Por Nicolás Casullo *
El filósofo Nicolás Ranciere analiza el estado actual de la política en relación con democracias paralizadas frente al mercado: "cuando el partido de los ricos y el de los pobres dicen aparentemente lo mismo -modernización-, cuando se dice que no queda más que escoger la imagen publicitaria mejor diseñada en relación a una empresa que es casi la misma, lo que se manifiesta patentemente no es el consenso, sino la exclusión. El reunir para excluir (...) lo que aparece dominando la escena no es lo que se esperaba -el triunfo de la modernidad sin prejuicio- sino el retorno de lo más arcaico, lo que precede a todo juicio, el odio desnudo hacia el otro".
Para nuestro teórico -que no coincide con tantos politicólogos saltando de set en set televisivo- las nuevas ideo-lógicas del consenso, las de la "alegre alternancia entre derechas e izquierdas" para Latinoamérica, las de la modernización de las representaciones, abren la posibilidad de un mundo de inédito odio social disfrazado. Odio maquillado, que desde el lenguaje del orden, la moral inquisidora, la privatización de la política, el individualismo, la modernización ciudadana naif, la prevención y mucho cualunquismo periodístico, ofertan la posibilidad de comprar un "todo" ya sin adversarios sociales ciertos. Un paquete "institucional" donde todo es equivalente a todo, fetichistamente tranquilizado, aunque siempre "amenazado" de alteración o provocaciones indeseables, sociales, "clientelísticas".
El "bien democrático", ese disponible hoy en vidriera, elimina culturalmente de antemano lo que debe quedar políticamente afuera, para recién después abrirse a la comprensión de la exclusiva institucionalidad legitimada que quedó. Se postula un mundo sin confrontaciones sociales genuinas ni problemas irresolubles, porque lo que ha sido erradicado es precisamente ese mal: el mal del otro. El enemigo -más publicitado que nunca ahora-, se lo nombre como se lo nombre, ha quedado afuera de todas las consideraciones, afuera del predio "democrático" comprado a cuotas de mercado: afuera de la única historia que se contabiliza.
El consenso que las nuevas derechas buscan imponer republicanamente expulsa cualquier otra historia o sujeto político otro, con respecto a una única lógica democrática, lógica que hoy se ofrece como reaseguro de un mundo sitiado por demasiados "extranjeros" o deportados de ese propio mundo de "calidad institucional" guardada en un country. El modelo de la república liberal tardomoderna permite entonces excluir, ilegitimar, destituir (odiar sin culpa, odiar con o sin conciencia, odiar desde una "neoinocencia política) lo que debería ser admitido en cambio como un enfrentamiento de intereses nacionales y de clases en un escenario histórico de permanentes litigios sociales.
Por lo tanto, bajo este molde de "consenso" expulsante (reductor de los conflictos) en realidad regresaría oscuramente lo arcaico, lo mítico, lo prepolítico, según el filósofo. Una violencia ideológica reactiva de autoconservación tardocapitalista, tan re-habilitada como solapada con sus aullidos espectrales. Un aborrecimiento social como conciencia media, legalizada por un nuevo orden democrático global dominante en tanto institucionalidad hueca sin contenidos sociales, actores de una cultura ni horizontes históricos.
Lo ideológico reprimido regresa así como lo esperpéntico de las nuevas democracias encorsetadas por el reinado del credo neoliberal: vuelve en términos de derechas políticas "sin partido", vuelve por debajo de los mundos simbólicos administrados ahora por un mercado mediático que le sigue sustrayendo diariamente a la política lo medular de su autonomía y de sus identidades cuasi canceladas.
El pensador francés piensa en las acumulaciones de patologías, miedos, racismos y fascistización que aglomeran las napas, los sótanos sociales, los mundos inconscientes o manifiestos de un reaccionarismo poseedor que se articula políticamente en España, en Italia, en Francia, en Europa del Este, en los Estados Unidos de la guerra. Y al describir tal cosa, a lo mejor sin percatarse del todo, alude también a cierta actualidad de Brasil o la Argentina, en cuanto a asistir a una época de constitución de un nuevo tipo de conservadurismo exclusor: pos-partido clásico, cocido a hechura de información para las masas, como lo denomina el teórico. Una derecha moralizadora abstracta, fiscalizadora y "virtuosa", alentadora de un orden democrático cerrado y en definitiva antipolítico, "inevitablemente" policíaco, respaldado por un revitalizado reaccionarismo religioso y portador de un realismo cínico que se disfraza de soluciones expeditivas, mágicas, persuasivas, contra "los enemigos de las instituciones".
Con la emergencia de tal conservadurismo reactivo, en el contexto de esta edad capitalista, se asiste entonces a muchos fenómenos subyacentes -tensantes, exasperadores- en cuanto a formas de vivir, entender y votar. Este proceso sería lo que realmente se dirime política (y calladamente) en muchos comicios del mundo de hoy. Proceso que también nos acontece en el seno profundo de lo comunitario nacional, desde la tecno-actuación de muchos poderes: un tejido de discrepancias invisibles, de disputas sordas, de colisiones efectivas pero sin nombre, que no aparecen de manera explícita, todavía, en ninguna publicidad programática.
* (NICOLÁS CASULLO, Peronismo. Militancia y crítica, Colihue, Parte III, pág.284; este artículo fue escrito en septiembre de 2007.)
Los nuevos modos de exclusiòn, el odio bajo la "neoinocencia política"...
ResponderEliminarBrillante, Casullo. Uno de los más lúcidos análisis que he leído últimamente.
