Ciclo de cine La otra - Este sábado a las 19:30 en Ayacucho 483 - En el mismo programa, Belleza Fatal (Jean Luc Godard)
¿Metralleta o máquina de escribir?
Guión, cámara, sonido, voz y edición: Travis Wilkerson. Música: Gangs, Date Palms, Sublime Frequency. Loops musicales: Shannon Wright. Imágenes citadas de Lejos de Vietnam, La Hora de los Hornos. Diseño de mapas: Erin Wilkerson
Un hombre que deja de militar en un movimiento de izquierda radical empieza a realizar una trasmisión clandestina de radio para seguir sintiéndose un sujeto político. Trasmite a la una de la madrugada, así que cree que nadie va a escucharlo. Su voz baja oscila entre el intimismo (lo personal) y la praxis clandestina (lo político). Hace un soliloquio sobre sus dilemas existenciales y su militancia. Cree que habla para nadie, pero alguien contesta sus preguntas lanzadas al aire nocturno. Quedan en una cita. Entonces empieza una historia de amor intrigante, paranoia y persecución política.
Travis Wilkerson es un cineasta contemporáneo, norteamericano y comunista. En su obra trata de dar cuenta de este cruce de identidades en tensión. Sus películas muestran el contraplano de Hollywood. La fábrica de sueños integra un proyecto de colonización cultural, una construcción mitológica sobre el nacimiento de una nación que se cuenta a sí misma y se proyecta sobre el resto del mundo con voluntad de poder desmesurada. Hollywood es la columna cultural del complejo bélico, industrial y financiero global. El carácter de mercancías que muestran sus películas oculta su secreta aspiración de dominar el mundo con sus relatos. Wilkerson apunta su cámara hacia las huellas de violencia que yacen en los cimientos de Los Angeles, la ciudad cinematográfica por excelencia.
En la película convergen diversas corrientes de la cultura norteamericana con la tradición del cine insurgente. Es al mismo tiempo una historia de amor en el contexto de la Norteamérica actual, en medio del movimiento izquierdista Occupy, un romance atravesado por el clima de persecución política, con el tono de una novela negra narrada en primera persona en la forma de un programa radial clandestino.
¿Metralleta o máquina de escribir? es por todo esto también una interrogación en acto sobre las posibilidades del cine –imagen, sonido, montaje, voces, diseños, música- en el marco de la guerra de clases, en un país que parece haber suprimido (¿exterminado?) la lucha de clases. Wilkerson repone la historia de la violencia borrada de la memoria norteamericana por Hollywood, pero que puede rastrearse en muchos indicios desperdigados en lugares de Los Angeles, disponibles para una cámara que encarna una mirada subversiva. La violencia está inscripta en los cimientos de la ciudad, en cada ladrillo y en cada sombra. Cine, radio, literatura, fotografía, música, insurgencia, historia: Travis Wilkerson se ubica al margen del cine dominante como lugar de combate del orden instituido. La tensión entre sus imágenes pregnantes, que señalan un fuera de campo incesante, y el notable diseño de su banda sonora da forma a una cruza de ficción, documental el manifiesto político y no sería concebible sin los antecedentes del cine de Chris Marker, Santiago Álvarez y el propio Jean Luc Godard.
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