martes, 22 de octubre de 2019

Lucas Carrasco

La otra.-radio del domingo, para escuchar clickeando acá



La última vez que vi a Lucas Carrasco fue el viernes 7 de junio de 2013. Nos despedimos con un abrazo en la panchería que está en la esquina de Corrientes y Talcahuano. Él me dijo que no lo matara en el blog, le dije que mi intención no era matarlo pero le iba a discutir si seguía escribiendo cosas que me parecían mal. Habíamos caminado desde la sede de Ciencias Sociales de Santiago del Estero al 1000, unas catorce cuadras discutiendo de política sin ponernos en casi nada de acuerdo. Lucas ya había dado un giro político drástico, con un tono que me parecía inaceptable. Aún con esas diferencias, nuestro último encuentro personal fue afectuoso.

Esa tarde nos había invitado Gabriel Medina de la UES de Sociales a debatir sobre blogs, redes sociales y prensa. El audio de la charla todavía se puede escuchar clickeando acá. Yo lo acabo de escuchar antes de escribir esto y me encuentro otra vez con Lucas con algo interesante para decir. Él cierra la charla de 2013 así: "Si nosotros perdemos el campo de la rebeldía, se va a poner de moda ser de derecha". Me gustó volver a escucharlo seis años después. Me gustó escucharlo a él.


Después nuestra distancia política y personal fue creciendo, yo le seguí discutiendo a través del blog, cada vez más enojados, hasta cortar todo vínculo. La historia casi completa de nuestras conversaciones, las visitas de Lucas a La otra y las últimas peleas se pueden leer acá. Nunca peleamos en privado.

Hace un mes me enteré de que había sido condenado en primera instancia a nueve años de prisión por el cargo de abuso sexual agravado y algo dije en la radio.

Él estaba esperando en libertad el fallo definitivo. Su última nota la publicó en Noticias Entre Ríos el 28 de septiembre pasado, unos días antes de aparecer muerto en Paraná. La nota, titulada La otra versión sobre mi condena, termina diciendo:

"...ahora en estos días, presentaré la apelación y lucharé todo lo posible porque se haga justicia. Mientras tanto, merezco ser tratado como inocente hasta que haya condena firme. Si la hay. Que no creo.

Lucas eligió ilustrar la que iba a ser su última nota con la tapa del número 26 de revista La otra, que le dedicamos en otoño de 2012 y también encabeza este post. No sé por qué eligió esa tapa, pero me sentí tocado.

La primera vez que hablé con él fue el 25 de enero de 2010. No fue una conversación privada sino una entrevista radial que salió al aire por FM La Tribu, una telefónica que él atendió desde Paraná a eso de las doce y media de la noche del domingo. Fue una entrevista rara, que se alargó por cuarenta y cinco minutos, bastante más allá de lo previsto, porque él estaba entonado y se bandeaba continuamente entre el disparate, la ofensa y la amabilidad. Antes solo lo había leído en su blog República Unida de la Soja y creo que él todavía no había aparecido en los medios grandes de Buenos Aires. Piloteamos la situación y salió una buena nota. Curiosamente esa noche la grabadora de FM La Tribu no funcionó, así que no queda registro de eso. "Por suerte", dijo Lucas.

Sí tengo registro de la reacción de Lucas posterior a esa charla. Ese lunes a las cuatro de la tarde recibí un mail suyo:

Hola, Oscar.

Venía de mi reunión semanal de amigos en el bar, y ni me acuerdo qué dije. Pero por los comentarios, parece que dije cualquier cosa.

Espero que no te hayas ofendido, que no te haya ofendido, y si es así, te pido disculpas.

Un abrazo.


Le contesté al toque:

No, Lucas, no me ofendí nada. Sólo me sorprendían algunos giros que tomaba la conversación y que no se explicaban para nada por lo que yo te estaba diciendo. Los que escucharon dicen que fue divertida. Pero está todo bien, la seguimos en cualquier momento

un abrazo

Oscar

Todo fue entre un abrazo y otro.

Este domingo me pareció que tenía que decir algo en la radio cuando me enteré de su muerte. En el programa estaba invitado el poeta Alejandro Rubio pero estaba atrasado por los trenes así que mientras él no venía conversamos unos minutos con Carla Maglio. Fue una deriva por la muerte de Lucas, algo de su vida, la crueldad de Fassbinder, el peronismo y las bajezas que se escriben en twitter.


Pueden escucharlo clickeando acá. De repente entró en el estudio Alejandro Rubio y ahí empezó otro programa, que voy a subir más adelante.

2 comentarios:

  1. PIENSO QE ES INOCENTE,, Y TAMBIEN CREO QUE PENSAS LO MISMO

    ResponderEliminar
  2. Danrino: respecto de la cuestión jurídica no pienso nada, no me importa, no tengo opinión y tu opinión tampoco es relevante. Se tendría que haber resuelto en el poder judicial y yo no soy juez ni me gustaría serlo, pero ahora es una cuestión abstracta. Pensá lo que quieras, pero no pienses por mí.

    ResponderEliminar