Que barbaro cuando lees a alguien que pone en palabras claras lo que estamos viviendo!!
ResponderEliminarIncreible la foto de Lanata junto a las dos señoras(Magda y Scarface). Faltaba la Chiqui y La Peña!!
Lucas
¿Y si tanta lucha de clases, y monografías de Flacso dejan para el 2011 un Macri en la casa rosada?
ResponderEliminarConvendría parar la pelota y pensar un poquito, actuar con inteligencia y no con tanta sangre en el ojo, no sea cosa que por intentar dejar el orgullo a salvo nos terminemos comiendo un garrón peor.
Hay que apostar a una transición posible dentro del mismo peronismo, el kirchnerismo ya fue. Si el peronismo va al 2011 con un K como candidato o dividido, va a estar buena la argentina.
Bueno, si el kirchnerismo ya fue, no pretendas decretarlo vos, esperá que los procedimientos democráticos lo determinen. Ya veremos.
ResponderEliminarTambién habrá que ver si se trata de una transición dentro del peronismo o de otra cosa. ¿Qué peronismo? Porque si es Duhalde, De la Sota o Rodriguez Saa, no veo cuál sería la ventaja respecto de Macri.
En cuanto a parar la pelota y pensar un poquito, para eso puse el texto de Casullo, que no está escrito en el fragor de la crisis campestre, sino en 2007; Casullo cita un análisis de Ranciere acerca de una nueva derecha en el mundo; Ranciere no lo escribió con sangre en el ojo, no es kirchnerista, seguramente está pensando en la experiencia europea. Si esos conceptos se aplican al menos en parte a la realidad latinoamericana (no sólo Argentina, no sólo a este momento puntual del kirchnerismo, sino quizá también a Paraguay, Bolivia o Chile; o a lo que venga después del kirchnerismo), es cuestión de pensarlo.
Lo que pasa con los que quieren dan por terminado el kirchnerismo es que se niegan a pensar más allá de Devido, Moreno y se hacen los piolas burlándose de Flacso o de Carta Abierta. Parecen no tener ojos para el resto de los factores políticos. Hacen política como hacen zapping. Son neo-ingenuos y leen a Fontevecchia.
Lo que delata tu sorna derechista es vincular la lucha de clases a las monografías de Flacso. La lucha de clases no es una cuestión de monografías ni de sangre en el ojo, es cuestión de intereses económicos y es estructural, no se refiere a Moreno ni a Tabaré Vazquez.
Si no tenés sangre en el ojo, no seas mala leche al comentar un análisis que trasciende la coyuntura.
Duhalde es igual a Macri cuervo?
ResponderEliminarNo me parece.
Duhalde es igual a Macri cuervo?
ResponderEliminarNo me parece.
No sé si es igual, quizá no. Dije que no veo cuál sería la ventaja en que esté Duhalde o De la Sota. Quizá serían peores que Macri. O quizá ni siquiera, podría ser que sean aliados Macri, Duhalde, De Angeli, De la Sota...
ResponderEliminarLeo el blog La Otra ademas de a Fontevecchia y a veces me hago un tiempo para Patoruzú. Y encima el diariero me avisó que hay una revista que por 35 manguitos te llevas diez.
ResponderEliminarPero volviendo al tema.
La lucha de clases es algo serio, yo me referia al uso de la lucha de clases que hacen tipos como vos. Ese uso si parece una monografía de Flacso.
Como me voy a burlar de la lucha de clases, que va.
Y otra cosa: ¿Felipe Solá tambien es igual a Macri para vos? En serio te pregunto esto. Pero bueno, seguro no queres hablar de nombres sino de cosas estructurales por que si no es como hacer zapping y eso.
Evo Morales zafó y eso se comenta poco en los medios. No me extraña.
ResponderEliminarY Casullo me gusta cada vez más.
martha
"Y si tanta lucha de clases, y monografías de Flacso dejan para el 2011 un Macri en la casa rosada?"
ResponderEliminarCasullo habla de privatización de la política, o yo diría, privatización de los espacios de lo público, por eso a veces no hace falta dar nombres propios. Desde cierto punto habría que decir que no se puede tomar a la ligera lo que dice, no hace ruido ni alude a una coyuntura exacta, trata de definir fenómenos, imbricaciones complejas y globales.
Saludos.
Anónimo:
ResponderEliminarlamento llamarte así pero esa es la manera en que elegís aparecer. Tendrás tus buenas razones para perder tu nombre.
La gastada sobre el precio de la revista es estúpida. ¿Qué querés decir, cuál es el significado político que le das al precio de La otra? Explicame, porque entre tanto anonimato y tanta chicanita pierdo la noción de tu posición política. Por ahí es nomás envidia lo tuyo, porque no sos capaz de hacer no digo una monografía, tampoco una revistita barata como La otra, ni siquiera de articular una idea y ponerle tu firma. Entonces entrás a leer este blog, tirás tu piedrita y cumplís con tu inutilidad esencial.
En la misma línea, qué querés que te diga de Felipe Solá, me parece una pregunta tan idiota la tuya. Mandame una lista de nombres y yo les voy poniendo puntaje, te parece? Seguí así que vas bien.
El precio módico de La Otra, en nada conspira contra su contenido, era un chascarrillo nomás.
ResponderEliminarEl resto tenés razón. Solo que me divierte que contestes tan rápido y juego apuestas por plata con mis amigos. Si contestas antes de los 5 minutos se gana buen dinero, cuervo.
Me alegro de que con ese ingenioso recurso saques más dinero que yo con la venta de la revista.
ResponderEliminarYa veo que para algo servís.