lunes, 10 de marzo de 2008

Esperando a Bob II



Vivimos en un mundo político
el amor no tiene lugar
vivimos en una época en que
los hombres cometen crímenes
y los crímenes no tienen rostro.

Vivimos en un mundo político
cuelgan las estalactitas
suenan las campanas de la boda
y los ángeles cantan
las nubes cubren el suelo.

Vivimos en un mundo político
meten a la sabiduría en la cárcel
se pudre en una celda
y se la llevan al infierno...
y no queda nadie que siga su rastro.

Vivimos en un mundo político
donde la misericordia
está condenada a muerte
la vida está en los espejos
y la muerte desaparece
subiendo los escalones del banco más cercano.

Vivimos en un mundo político
donde el coraje es cosa del pasado
las casas están embrujadas
y los chicos no son deseados
el próximo podría ser tu último día.

Vivimos en un mundo político
el único que vemos y sentimos
pero no hay nadie que corrobore
que es un depósito cargado
sólo sabemos que es real.

Vivimos en un mundo político
en las ciudades del miedo
poco a poco te encuentras en el medio...
pero nunca estás seguro
porqué estás ahí.

Vivimos en un mundo político
bajo el microscopio
podés viajar adonde quieras
y colgarte ahí mismo
siempre tendrás soga de sobra.

Vivimos en un mundo político
girando y moviéndonos sin parar
apenas te despertás
te entrenan para que siempre
tomes lo que parece la salida más fácil.

Vivimos en un mundo político
donde la paz no es bienvenida
la echaron lejos de la puerta
para que vague un poco más
o la pusieron contra el paredón.

Vivimos en un mundo político
todo es de ella o de él
entra en el cuadro y grita el nombre de Dios
aunque nunca sabrás
cuál es.

BOB DYLAN, 1989

3 comentarios:

  1. Se borra el mensaje.
    Me parece extraordinario.
    A ver si queda.

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  2. Me parece discepoliano, 50 años después. No me refiero solamente a Cambalache, sino a cualquiera de sus obras críticas anteriores o posteriores. Esos diagnósticos tipo: "La gente es brutal y odia siempre al que sueña" ( Infamia: 1935)
    Rebueno.

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  3. Bueno, anónimo 1 y 2 (o quizá el mismo): sí, es extraordinario, viste. No sólo lo que dice sino cómo lo dice. Bob Dylan: está por llegar a Buenos Aires.

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