miércoles, 27 de noviembre de 2019

El enemigo huidizo

Historia(s) del cine - Fin de ciclo - Sábado 30 de noviembre a las 19:30 en Ayacucho 483 - Los signos entre nosotros (Jean Luc Godard) + Cairo Affair (Mauro Andrizzi) + El brazo del Whatssap (Martín Farina)



Para mí es un privilegio filmar y vivir en Francia como artista: no hay nada como un país que cada día baja un escalón en el camino de su inexorable decadencia. Nada mejor que una región cada vez más provinciana, gobernada alternativamente por los mismos equipos de incapaces, deshonestos, y corrompidos por su complicidad con un régimen de total y permanente corrupción. ¿Qué sería preferible a habitar en una tierra en la que la justicia se entronca con la peor de las subastas? ¿Qué artista no soñaría con una nación semejante, la cuarta potencia mundial, se nos dice, mientras que el desmentido duerme en nuestra puerta esperando una moneda para aliviar los dolores del que tiene hambre?



Sí, es de nuestro tiempo que soy el enemigo huidizo. Sí, el totalitarismo del presente, tal y como se lo aplica mecánicamente, cada día más opresor a escala planetaria, esa tiranía sin rostro que los borra a todos en provecho exclusivo de la organización sistemática del tiempo unificado del instante. A esta tiranía global y abstracta, desde mi punto de vista huidizo, trato de oponerme.



Porque intento en mis composiciones mostrar un oído que escucha el tiempo y trato también de hacer que se entienda, de que surja entonces en el futuro la muerte que está ya incluida en mi tiempo.

Solo puedo, en efecto, ser el enemigo de nuestro tiempo, ya que su tarea apunta justamente a la abolición del tiempo, en el que no veo en este estado que una vida merezca ser vivida. 



Cuando un siglo se funde lentamente en el siglo siguiente algunos individuos transforman los medios de sobrevivencia antiguos en medios nuevos. Es a estos últimos a los que llamamos arte. La única cosa que sobrevive a una época es la forma de arte que ella se creó. Ninguna actividad se convertirá en arte antes de que su época haya terminado. Luego desaparecerá.

Así fue como el arte del siglo diecinueve el cine dio vida al siglo veinte, que en sí mismo apenas existió.

Jean Luc Godard, Los signos entre nosotros

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