase trabajadore o clase opresorx.
Y es lucha de clases, no es luchx de clasos, ni luch@ de clasxs.
Sor Lopilato a favor del tarifazo:
Pensemos en los muertos de frío por las tarifas que Sor banca desde su banca.
En esta te banco, Cuervo; creo que hay tener una mirada crítica incluso sobre todo el proceso de mediatización que llevó a la media sanción. Estas confusiones de la algarabía son el resultado de una militancia que en muchos aspectos funciona como una hinchada de fútbol y no supo distinguir su identidad política frente al batido de la lógica liberal. Yo no me imagino a Cristina ni a Nestor, abrazándose con Lipovetsky o aplaundiendo a Iglesias, por ejemplo. La transversalidad, cuando dejar de cumplir con su rol pragmático, a veces puede ser una trampa para borrar diferencias que es necesario conservar en la lucha de clases dentro de un sistema representativo.
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Samsa, así funciona bien. No modero, pero no quiero trolls anónimos que ensucian el debate.
ResponderEliminarBueno. Empezaron a actuar los comisarios políticos. Van a implementar la autocensura.
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